Carlos Regazzoni y el rayo a la hora de la siesta

El artista roquense  Lucas Severini recuerda al original escultor y pintor, recientemente fallecido.

Por Lucas Severini

Desfachatado y atorrante, Carlos Regazzoni era polémico por naturaleza. Alguna que otra vez incomodaba con alguna guarangada en medio de una charla con el propósito de dejar una moraleja (que muchos no “cazaban”).


Su personalidad caótica y su gran fuerza de voluntad eran el motor de su obra y , aunque parecía un cavernícola (como una vez lo califico un crítico francés), sabía de la existencia y esencia de la Bauhaus, tratados sobre arte alrededor del mundo, el funcionamiento de las galerías y el mercado del arte, etcétera.
Supe de su existencia a fines de los años 90. Me llamo la atención su personalidad y forma de vida mas que su obra, la que luego conocí en profundidad. Para cada entrevista hacía una performance de ademanes y morisquetas que me parecían tragicómicas.
Personalmente lo conocí en 2012, cuando vino a dictar el Seminario “Cazadores de sueños y quimeras” para IUPA. El lugar de trabajo para la construcción de un gran hormiguero con hormigas en la Recicladora Sánchez. En esa oportunidad participé en la construcción de la obra, quedamos en contacto luego de proponerme dirigir la construcción de una obra para emplazar en un espacio público de Roca, que por cuestiones presupuestarias no se realizó.
En los últimos tres años lo visitaba en su taller de Retiro (“vos tenes trabajo cuando quieras acá” me decía cada vez que nos despedíamos), donde lo veía por la venta de unos vehículos antiguos de su propiedad.
Su influencia fue muy importante para mí, no por la técnica o proceso creativo, sino por la forma en que veía el arte, por ejemplo diciendo que el arte es como un rayo que cae en el patio de tu casa cuando estas durmiendo la siesta.


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