Caso Gangeme: un policía en la mira

Juan Grenillón es señalado por un testigo como ejecutor del asesinato del periodista en Trelew. Otros lo vieron en la escena del crimen. "Es un disparate", respondió a "Río Negro". Por qué se sospecha de él.

Juan José Grenillón era, al momento del asesinato del periodista Ricardo Gangeme, cabo primero de la Policía, pintor de obra y fanático de los autos de carrera.

Lo vieron corriendo en la escena del crimen aquella madrugada del 13 de mayo de 1999 en pleno centro de Trelew. Decían que tenía campera roja. La misma descripción hizo años atrás -y ahora nuevamente- el testigo José Luis Vera, que esa noche, poco antes de escuchar una detonación de bala, daba vueltas con su auto hasta que en una esquina de calle San Martín se topó con un hombre de actitudes extrañas, que parecía querer cruzar la calle pero no lo hacía. Entonces no sabía quién era, pero tiempo después y por un encuentro ocasional con el personaje, recordó el rostro y se informó: Grenillón.

Semanas atrás, cuando declaró ante la fiscal Alicia Susana Vilaseca, Vera volvió a señalar a Grenillón y pidió que se lo investigue como posible autor del asesinato. Es más, este testigo, además de pedir que se determine si el empresario Héctor Fernandes fue instigador, declaró ante la Justicia que una «banda policial» planificó y participó de la ejecución.

Hoy, Grenillón tiene un rango algo más elevado en la Policía -es sargento ayudante-, pero se lo conoce más como productor de programas en la radio AM 780, propiedad de Héctor Fernandes. Fernandes es el empresario que ante «Río Negro» negó haber mandado matar a Gangeme, negó que lo haya amenazado de muerte cuatro días antes del asesinato y negó también conocer a Grenillón. Pero contradictoriamente, su empleado el periodista Hugo Vera, presente en la misma entrevista, admitió que Grenillón es «su amigo» y que en ese momento se encontraba en su casa, luego que desapareció de la mira de investigadores policiales que seguían sus pasos.

Siete meses después del asesinato, este policía fue especialmente mencionado en el periódico de Gangeme «El Informador Chubutense», que sobrevivió escaso tiempo más. En la edición de la semana previa a la Navidad de 1999, el semanario vinculaba a Grenillón con dos suboficiales: Ricardo Salomón y Claudio Gajardo.

De Grenillón relata que fueron los mismos policías que patrullaban los que esa noche de mayo lo encuentran «a unos 200 metros del lugar del crimen vistiendo campera roja». Decía también que «este individuo aparentemente se alejaba a la carrera de las cercanías de la escena del crimen, según los dichos de los ocasionales testigos que aportaron los primeros elementos al juez Minatta. Al ser identificado de tal manera, el juez lo hace comparecer y en su testimonio declara que efectivamente se hallaba en ese lugar porque iba a ver a su novia que trabajaba en el centro de salud, tal es así que el juez cita a esta persona que confirma los dichos del nombrado Grenillón», señaló el «Informador».

«Río Negro» pudo localizar a Grenillón en su celular días atrás y establecer una breve conversación. Admite que esa noche fue al hospital (cercano al edificio donde vivía Gangeme y donde lo mataron) «entre las 11.30 y 12 de la noche» (el crimen ocurrió a la 1.28), pero niega haber sido el asesino de Gangeme. «Un disparate. Ni lo conocía.»

Algunos de los tantos datos que recientemente recibió la fiscal Vilaseca apuntaban que Grenillón había recibido un Renault 19 cero kilómetro y una casa después del asesinato, en supuesto pago por el crimen. Grenillón admitió tener un R19 modelo 98 y una casa que «obtuve con un crédito que pago mes a mes».

Y confima que «levanta publicidad» para programas deportivos que se emiten en la radio de Fernandes. Se sabe que desde años Grenillón está vinculado a la radio (aun cuando el empresario jura no conocerlo) y antes lo estaba con un programa de índole policial (al estilo de «Policías en acción»), elaborado por la productora de Fernandes, que se emitía por Canal 3. De acuerdo a los recientes dichos del empresario, Grenillón -amigo de su periodista Vidal- podía tratarse de un contratado «por otra persona para un progama automovilístico, gauchesco».

 

Esta fue la breve charla telefónica de «Río Negro» con Grenillón:

– ¿Usted mató a Gangeme?

– ¿Qué está diciendo? ¡Es un disparate total! Ni lo conocía.

– En la causa, que se reactivó, un testigo dice haberlo visto en la escena del crimen. ¿Está enterado?

– Me lo dijo un compañero. ¡Ese testigo es evidentemente un tipo enfermo! Entiendo sí a los hijos de Gangeme y lamento su angustia por la falta de esclarecimiento del asesinato.

– ¿Pero usted estaba o no en la escena del crimen esa noche? Se lo vio corriendo a esa hora cerca del lugar…

– Entre las 11.30 y 12 de la noche entré y salí al hospital. Hablé con la guardia. (En una declaración citada por el «Informador» se señala que fue a ver a su novia).

– ¿Qué declaró usted?

– Nunca declaré. Nunca me llamaron a Tribunales. No había motivos para que me llamen.

– ¿Cómo que no declaró? Se informó que lo hizo.

– Sólo en la Comisaría Primera.

– ¿Llevaba campera roja esa noche?

– No…

– ¿Conoce a Gajardo?

– Claro, somos amigos, corría con él (era copiloto, ambos conocidos aficionados de competencias de «areneros»)

– ¿Es cierto que hace radio en la emisora de Fernandes?

– Trabajo en la producción de un programa hace seis años. Se levanta buena publicidad…

– ¿Conoce a Fernandes?

– No.

– Se dijo ante la Justicia que, tras el crimen de Gangeme, usted recibió un auto y que ahora vive en una casa definida como una «mansión» por el testigo.

– (Se enoja) ¡Es una barbaridad! Vivo en una casita de dos dormitorios que todavía estoy pagando con un crédito del Instituto de Vivienda. Pago 300 pesos por mes que me descuentan del sueldo. De recibo gano 2.300. Mi señora también trabaja en la Policía. Yo sé, como seguramente usted, lo que cuesta la vida, cómo se van 500 pesos en un carrito de supermercado…

– ¿Y el auto?

– Todavía tengo el Renault 19 que compré 0 km en 1998.

– ¿No teme que la Justicia lo llame por este caso?

– No me preocupa si me llaman. No tengo nada que ocultar. Lo que se dice no tiene nada que ver con mi personalidad. Es triste… apuntan mal.

 

ÍTALO PISANI

ipisani@rionegro.com.ar


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