Belgrano le ganó 4-3 a Boca, en un partidazo por la Copa de la Liga

El Pirata es líder de la zona B, mientras que el Xeneize sigue en el puesto 11, con cinco derrotas en ocho fechas.

A Boca le reclaman goles, hizo tres y no ganó. Combinó efectividad adelante con horrores defensivos y Belgrano pasó por caja (4-3) en el mejor partido de la Copa de la Liga. El Xeneize, con números en rojo, sumó su quinta derrota en ocho partidos y no pudo salir del undécimo puesto en la zona B. El Pirata, en cambio, es el nuevo líder y dio un paso clave para clasificar entre los cuatro mejores que irán por el título.

El primer tiempo fue inolvidable de principio a fin y los minutos así lo ratifican. El Pirata rompió el cero a los 2 y anotó el cuarto a los 45. En el medio, partidazo. En la primera llegada a fondo de Belgrano, Campuzano falló dos veces, García dio rebote largo y Passerini la mando a guardar. Boca sintió el golpe, pero mejoró con el correr de los minutos y lo dio vuelta con dos golazos de Merentiel y Benedetto.

Ese fue el mejor momento del visitante, que incluso se pudo poner 3-1 con un gran remate de Pipa por arriba de Losada, que dio en el travesaño.

El equipo de Almirón le dio vida al de Farré y la reaccion fue letal, porque Barinaga sacó provecho de otro error y ganó por arriba; Passerini mostró su olfato goleador y hasta Rolón. Si, Rolón, el que llegó desde Boca en el receso, se anotó en la red: 4-2 en medio partido y 45 por jugar en el Gigante de Alberdi.


El segundo tiempo, «más normal»


Repetir el vértigo del arranque era imposible, pero los dos salieron dispuestos a seguir en la búsqueda del arco rival. Almirón mandó a la cancha al Zeballos y en el primer centro encontró el botín de Merentiel, quien  puso el 4-3.

Sin embargo, el Changuito preocupó a todos, porque otra vez salió lesionado. Apenas estuvo 7 minutos, cuando dejó la cancha, llorando y después sin consuelo en el banco de suplentes.

En el campo de juego la historia fue pareja. Boca lo buscó y contó con algunas posibilidades, pero el local lo controló muy bien y, cada vez que se dispuso a atacar, complicó a una última línea que hizo agua, especialmente en la zona de los centrales.

Finalista de la Libertadores, pero sin rumbo en la Copa de la Liga, el Xeneize se enfocará ahora en la Copa Argentina, porque el domingo se las verá con otro de Córdoba, Talleres.


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