Comer sano y natural… ¿moda o cambio de hábito?

El boom verde, que desde hace unos años promueve el cuidado del planeta y el reciclado, llegó ahora con fuerza a la alimentación. Te contamos de qué se trata y cómo subirte a la ola.

“Todo lleva a pensar que los jóvenes van a vivir hasta los 100 años. Pero lo importante es llegar bien y para eso la alimentación es muy importante”, dice Ana, preocupada porque una de sus nietas es reacia a dejar la comida chatarra.

Ana está realizando uno de los muchos talleres de comida saludable que se dictan en la región y que promueven un cambio de hábito en la alimentación.

“Los talleres son muy creativos y divertidos. Además de compartir, conocés gente que está en la misma frecuencia, que vamos creciendo a la par”, agrega Aída, mientras degusta un helado de frutos rojos que acaba de hacer.

Pero no sólo se trata de cursos. Desde hace ya un tiempo proliferan las dietéticas o almacenes naturistas y las ferias de comida saludable. Que si vegano o vegetariano, si seguís dieta paleo, si gluten free… ¿Se trata de una moda más? ¿Qué hay detrás del boom verde?

Volver a lo natural

Sin fundamentalismos, la licenciada en nutrición Gabriela Di Leandro nos cuenta que la tendencia es volver a lo natural, dejar de lado los industrializados y escuchar el cuerpo. Aclara que no es un invento de ella: médicos de renombre mundial culpan a los conservantes, colorantes, aromatizantes, y todos los “…antes” que podemos encontrar en la etiqueta de los alimentos, de muchas enfermedades. Entonces, si la expectativa de vida de la población es cada vez mayor, más nos vale cuidarnos, que nuestro cuerpo es el único envase que tenemos.

¿Qué son los industrializados? Explica Di Leandro que no sólo hablamos de hamburguesas y salchichas. También harina, azúcar, aceite, yogur, queso, fiambre, bastoncitos de lo que sea empanados y congelados, enlatados, pan… y la lista recién empieza. Pero a no asustarse. El secreto está en empezar a comprar distinto. Este es el gran aprendizaje y con ello la batalla está ganada.

“La buena salud radica en la buena alimentación. No se necesita ser extremista, sí tener herramientas para lograr el equilibrio”.

Carlos intenta que sus hijos incorporen nuevos hábitos pero sin obligarlos.

“El tema es desaprender tantas estructuras, resetear el chip”, resalta. Y entre las opciones que ofrece detalla: “Te estás quedando sin sal, aprovechá y comprá sal marina, es más sabrosa y tiene mejor proporción sodio-potasio y muchos más minerales que la sal común. Lo mismo con el azúcar refinada: reemplazala por azúcar integral o mascabo”.

P- No parece sencillo el cambio…

R- No. Pero tampoco es tan complicado. No importa qué comas, que sea lo más natural posible. Comprá frutas y verduras variadas y preferentemente de estación, frutos secos, panes integrales, pollos de chacra, huevos de “gallinas felices”, pescado fresco, semillas. Reemplazá las gaseosas y jugos por aguas saborizadas hechas en casa, incorporá más licuados.

Sentirse mejor

No se trata de comer productos light. Sano y saludable no tiene que ver con adelgazar sino con sentirse mejor.

“Cuando comés bien el cuerpo te responde. Te sentís con una energía incomparable”, cuenta Beatriz, que participó en un taller de cocina el mes pasado buscando nuevas formas de incorporar alimentos saludables para sus hijos.

Y para comer bien, hay que comprar bien. Dice la ingeniera en Alimentos Paula Vizzotto que lo más importante es aprender a leer los rótulos, porque ahí está toda la información de origen y nutricional que garantiza la calidad del producto que vamos a consumir.

Al principio hacer las compras llevará un poco más de tiempo, pero hay muchas dietéticas y almacenes naturistas que ofrecen el asesoramiento necesario.

La cocinera naturista Laura Lontrau nos cuenta algunos de sus tips para comprar mejor. “El secreto es tener los elementos en la alacena”, por ejemplo legumbres y arroz yamaní -señala- y recomienda ir a los mayoristas de frutas y verduras los días que sabemos que reciben todo fresco, buscar precios en las dietéticas, hacer nosotros mismos los panes y grisines integrales.

¿Cuál es, para Lontrau, el utensilio indispensable? Una buena licuadora, que ayuda a resolver las comidas de manera mucho más sencilla. Lo ideal es que tenga más de 600 watts, cuchillas dentadas y desmontables, ya que la usarás para preparaciones espesas como los quesos vegetales y fruta congelada para hacer helados.

“Yo tengo pensado dedicarme a la cocina y necesito encontrar nuevos sabores. Además quiero aprender a comer bien”.
Tomás, de 16 años, hace talleres de comida natural y tiene una huerta en su casa.

Disfrutá del verano en modo verde

Los argentinos tenemos muy arraigada la costumbre de unir el amor y la comida. El mate es con bizcochitos, la lluvia con torta fritas, el domingo con asado o pastas, el verano con cerveza y picadita. ¿Cómo queda esto en medio de un intento de alimentación natural? ¿Tiramos la chancleta hasta marzo? No es necesario. Parece que la tendencia llegó para quedarse.

El mes pasado, el taller interactivo de alimentación natural y consciente “Preparaciones saludables para llenar de color y sabor las Fiestas” ofreció un menú fácil, delicioso y fresco, ideal para el paladar más exigente y para repetir en cualquier reunión de amigos. Acá te lo contamos:

Entrada: picada con humus de garbanzos, queso de almendras con tomates secos y albahaca, guacamole, mayonesa de zanahoria, bastones de apio, endivias y grisines integrales.

Plato principal: tacos mexicanos. Panqueques con harina integral y espinacas hacen las veces de fajitas para armar unos tacos con verduras saltadas y, opcional, pollo.

Postre: garrapiñadas de almendras con azúcar mascabo, nueces rellenas bañadas en chocolate y budín de algarroba.

Para beber, aguas saborizadas con frutillas y naranjas.

La recomendación: masticar bien cada alimento que consumimos, para despertar las enzimas que favorecen la digestión.

En el almuerzo el plato debe estar cubierto un 75% compuesto por verduras, preferentemente crudas. El 25% restante incluye carnes, cereales o legumbres.

A la hora de comprar

EVITAR:

alimentos que contengan aditivos como jarabe de maíz de alta fructuosa o JMAF; aceite hidrogenado; aceite de girasol alto oleico; grasas saturadas; colorante tartrazina; nitritos y nitratos; conservantes BHA y BHT; glutamato monosódico; azúcar y harinas refinadas.

ELEGIR:

frutas y verduras cultivadas con la menor cantidad de agroquímicos y pesticidas posible y cosechadas maduras; carnes de pastura; cereales integrales; aceites de primera presión en frío; sal marina o rosada; azúcar integral o mascabo.

Datos

“La buena salud radica en la buena alimentación. No se necesita ser extremista, sí tener herramientas para lograr el equilibrio”.
La recomendación: masticar bien cada alimento que consumimos, para despertar las enzimas que favorecen la digestión.

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