Este fin de semana: Kevin Johansen y Liniers, de la cordillera al Alto Valle, con su espectáculo de música ilustrada

El músico y el dibujante llegan por primera vez juntos a la región para presentar su original espectáculo. En un ameno encuentro vía Zoom con Diario RÍO NEGRO, contaron cómo nació este show y la amistad que los une.

Kevin Johansen y Liniers llegan por primera vez a la Patagonia para presentar su histórico show de música y dibujos en vivo. El Tour 2025 los llevará este viernes a San Martín de los Andes, mañana sábado a Bariloche, el domingo Neuquén y el martes a Roca (ver abajo).  

Canciones, dibujos, amistad y mucho humor, un show reconocido por el público y por la crítica, una mezcla especial y con mucho arte que une nuevamente a Kevin Johansen junto al reconocido dibujante Liniers. 

Kevin Johansen ofrece un recorrido por las canciones más reconocidas de su discografía, mientras Liniers las improvisa, ilustra y recrea en dibujos en tiempo real sobre una pantalla colocada como fondo del escenario. 


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En encuentro vía Zoom muy ameno y divertido Kevin Johansen y Liniers, cuyo nombre completo es Ricardo Linires Siri, hablaron con Diario RÍO NEGRO sobre los orígenes de este espectáculo , por qué creen que funcionó, sobre el primer disco juntos, entre otros asuntos.  

P: ¿Qué es lo que van a traer de este espectáculo, que ya tiene varios años y que por primera vez traen a Neuquén? 

KJ:  En principio, nos vamos a traer a nosotros. Lo que vamos a traer somos nosotros con nuestros petates, Liniers con sus pinceles, con sus hojas, con sus ideas. Y yo con mis guitarras y algún que otro pincel yo y alguna que otra guitarra Ricardo. Hacemos en algún momento una demostración de destrezas.  

P: ¿Intercambian roles en escena?  

KJ: Sí, hacemos mucho intercambio de roles.  

L: El que toca dibuja más o menos y el que dibuja toca peor, pero eso no nos detiene. 

P: Kevin, ¿traes músicos o venís vos solo?  

KJ: No, voy solo. Vamos así en plan dúo interdisciplinario. Y la verdad que es algo que hemos hecho mucho en los últimos tiempos, desde el último año y medio a esta parte, cuando volvimos un poco a las andadas, después de un respiro de unos cinco, seis años que Ricardo se fue, el que es del sur se mudó al norte, está en Vermont, y yo que soy de Alaska, estoy en el sur. Así somos.  

L: Nos evitamos lo más que podemos, básicamente. 

KJ: Claro, tenemos un contrato que no hay que estar más cerca de 3.000, 5.000 kilómetros (risas).  

L: En hemisferios diferentes, por favor.  

P: ¿Qué tan entrenados vienen a Neuquén después de esa pausa que contabas, Kevin?  

KJ: Bueno, entrenados nunca. Nuestro lema es nunca listos (risas). Hay una especie de homenaje, no sé si es que somos un poco jazzeros y nos gusta la improvisación o qué, pero sí hemos ido, hablando en serio, fijando cosas que nos gustan mucho y que vemos. Es un mix, ¿no? Es ver un poco la reacción de la gente, qué quieren escuchar y a la vez sorprenderlos con algo que no se esperaban.  Creo que siempre hay que tener un elemento de sorpresa para con uno mismo.  

L: Kevin usa mucho el elemento de sorpresa conmigo, porque a mí no me avisa cuando va a tocar una canción de Sur o no Sur, que no tocó nunca, desde que lo conozco y de repente ya, mirá, Ricardo voy a tocar esta. Y es lindo ver qué dibujo sale en qué momento, porque todos los dibujos que aparecen en el show aparecieron en el escenario. Nunca abajo nos pusimos a charlar de cómo dibujar tal o cual canción. Así que es lindo que es sorpresa para todos. 

Siempre hubo como una interacción de gente que viene del mundo visual con gente que viene del mundo audio, y hay una conexión ahí, hay como una especie de compensación que buscamos».

Kevin Johansen.

P: En ese caso, Kevin arranca con cierta ventaja porque conoce un repertorio y la sabe tocar. Vos tenés que dibujar lo que no sabés que vas a dibujar.  

L: Eso es lo que vos pensarías, pero acordate que mis dibujos van por la espalda de Kevin, así que la ventaja ahí la gano yo porque puedo atacar. Kevin emocionado cantando canciones y escucha risotadas que suben de la audiencia y sale algún tipo de traición.  

KJ: Eso es lo que hemos descubierto, la risa es una forma de aplauso. Es un poco sin pensar también, no intelectualizando demasiado, sino llevándolo de un modo bien natural y orgánico, aunque no me gusta la palabra orgánica porque está muy de moda. Pero sí creo que encontramos con Ricardo un lenguaje nuevo. De algún modo no nos une el amor sino el esperanto.  

P: ¿La lista de canciones aparece en escena, tenés una base y lo que sucede en el escenario, cómo lo pensás como músico? 

KJ: Hay un elemento de sorpresa propio también para uno mismo, donde no caemos en una cosa escrita en piedra. Hay un setlist generoso y flexible, entonces vamos viendo, vamos surfeando esa ola y nunca es igual, por suerte, nunca es igual porque el público nunca es el mismo. Así que siempre está ese elemento flexible dando vueltas de, obviamente sé por dónde voy a empezar, a veces reculo y digo no, hoy empecemos con este, o no le digo, como bien dice Ricardo, o no le aviso.  

L: Los niveles de maldad de Kevin… una vez hizo un show, hace unos años, la primera época que lo hacíamos, y venía bien armada la cosa, nos salía lindo todos los shows, yo había empezado a tomar un poco de seguridad, y un día Kevin sale y empieza a tocar “Guacamole”, que era la última canción del set. Y digo, qué raro va a arrancar con “Guacamole”, ¿no? Y después hizo la anteúltima, y después hizo la antepenúltima, y después me di cuenta de que estaba haciendo todo el set para atrás y mi cerebro que ya se estaba empezando a acostumbrar, fue rarísimo. Sí, sí, hay todo tipo de maldades que suceden.  

P: ¿Qué sucede con la obra que creas en escena, Ricardo, ¿qué pasa con esos dibujos? 

L: Viste que los porteños somos muy generosos, y esa fama que tenemos de los porteños (risas). Yo me voy sin ningún dibujo del lugar, esa es la regla mía, personal. Todos los dibujos o van al público en forma de avioncitos, y después reservamos uno o dos para la gente que trabaja ahí o los niños del teatro. 

Pero, en líneas generales, debo haber entregado ya mil, dos mil avioncitos, para empezar a aparecer online, voy a hacer el cálculo matemático y mi mujer se va a divorciar (risas).  

P: ¿Cómo te preparas, Ricardo, en escena, ¿qué llevas? Kevin tiene la guitarra, te hago los instrumentos, pero vos, ¿con qué subís?  

L: Yo tengo mi maquillador, mi maquillador, mi peluquero, que viajan conmigo, y mi modisto que me viste (risas) y después acrílicos, crayones, y como unos pasteles al óleo que uso. 

Pero sí, siempre subo con tonterías en la mesa, que Kevin yo creo que mira de reojo, porque nunca sabe si me compré algún juguete nuevo para molestarlo en alguna canción. Tengo una armónica que ya Kevin hizo todo lo posible porque la dejé de tocar y nunca lo logró hasta el día de hoy (risas). Creo que fue desde el primer show que hicimos que me dijo ¿Te parece la armónica? Y sigue ahí apareciendo, pero bueno, ya me mira con cierto cariño, está tomando cariño a mis solos de armónica. 

KJ: Un cariño resignado.  

L: Es un solo hecho solamente de aire y entusiasmo.  

Ser humorista gráfico, hacer chistes en papel, es como ser gracioso en cámara lenta. Yo estoy tres horas para dibujar una tira más o menos graciosa, pero es como voy pensando qué palabra puedo decir, si le cambio la cara. Son más o menos graciosos, pero tomás un tiempo largo. En el escenario no existe más ese tiempo.

Ricardo Siri, Liniers

P: ¿Cómo surgió esto? ¿Cómo se les ocurrió?  

L: Se dio natural y, para usar una palabra que Kevin odia, orgánico. Se fue dando naturalmente, porque la verdad es que yo lo fui a ver a Kevin, el primero o el segundo show que lo fui a ver, que era en un lugar chiquitito, en Notorius, en Buenos Aires, cuando llegué había reservado una de 15 mesas que habría ahí, y fui con mi mujer, y cuando llegamos no nos habían reservado la mesa, o no estaba, o se la dieron algún amigo de Kevin que apareció a último momento (risas). 

Y entonces le digo, pero yo reservé, y en ese momento no nos conocíamos. Y el tipo me dijo, bueno no te preocupes, y puso una mesa en el escenario, que ya era de chiquito de por sí, y yo tenía que esquivar cuando el bajista movía el bajo, tenía que mover la cabeza para que no me pegué. O sea que ya de los primeros shows que estuve con Kevin, estaba yo con una mesita. 

Así que el destino sabía más que nosotros, pero después nos hicimos amigos de charlar de tonterías porque ni Kevin podía imaginar que le podía servir mucho un dibujante, más allá de algún dibujito para un disco, ni yo me podía servir mucho un músico, más allá de venir a tocar alguna presentación de un libro para salvarme un rato (risas).  

P: ¿Y cuándo se conocen? Porque vos decís, Ricardo, que no se conocían esa noche..  

L: A mí me suena que ahí en Notorious charlamos como por primera vez que fui. Le dije, che, yo hago unos dibujitos de Página 12, y Kevin me dijo, sí, sí. Y yo había hecho, de hecho, no me acuerdo si antes o después, pero había hecho un dibujito en donde aparece Kevin.  

KJ: Me acuerdo de la primera colaboración que preguntabas, fue un Gran Rex que presentábamos Sur o no Sur, y Ricardo dibujó unos pingüinos así a los costados, con una especie de telón rojo muy bonito, y esa fue como el afiche de calle de la presentación de Sur o no Sur.  

Ya lo tenía, nos teníamos así fichados de algún modo, así que ya me caía bien lo que hacía, y fue así como muy paulatino y casi lógico, te diría, el tema de, bueno, un afiche, una tapa de disco con los años, ¿viste? Y algún amigo, Gastón Piñero, que hace todo el laburo visual diciendo, bueno, che, ¿por qué no lo subimos al escenario? Y de a poco fue, tras bambalinas también, él con un par de computadoras dibujaba con el sonidista, en penumbras, aparecían cosas ilustradas detrás nuestro, después algún que otro mural, hacía murales de espaldas, pero todavía hablaba poco, y después fue como convirtiéndose en algo más tipo Les Luthiers, más interactivo, esas colaboraciones que existen o amistades que existen, de Fontanarrosa con Les Luthiers o de Serrat que era muy amigo de Caloi. Siempre hubo como una interacción de gente que viene del mundo visual con gente que viene del mundo audio, y hay una conexión ahí, hay como una especie de compensación que buscamos.  

P: ¿Cómo decidieron unir talentos creativos y musicales y artísticos para este espectáculo?  

KJ: Hace 15 años que lo hacemos, así que más o menos como que tomó forma, o la forma actual, hace unos 15 años, que desemboca ahora en este próximo disco que estamos por sacar (N. de la R.: la entrevista se hizo tres días antes del lanzamiento que fue el viernes pasado), el Desde que te Madrid, filmado en un teatro de allá y con invitados como Las Migas y Jorge Drexler, gente afín. Pero sí, yo creo que sí, que hay algo que encontramos y que sentimos que hay algo diferente.  

No sé, a mí me pasa como músico que encuentro en el arte de Ricardo algo degenerado respecto al género, porque él no se confina estéticamente a una sola cosa, es bastante variopinto y a la vez tiene mucha identidad, es muy definido también en su estética. 

Creo que por ahí hay algo en el juego, en lo lúdico, que nos une, una búsqueda que tiene que ver con, no sé si reconocer las influencias y a la vez tener como una necesidad urgida de ser originales, intentar ser lo más originales posibles también, no copiar esa línea delgada, obviamente, de respetar las influencias e ir para atrás con cosas muy clásicas. No sé, yo en la música escucho todos los días cosas muy clásicas y a la vez no es que quiero parecerme, o sí (risas), pero no quiero, digamos, Charly ya quiso ser Charly, no es que quiero ser Charly, o no quiero ser Serge Gainsbourg, porque Serge Gainsbourg ya quiso ser Serge Gainsbourg.  

L: A mí me pasó en los primeros shows que hacíamos con Kevin, me acuerdo, pero tengo la imagen en la cabeza, me acuerdo el momento, que había un momento que Kevin cantaba “Take On Me”,  de A-Ha, y como yo no sabía qué dibujar, bueno, me pongo adelante en el escenario y me hacía el payaso y bailaba medio como un inútil como soy yo, pero haciéndome gracioso, tratando de canalizarlo en Rabinovich de alguna manera (risas). 

Y me acuerdo el pensamiento que en el momento que estaba bailando, haciendo el paso más estúpido, pensé, che, Quino no hace esto. Héroes del dibujo, Fontanarrosa, Quino, eran muy graciosos, pero tenían como una imagen de seriedad, y yo estaba como un idiota A-Ha. Y después me acuerdo muy rápido de decir, no, yo no empecé a dibujar porque quiero ser Quino, yo empecé a dibujar porque quiero hacer algo que me hace bien. 

Y esto, por alguna razón inexplicable, bailar A-Ha frente a esta gente que no conozco, me está haciendo bien.  

P: ¿Cómo fue, Ricardo, para vos llevar tu actividad artística, tu arte, tu trabajo, que imagino debe ser solo, en tu estudio, sin público, a tener que hacerlo, ante mucha gente que te está mirando y que está esperando algo de vos en ese momento? 

L: Un punto en común del 90% de los dibujantes de historietas es la timidez. Porque uno se hace dibujante en la escuela, si lo pensás, y ser dibujante es hacer literalmente esto, ponerse así, como ponerte para adentro. 

Y después los que jugaban bien al fútbol, y los que cantaban, y como el Johansen y tal, todos populares. Pero los dibujantes de historietas somos tímidos.  

KJ: No, eso sí. No estoy de acuerdo. (risas) 

L: Y en mi caso, cuando me conoció Kevin… Entonces, es verdad que yo cuando me conoció Kevin, yo era tímido, y nunca me hubiese imaginado hacer nada arriba del escenario. 

Y tuve la suerte de que, como nos hicimos amigos durante 4 o 5 años antes de hacer nada de esto, era como un amigo, básicamente, que te estaba diciendo… Yo lo sentía como ese amigo que te dice, che Ricardo, la fiesta es acá, es en el escenario.  Yo al principio que dibujaba con el sonidista, y saludaba al final. Y después era como, Ricardo, la fiesta es bueno ser sonidista, pero la verdad es acá en el escenario. Y entonces le dije, ¿te parece? Y lo que descubrí, y lo descubrí con bastante gente también después, es que nadie sabe quién es en un escenario hasta que se sube en el escenario. Hasta que está ahí arriba. 

KJ: Ricardo suele decir yo era tímido. Es muy importante el era. Yo era tímido (risas).  

L: Lo mejor que me pasó en mi vida fue sacarme la timidez de arriba. 

P: No hay nada más peligroso que un tímido que dejó de serlo. No sabes en qué puede terminar ese señor. 

KJ: Tremendo. Es mucho más sociable que yo en un punto. Porque también está ese cliché de que el músico tiene que ser siempre extrovertido siempre tener el comentario brillante a flor de boca. Y yo no soy para nada así.  

P: Salvo que seas Lou Reed, de quien nadie va a esperar eso.  

KJ: (risas) No, no. Lou Reed se atrevía a no gustar. Yo no soy tan valiente. A Lou Reed no le importaba nada. O parecía o actuaba muy bien.  

P: ¿Te costó dibujar en escena, crea? Porque en definitiva tiene que funcionar. Kevin tiene que tocar bien, cantar. Tiene que hacer un espectáculo atractivo, que funcione. Y de tu parte tiene que salir un dibujo que te conforme. Están saliendo cosas interesantes. 

L:  Ser humorista gráfico, hacer chistes en papel, es como ser gracioso en cámara lenta. Yo estoy tres horas para dibujar una tira más o menos graciosa, pero es como voy pensando qué palabra puedo decir, si le cambio la cara. Por ahí la cara tiene que estar riendo. No, tiene que estar enojado. Son más o menos graciosos, pero tomás un tiempo largo. 

En el escenario no existe más ese tiempo. Las canciones de Kevin tienen tres minutos y en tres minutos tiene que estar terminando. Y a mí me gusta mucho que me saca otro personaje, como otra personalidad diferente. Mismo como dibujo, como algo muchísimo más expresivo, expresionista, en donde el accidente lo disfruto mucho también. 

Porque hay accidentes que terminan siendo parte del dibujo. Hay un dibujo, por ejemplo, que Kevin canta sobre el balde de la luna. Y la primera vez que lo dibujé, había dibujado una luna, y cuando fui a poner el blanco sobre un papel negro, cayeron unas gotitas blancas de agua. Y dije, ah, las estrellas. Y empecé a tirar gotitas de agua. Entonces, el accidente es parte del show. 

Pero es eso. Se acabó la cámara lenta. Lo que tiene que pasar, tiene que pasar. Si algo falla, mala suerte. Tenés que resolver en el momento, hacer algo para que funcione.  

P: ¿Crees que esta posibilidad de crear en este contexto, estas condiciones, mientras un músico hace su canción y el público está ahí, apareció en vos otro tipo de artista del que eras?  

L: Por un lado, es lo que siempre hice. Poner música y dibujar. La verdad es que esta es la versión más surround sound que te puedes imaginar. Antes, en vez de tocarle la cabeza a Kevin y que arranque, ponía play en el compact y arrancaba Kevin ahí. Pero siempre dibujás con música, con ruido porque la vida en una mesa es muy solitaria. 

Pero… Así que sí, fue… Pero la adrenalina es lo que le faltaba a esa ecuación. Estaba la música y estaba el dibujo. Pero lo que no estaba es la adrenalina. 

Y la adrenalina sí te hace resolver cosas de manera diferente. Por ejemplo, yo sin adrenalina no soy muy gracioso. Por lo menos no pienso rápido algo para decir para que la gente se ría.  

Pero en el escenario, cuando hacíamos un show con Alberto Montt, que hacíamos stand-up, la adrenalina te genera una velocidad que a mí por lo menos no me interesa porque yo no me conocía esa versión mía.  

P: Imagino que hasta te descubriste otro trazo en tu mano al dibujar. 

L: Sí, sí, vas a ver como un dibujo súper suelto que me sorprende a mí cuando yo lo dibujo. Es divertido ver qué va a pasar al final de la canción porque hay canciones que ya más o menos sé por dónde viene la cosa, pero hay muchas veces que digo hoy lo voy a hacer diferente mismo a canciones que ya veníamos haciendo. Hoy voy a hacer otra cosa, a ver qué pasa. 

P: ¿Cómo hay evolucionando esta reunión entre ustedes en escena de aquellas primeras presentaciones hace 15 años a la actualidad?

KJ: Yo creo que ambos disfrutamos el escenario. Hay gente como mencionaba Ricardo antes de todas las lides hay dibujantes que son súper fóbicos y hay músicos que son muy fóbicos, hay músicos que la pasan mal arriba del escenario, que padecen el escenario yo tengo colegas que al segundo tema están alienando al público entero diciendo, cacho, no se escucha el bajo, se olvidan que hay gente (risas) Conozco personas, una cantante muy famosa que no voy a mencionar que decía que sus propios amigos se iban de sus shows porque era tan agresiva y se ponía tan nerviosa que los propios amigos decían no te aguantamos así que es muy personal y creo que por suerte capaz que Ricardo y yo tenemos una curiosidad natural y una creo que hay que tener alma de anfitrión cuando estás arriba. 

P: Kevin, recién hablabas de un disco. 

KJ: Es un disco en vivo que hicimos junto a Liniers en Madrid, le pusimos Desde que te Madrid, hecho con I.E., con inteligencia emocional (risas). La tapa la hizo un amigo (risas).  

L: Contratamos a un dibujante para que la haga mejor, pero la firmé yo (risas)

Hermosa tapa. Caminamos por Madrid, cerca de la Puerta de Alcalá, lo hicimos en el Teatro Albéniz, donde registramos el recital, con invitados que mencioné, Las Migas y Jorge Drexler. 

Está mi hijo Tom Atahualpa también ahí participando, en el cajón. Y la verdad que era un momento donde queríamos tener ese registro de nuestra conexión también hispanoamericana. Quedó un proyecto muy hermoso. Ricardo ha hecho una especie de placa por canción.  

L: Lo que le dije a Kevin, si sacamos un disco de Liniers y Kevin, lo tuyo se escucha, pero lo mío no se va a escuchar. 

KJ: Hicimos como un librito, o sea, cada canción tiene un hermoso dibujo de Liniers y hay muchos diálogos también. Estamos conversando muchísimos entre cada tema. El vinilo va a tener todas estas ilustraciones hermosas de Ricardo por cada tema. 

L: También hay algo que es muy lindo del disco de este show, que es que salgo en un par de canciones y está Kevin solo, solo con la guitarra, como muy acústico. A mí siempre me da mucho orgullo ver cómo las canciones no necesitan, digo, es lindo meterle todo lo que le mete Kevin porque, dale, va. Pero las canciones no necesitan eso. Las canciones están tan bien hechas. Es algo muy hermoso para mí escuchar nuestras canciones de una manera, así como tan dura.  

KJ: Es verdad que sí, es la primera vez que vine a tocar solo prácticamente todo el recital, más allá de que cuando filmás la pasás mucho peor (risas). Descubrí que me estreso y trato de tener esa alma de anfitrión y a la vez estoy pensando en las cámaras. Y me parece que hay algo ahí con que Ricardo también está solo. Es más justo también. 


Kevin Johansen & Liniers: las fechas de la gira

-San Martín de los Andes: este viernes, a las 21, en Espacio Trama (Gral. Roca 320). Entradas en la sala y a través de entradaweb.com.ar.
-Bariloche: mañana sábado a las 21, en María Auxiliadora. Entradas en librería Literal (Elfin 115) y por Tuentrada.com.
-Neuquén: el domingo, a las 20, en Casino Magic. Entradas el boletería del casino, en Flipper y por tuentrada.com.ar.
-Roca: el martes, a las 21, en Asociación Española. Entradas a través de Tuentrada.com.


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