Dalma Maradona se quebró en el partido de Boca

Fue en el emotivo homenaje a Diego en la Bombonera.

Un sensible homenaje se brindó a Diego Maradona en una Bombonera vacía de público, pero con la emoción que flotaba en el ambiente, durante el partido que el «xeneize» le ganó a Newell’s por 2 a 0.

El destino quiso que el primer partido de Boca después de la muerte del ídolo mundial Diego Armando Maradona sea contra Newell’s dos de los clubes con cuya camiseta jugó en la Argentina, donde comenzó su carrera en Argentinos Jrs en 1976.

Y por esas cosas de las casualidades de la vida la Bombonera fue el último estadio que pisó Diego con gente antes de la cuarentena, cuando Boca se consagró campeón de la Superliga al vencer a su Gimnasia.

Los dos picos más emotivos fueron cuando en el primer gol de Boca, tras un tiro libre «Maradoniano» de Edwin Cardona, el delantero Ramón Ábila junto a sus compañeros pusieron en el piso la camiseta argentina con el número 10 con la que ingresaron y aplaudieron mirando a Dalma, ubicada en el palco histórico de Diego, quien no paraba de llorar.

El otro fue en el entretiempo, cuando se apagaron las luces del estadio y solo quedó iluminado el sector donde siempre se ubicaba y que pertenecía al mejor jugador de la historia.

En un estadio cubierto de banderas que recordaban a «Dieguito» y la presencia de su hija Dalma Nerea, también hincha «xeneize», la soledad de las tribunas no podían tapar la emoción reinante y los gritos desde afuera en las calles por hinchas que vinieron a recordar al crack.

Las banderas eran elocuentes del significado de «Pelusa» en la historia azul y oro: «El pueblo no olvida a quien lo hizo feliz», «Gracias Diego por tu fútbol», «Diego eterno» «La Boca: bienvenido a tu casa», y el más llamativo, un telón gigante que alguna vez el ídolo donó a la 12, agradeciendo al cuerpo técnico, plantel y dirigentes por la Copa Libertadores y la Intercontinental de 2000.

Ambos equipos ingresaron con camisetas blancas con el nombre de Maradona con el 10 en la espalda y luego los 22 futbolistas junto a la terna arbitral se reunieron en el círculo central, donde durante un minuto aplaudieron en memoria del «10», mientras sonaba la canción de Rodrigo Bueno en tributo a Diego (la «Mano de Dios»).

Varios jugadores de ambos equipos no podían disimular su emoción por un momento que nadie quería ni pensaba vivir.


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