Cómo armar el recibidor de nuestra casa

Por pequeño que sea nuestro hogar, cuando abrimos la puerta de entrada, nos espera un hall o vestíbulo, que es una carta de presentación. Con la ayuda de una diseñadora de interiores, aprovechemos este tiempo para crear o arreglar el nuestro.

Cecilia Daniele

Diseñadora de interiores-UNRN

Recorriendo la casa con detenimiento, algo que permite esta situación de aislamiento social preventivo, podemos demorarnos en el acceso principal y observar cómo es ese lugar.
Por pequeño que sea nuestro hogar, cuando abrimos la puerta de entrada, nos espera un recibidor, hall o vestíbulo, que es una carta de presentación. Ese espacio es un “descendiente” del antiguo zaguán que, con los años, se ha visto reducido de forma proporcional a lo que lo han hecho las viviendas. Se ha reducido, pero no ha desaparecido. 
El zaguán comenzó a utilizarse en el S. XVI, y nació como un espacio cubierto a continuación de la puerta de entrada que no era usado como habitación, sino que estaba reservado a recibir a las visitas o como lugar de paso. 
Miles de historias se han tejido en ese ambiente y a pesar de sus transformaciones, sigue teniendo mucha presencia. Y si en casa todavía no existe, es un buen momento para crearlo.

Cómo crear el recibidor


Lo primero que hay que determinar es la zona que se destinará al recibidor, puede ser un espacio independiente o un lugar integrado al living o al comedor. Se puede ubicar detrás de la puerta, debajo de una escalera o pegado a un mueble del ambiente de acceso a la vivienda.
Su función principal es la de ser un complemento para comunicarnos con el exterior, y la primera impresión que se recibe al ingresar a la casa.
 Dependiendo del área que se disponga, podrá tener mayor o menor protagonismo, pero lo esencial es que reúna, además de un valor estético, los elementos indispensables.
* Zona para limpiarse los pies
* Un lugar de apoyo
* Un lugar donde dejar las llaves
* Un lugar para prendas y accesorios
* Un elemento decorativo

Cómo resolver cada cosa


Aunque parezca algo sobre lo que no vale la pena detenerse por su obviedad, es importante resaltar que no produce el mismo efecto un simple trapo de piso, que un felpudo con algún diseño apropiado para dar mayor atractivo al conjunto. Se pueden encontrar muchas opciones en calidad y precios. Sólo hay que hacer una buena elección.


En cuanto al lugar de apoyo, aquí las alternativas son aún más variadas. Puede ser una mesa de arrime, un pequeño mueble, una repisa, un modular, una biblioteca o un simple estante. Todo es apropiado si armoniza con el resto de los objetos de ese lugar y con la decoración de la habitación siguiente.

 
Para las llaves se pueden colocar cuencos, canastas, cajas decoradas u otros objetos contenedores sobre el mueble de apoyo; para no ocupar un lugar en la pared. Si tenemos material en casa, se pueden fabricar algunos portallaves muy originales buscando ideas en Internet.
El lugar para prendas y accesorios, si no disponemos de espacio suficiente para un perchero de pie o de pared, se puede resolver poniendo una butaca, una silla o un pequeño sillón al lado del mueble de apoyo, o simplemente, si éste lo permite, agregarle ganchos para ese fin.


Finalmente, un elemento decorativo le dará realce y personalidad al recibidor. Este es un buen lugar para los cuadros, que pueden estar amurados o sobre el mueble de apoyo. Los espejos aportan distinción, “agrandan” los espacios y además son de gran utilidad. Lámparas, jarrones, pequeños adornos, portarretratos, todos son apropiados para completar el grupo.


Y algo más…
La sencillez brinda belleza y armonía. 


No es necesario cargar el recibidor con demasiados elementos. Pocos, pero bien elegidos y combinados serán una fórmula infalible. 
Darle luminosidad ayudará a que se vea más amplio, por lo que es recomendable que las paredes sean claras y de ser posible, que se ubique en un lugar donde haya luz natural. 
Como todos los ambientes de la casa, por reducido que sea, el recibidor debe ser pensado y proyectado. 
El diseño de los espacios interiores lleva un tiempo de maduración y el apuro no es buen consejero en estos casos. Luego de ese proceso, entonces sí: ¡manos a la obra! 


Una curiosidad

El recibidor también se conoce como vestíbulo.
Erróneamente se cree que ese nombre se le da por ser el lugar donde se dejan los abrigos, guantes, gorras; es decir prendas de vestir.
Sin embargo, la denominación de vestíbulo proviene de la diosa romana Vesta, protectora de las casas y los hogares.


De allí surgió el término en latín vestibulum, que significa “lugar de Vesta”, con el que se denominaba al sitio que en la Antigua Roma se le asignaba a la entrada de las casas y donde se colocaba una estatua o imagen de la diosa Vesta, para que protegiera al hogar y sus habitantes.


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