San Lorenzo cumplió con su parte y venció 1-0 a San Pablo, por la Copa Sudamericana

Adam Bareiro anotó el único tanto en el Nuevo Gasómetro.

San Lorenzo consiguió una trabajosa victoria en su estadio al derrotar a San Pablo (1-0) en el partido de ida de los octavos de final de la Copa Sudamericana. El Nuevo Gasómetro vivió una fiesta gracias al gol convertido por Adam Bareiro en el segundo tiempo, pero también vibró con el esfuerzo de sus jugadores que se ofrendaron nuevamente en una batalla continental.

Desde los planteos, San Lorenzo buscó perforar con sus carrileros Agustín Giay y Malcom Braida, además de aprovechar la velocidad y picardía de Nahuel Perrito Barrios. Enfrente, Dorival Junior buscó sociedades con Wellington Rato y Caio para alimentar al ex Boca Juniors Jonathan Calleri.

El equipo de Rubén Darío Insúa mantuvo en alto el espíritu de lucha y buscó con mucho tesón llegar al arco rival, mientras que San Pablo trató de tener la pelota, moverla y buscar el espacio, la grieta para meter un ataque profundo.


Llegó el grito en el Nuevo Gasómetro


En la segunda etapa, San Pablo mostró los dientes de entrada, pero San Lorenzo tomó las marcas y comenzó a acercarse. Y así logró la diferencia cuando Bareiro ganó una pelota luchando contra toda la defensa rival, Barrios juntó gente, la cambió de frente para la llegada de Giay que tiro un centro al segundo palo que Gonzalo Maroni se la bajó al goleador que definió con mucha tranquilidad.

Bareiro llegó a su sexta conquista y quedó como goleador de la Copa Sudamericana, junto a Nicolás Uvita Fernández (Defensa y Justicia) y al paraguayo Federico Santander (Guaraní), y además fue el primer tanto que recibió San Pablo en el torneo.

El equipo local defendió su victoria con los dientes apretados y decidió esperar unos metros atrás a la presión paulista. Por esa razón Insúa sacó a Maroni, de muy buen primer tiempo, y dispuso el ingreso del esforzado colombiano Carlos Sánchez.

Barrios y Bareiro fueron claves para sostener el resultado y tener la pelota cada vez les llegaba, mientras Insúa enviaba claramente una señal a los dirigentes, pidiendo refuerzos, ya que solo realizó un solo cambio.

Los tres puntos fueron un premio para San Lorenzo, con su esforzado y reducido plantel, pero también para un Insúa, cómodo en su posición de estratega. Aunque el resultado fue un mensaje para los dirigentes del club de Boedo, ya que el entrenador dejó en evidencia que necesita refuerzos y experiencia para mecharlo con un grupo muy joven.


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