Luis Bravo: el artista que convirtió la noche de Bariloche en refugio cultural

El músico sufrió un ACV y permanecía internado en Terapia Intensiva en el hospital de Bariloche.

Luis Bravo deja una huella en Bariloche. Foto: archivo Alfredo Leiva

Este martes murió el músico Luis Bravo, tras llevar varios días internado en el área de terapia intensiva del hospital Ramón Carrillo de Bariloche luego de sufrir un ACV. El dolor por su partida se reflejó en una enorme cantidad de mensajes en los que se destaca su huella artística y su solidaridad, a través de las redes sociales.

Bravo dejó su impronta marcada en la ciudad cordillerana, al fundar “El Clandestino”, una mezcla de bar de barrio y bodega cultural ubicado en un subsuelo de la calle Belgrano y 20 de Febrero. Abrió sus puertas en 2001 hasta 2005 -cuando la familia de Luis vendió esa propiedad. Durante esos años se convirtió en un rincón de encuentro de todo tipo de artistas, en un verdadero espacio cultural.

Se llamaba “El Clandestino” porque así lo empezó a llamar la gente. En una entrevista a diario RIO NEGRO, Bravo contó que “venían muchísimos jóvenes, incluso los días de tango, y el 90% eran de Bariloche. Pero después los hostels empezaron también a mandar gringaje y les gustaba mucho. Sacaban fotos y hasta le pedían autógrafos a los músicos”. Por este boliche pasaron Vox Dei, Jaime Ross, Las Blacanblus, Fito Páez, Los músicos de Pappo y grandes artistas de Bariloche.

Bravo creó agrupaciones como Los Músicos del Sur, Pan Duro, De los Años, La Salsa del Tomate, entre otras. Incursionó en tango, rock, pop y folclore. Nunca abandonó su camino por la música. Incluso, al descompensarse en los últimos días, se preparaba para subir al escenario una vez más.

Luis Bravo deja una huella en Bariloche. Foto: archivo Alfredo Leiva

“Lo conocí allá por el año 78. En mi adolescencia, fuimos al Electrón Fú en el Centro Atómico y cuando abro mi paquete de cigarrillos, se me para enfrente una patota digna de The Warriors que comienza a pedirme cigarrillos, cosa que cumplí”. Así lo recordó el periodista de Bariloche, Sergio Suez, que, después de la pandemia, se trasladó a Brasil. “En eso, de la nada -continuó-, como si fuese una historieta apareció ese hippie, reo, simpático y les dijo que no fueran tan nabos de meterse con un pibe y me devolvieran los puchos, cosa que cumplieron. El justiciero en cuestión era nada más y nada menos que Luis René Bravo. Desde ese día, lo puse primero en mi lista de super héroes”. Lo definió como compañero de ruta, socio en una empresa de equipamientos de sonido y por compartir conciertos.

Su hija Mila también le dedicó un mensaje: “Armé una playlist para escuchar con vos cuando te puedo ver y todos los temas tienen algo tuyo, de tu voz, de tu forma de ser, de tu manera de ser: mi papá. Ya ninguna canción suena igual, en todas estás moviendo la patita, tocando la bata en el aire, diciendo ‘qué hermoso tema’ o cantando mientras cerrás los ojos como si volaras bajito. Gracias por ser el director de la banda sonora de mi vida”.

“Pase lo que pase y parafraseando aquel cuadro del Clandes, estoy segura que el tango te acompaña y la milonga te proteje. Viva Perón y River Plate. Te amo. Tu Camilú”.

En tanto, el fotógrafo Alfredo Leiva posteó: “Brilla tu, diamante loco”, junto a una imagen de Bravo donde se lo puede ver sentado en una reposera ubicada en el techo de una humilde casa, con una bicicleta detrás.


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