Crímenes y curiosas coincidencias

Dante Morosani

Las circunstancias de vida y los asesinatos de los expresidentes de EE. UU. Abraham Lincoln y John F. Kennedy tienen llamativos paralelismos.

Aunque tibiamente, parte de la prensa nacional deslizaba algún paralelo en el ataque a tiros perpetrado el 9 de mayo último en Buenos Aires contra el diputado nacional Héctor Olivares y su asesor Miguel Yadón, que terminó provocando la muerte de ambos, con el crimen en plena sesión legislativa del senador Enzo Bordabehere a manos del excomisario Ramón Valdez Cora, en 1935, cuando presuntamente el blanco elegido era el senador Lisandro De la Torre. Casi medio siglo después el episodio fue llevado al cine a través de la película “Muerte en el Senado” protagonizada por el actor Miguel Ángel Solá en el rol de De la Torre.

No obstante la conclusión de que el reciente episodio en zona del Congreso nacional, finalmente no dio pábulo a connotación política alguna, las circunstancias narradas de dos hechos igualmente crueles y despreciables, separados por 84 años, nos anima a recordar la coexistencia abrumadora de datos en los que la historia inscribe el asesinato de dos presidentes norteamericanos:

Abraham Lincoln fue electo al Congreso en 1846, John F. Kennedy en 1946. Lincoln fue consagrado presidente en 1860 y Kennedy en 1960. Los apellidos de cada uno contienen siete letras.

Ambos dedicaron sus esfuerzos a la defensa de los derechos civiles hasta el último día de sus vidas, siendo asesinados uno y otro con balazos a la cabeza, en un día viernes. Lincoln el 14 de abril de 1865 y Kennedy el 22 de noviembre de 1963.

Las dos esposas perdieron un hijo mientras vivían en la Casa Blanca.

Lincoln tenía un secretario de apellido Kennedy y el presidente Kennedy una secretaria de apellido Lincoln.

Uno y otro fueron asesinados por individuos sureños, sector del que serían sucedidos en sus respectivos gobiernos. A los dos le siguieron gobernantes de apellido Johnson. Andrew Johnson, sucesor de Lincoln, nació en 1808, y Lyndon B. Johnson, que le siguió a Kennedy, en 1908.

Uno y otro fueron asesinados por individuos sureños, sector del que serían sucedidos en sus respectivos gobiernos. A los dos le siguieron gobernantes de apellido Johnson.

John Wilkes Booth, que mató a Lincoln, nació en 1839 y Lee Harvey Oswald el asesino de Kennedy, en 1939. El nombre completo de los victimarios suma 15 letras.

Booth huyó del teatro donde disparó a Lincoln y se refugió en un depósito, y Oswald huyó del depósito donde disparó y se escondió en un teatro. Los dos homicidas fueron ultimados antes de comparecer en un juicio.

Una semana antes de ser asesinado, Lincoln había estado en la localidad de Monroe, Maryland, y Kennedy, también una semana antes, había estado con la actriz Marilyn Monroe. Tanto uno como el otro estaban con sus esposas en el momento de los atentados y ninguna de ellas resultó lesionada, sosteniendo las cabezas de sus esposos cuando se encontraban heridos de muerte.

Lincoln fue baleado en el teatro Ford. Kennedy lo fue en una limousine Lincoln, producto de la marca Ford.

El presidente Lincoln se encontraba sentado en el teatro en el palco 7; Kennedy ocupaba el vehículo 7 de la caravana presidencial.

Los dos mandatarios murieron en hospitales con las mismas iniciales. En el caso de Lincoln, su deceso se produjo en el Paterson House y Kennedy falleció en el Park Hospital.

Las autopsias fueron practicadas por personal médico militar, y las respectivas sepulturas se realizaron en ataúdes de caoba.


Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios