La Regata no es Regata si en la orilla no está un colectivo que ya es historia
La escuela Mongüen Kawen de Conesa es una de las más tradicionales de todas las que toman parte año a año de la Regata. No menos legendario es el transporte que usan para trasladar a todos sus palistas durante la travesía.
La esencia de la Regata del Río Negro no sólo está en lo que pasa adentro del agua, sino también afuera. En la orilla están los que hacen posible que los palistas, principales protagonistas del evento, puedan estar en el río listos para competir.
Hay acompañantes, asistentes, cocineros, masajistas y también los que se encargan del traslado. El chofer puede variar, pero lo que se mantiene inalterable con el paso de la ediciones de la travesía, es el colectivo que usa la delegación de la escuela Mogüen Kawen, de Conesa. En los balnearios, en las salidas o en las llegadas, o la vera del camino de un campo que se presta para colaborar con la Regata, el inconfundible transporte está siempre presente.
«Este colectivo ya lleva ocho ediciones de la Regata. Se porta re bien y nos lleva y nos trae a todos lados», asegura Claudio Penchulef, el responsable de la escuela de canotaje conesina. Gracias a este transporte podemos llevar a varios de los chicos de la escuela que están compitiendo en esta prueba».

«Este bondi nos acompañó y espero que sea por muchos años más. Cuando nos ven aparecer, dicen ‘ahí vienen los de Conesa’. Es inconfundible», agrega Claudio, que fundó la escuela hace 19 años y que todos los veranos participa de la Regata del Río Negro. Lleva 26 ediciones corridas. «La Regata para mí es el evento más importante que tenemos, cada año la llegada a Conesa es una fiesta. Para mí es río es todo, vivo pegado a él, hago deporte en él y lo disfruto muchísimo».

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