Charly García: el desbordante genio musical que empequeñece toda excentricidad

“Soy zurdo, tengo la mitad del bigote blanco, tengo oído absoluto, me tiro de diez pisos y no me hago nada. Soy un freak”, se autodefinió Charly García en la serie “Bios” dedicada a su figura, en un intento de explicar los motivos por los cuales ocupa el privilegiado sitial de ídolo popular desde hace 50 años.

Es que el artista que este sábado celebra un nuevo cumpleaños forma parte de un selecto grupo, encabezado por Carlos Gardel, Diego Maradona y Juan Domingo Perón, de adoradas figuras cuya relevancia trasciende los límites generacionales y de las actividades en las que se destacaron, y lograron posicionarse como símbolos de nuestra idiosincrasia.

Sin embargo, más allá de su aparente grandilocuencia, la autodefinición dada por el icónico artista en realidad pareciera minimizar, o banalizar, los verdaderos motivos por los cuales resulta una referencia ineludible a la hora de incluirlo entre los fundamentales estandartes de la cultura popular argentina.

Es que Charly García pareciera haber llamado la atención del público en general, en una primera instancia por su llamativo bigote de dos colores; luego, por algunas excentricidades poco vistas hasta entonces en el rock vernáculo, lo cual le valió la atención de la prensa sensacionalista; y en el plano musical, por una aparente espontaneidad interpretativa y una destreza poco común.

Sin embargo, el genio musical de este artista radica en otras características más profundas, producto del desbordante talento que aflora cuando apela a su voz propia, capaz de crear monumentales obras musicales, que además desde el plano lírico son susceptibles de retratar su época. Acaso el análisis de cada uno de los tópicos que él mismo utilizó para autodefinirse pueden ser abordados a modo aclaratorio para demostrar que detrás del espejo hay algo mucho más profundo y sustancial de lo que puede verse.

“Para mí, Charly no es un rockstar porque se tiró de un noveno piso, se bajó los pantalones o rompió un hotel. Me queda corto que se diga que alguien es un rockstar porque es delirante y excéntrico, porque si no cualquiera puede serlo. Charly es un rockstar porque es un sobreviviente, un burlador, una persona tremendamente inteligente, porque tiene una antena que baja lo que tiene que bajar”, advirtió ante la consulta de Télam la prestigiosa periodista especializada Gloria Guerrero.

Y añadió: “Charly es un espejo de este pueblo, exuda talento. Es el que entiende, el que hace, y es uno de los tres mejores músicos del país, de Latinoamérica y, si querés, del mundo. Por estas cosas califica como rockstar, no por cuántas locuras hace”.

En tal sentido, la periodista puntualizó que “capta lo que nosotros, pobres pichis, estamos vibrando y lo transforma en una canción que te conmueve hasta los huesos”. “Cuando repasás 50 años de este país, Charly está ahí. En las canciones de Charly estamos todos nosotros”, sintetizó.

Pero además, Guerrero hizo especial hincapié en la figura del artista como “burlador” y, a la vez, “sobreviviente” de la genocida dictadura militar, a partir de “una inteligencia superior” que le permitió escribir temas como “Canción de Alicia en el país”, por citar apenas un ejemplo, en donde desde distintas imágenes poéticas graficó el horror que se estaba viviendo.

“Charly puede hacer lo que quiera porque tiene con qué. Eso es ser una estrella de rock. Sus excentricidades pasan por al lado cuando uno escucha su música. Eso no es lo importante. Lo valioso es cómo sobrevivió, cómo burló a los hijos de puta, el coraje que tuvo y la antena que tiene para ser un espejo de la gente. Es una estrella porque brilla”, sentenció.

Seguramente son todas estas cuestiones las que permiten que alguna seña particular fortuita, como el hecho de tener el bigote bicolor, se conviertan en un símbolo que opera muchas veces como metonimia.

Al igual que los icónicos anteojos de John Lennon; el bigote, el sombrero y el bastón de Charles Chaplin; o la cabellera enrulada de Maradona; un gráfico de esta particularidad en el rostro de Charly, tal como aparece en el sobre interno del disco “Yendo de la cama al living”, basta para referenciarlo.

Pero, una vez más, es su obra y su impronta lo que permite esta asociación y no a la inversa, como bien lo advirtió a Télam Javier Veraldi, prolífico diseñador de portadas de discos.

“Como ocurre con la lengua de Los Rolling Stones, por ejemplo, yo siento que de alguna manera conocemos esos logos porque son artistas destacados. Es cierto que, a su vez, se retroalimentan con estas imágenes, pero eso no sería posible si no fueran de por sí conocidos por sus obras”, explicó.

Precisamente, Veraldi actualmente trabaja en una portada de un ensamble coral que registró versiones de Charly, para lo cual optó por representar el bigote bicolor con parte de sus integrantes vestidos de negro y otra parte, de blanco.

También recreó la tapa de “Clics Modernos” para una versión de la canción “No soy un extraño” realizada por Escalandrum, con una foto de los miembros del grupo apostados contra una pared, a la cual le pintó grafitis similares a los de la recordada portada.

“Las dos tapas apuntan a lo mismo. Ahí está la marca funcionando. No mostramos a Charly pero insinuamos o llegamos a él por el bigote o la famosa portada. Lo que quiero decir es que para que el bigote sea marca tiene que existir Charly, pero no creo que para que Charly sea Charly necesite el bigote. Solo ayuda a sintetizar”, completó.

Hernani Natale/Télam


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