El primer hincha en llegar al Mundial de Qatar se encontró con… Paredes!: «Lea, sabés la esperanza que tenemos»

Desde Doha Marcelo Martínez cuenta la euforia por Messi, la Argentina y su encuentro con Leandro Paredes, que fue con el PSG. "Estamos enamorados de ustedes, loco", le dijo. Y se fue con la bandera firmada y la foto. Historia de una pasión bien argentina.

Si había que entrar a lo grande en Qatar 2022, nada mejor que como Marcelo Martínez, el primer hincha argentino en llegar. Recién casado, se fue de luna de miel con Angie cinco días a Egipto y de ahí a Doha, capital del primer estado árabe en organizar un Mundial, que se disputará del 21 de noviembre al 18 de diciembre. Apenas desembarcó hubo un evento FIFA en el que exhibieron la Copa y se le ocurrió ir con la peluca y la camiseta, esa que tiene a Maradona en la espalda. Ya en la cola para entrar, lo sacaron de la fila para hacerle una nota para las redes de la Federación Internacional de Fútbol Asociado. Y después siguieron las selfies: pocos minutos bastaron para comprobar que la Scaloneta va a tener muchos hinchas en aquellos pagos. Por ejemplo, el amigo de Bangladesh que se le acercó con una sonrisa gigante y un cartel que decía en inglés: “Mi sueño: Argentina campeón del mundo en Qatar 2022”.  

Marcelo Martínez y un hincha de Bangladesh fanático de la Argentina. «Están locos por Messi y la Scaloneta», cuenta a seis meses del inicio del Mundial.

“Acá hay locura con Messi y la Selección. Es un país en el que hay muchos extranjeros, gente de Paquistán, Bangladesh y de otros países asiáticos. Y la mayoría está con la Argentina. Yo te digo que de cada 10, hay seis con nosotros, dos con Brasil y los otros dos con el resto. No quiero ni imaginar lo que va a hacer esto cuando entremos con los bombos, los paraguas y las banderas, se van a volver locos”, cuenta entusiasmado Marcelo desde el cuarto del hotel donde se alojan, a la espera de poder alquilar algo potable.

Locura por la celeste y blanca en las calles de Doha. Foto: Marcelo Martínez.
Se ven distintos modelos de la camiseta argentina en las calles de Doha. En este caso, un hincha de la India Foto: Marcelo Martínez.

El encuentro con Paredes: "Leandro, ¿me firmás la bandera?


Mientras tanto, salen a caminar por Doha, una ciudad que vive de cara al mar en el Golfo Pérsico en esa tierra que supo ser de pescadores y buscadores de perlas y a la que los petrodólares cambiaron por completo. Hoy, las mezquitas conviven con edificios ultramodernos, mercados donde el regateo es tradición y antiguos restaurantes como en el que el martes Marcelo encontró a Leandro Paredes, que había ido a saludar, probar la comida árabe y jugar a algo que desde el otro lado de la ventana parecía las damas junto al italiano Donaruma y el senegalés Gueye, el que se negó el domingo pasado a jugar con la camiseta contra la homofobia por sus principios religiosos.

¿Qué hacía ahí el cinco de la Selección? Viajó con las otras estrellas del PSG para una visita solidaria exprés a Qatar. ¿Y qué hacía Marcelo? Se había acercado al hotel donde estaban los jugadores del club parisino y como todos los que montaban guardia detrás de unas vallas quería ver a Messi.

De guardia en el hotel donde se hospedaron Messi, Di María, Paredes y el resto de las estrellas del PSG en Doha.

Cuando observó que los futbolistas se repartían en grupos para salir recordó una historia que había visto en las redes el día anterior, corrió diez cuadras hasta el mercado Souq Waqif, reconoció al tunecino con el que había hecho guardia en el hotel, las camionetas y llegó a un restaurante con la esperanza de hacerle llegar la bandera argentina a Paredes para que la firme, marcador indeleble incluido: siempre hay que estar listo porque nunca se sabe cuándo se presenta la oportunidad.

Irrumpió con esta frase, derecho viejo: “Leo Paredes enseñales a jugar, enseñales a jugar a estos, papá, ¿me firmás la bandera?”. El cinco surgido en Boca, que firmaba algo sobre la mesa que no se llega a ver en el video, reaccionó sorprendido al escucharlo. Al girar la cabeza y verlo sonrió con ganas, mientras una rubia de aspecto occidental y sin velo se reía mirando a Marcelo, que es fana de River, pero ya se sabe, afuera somos todos argentinos.   

Rodeado de fotos de señores con bigote y túnicas en este país donde el islam es la religión predominante y la mayoría de la población es musulmana, los hombres van de blanco impecable y las mujeres de negro y con distintos formatos de velo, sobre todo las residentes, Leo caminó unos pasos y le firmó.

Con Angie en la presentación de la Copa del Mundo en Qatar. Se fueron de luna de miel a Egipto y de ahí viajaron a Doha.

“Gracias genio, ¿sabés la esperanza que tenemos en ustedes loco?”, le dijo Marcelo y de paso, ya casi en confianza, se acordó de Di María y Messi. “Y mandale un abrazo a Angelito y Lío”, aprovechó para agregar, feliz. Paredes respondió con otra sonrisa y el pulgar para arriba.  

Después esperó a que saliera. “Leo, sabés la confianza que les tenemos. Estamos enamorados de ustedes loco”, le dijo. Otra sonrisa y otro pulgar levantado de Paredes, que caminaba un paso atrás del gigante Donaruma, protegido del sol con una gorrita en ese mediodía con casi 40 grados de temperatura en el Golfo Pérsico.


Caminatas por las calles de Doha


Por las calles de Doha, que describe como largas, anchas y cansadoras como para recorrer la capital caminando, Marcelo lleva con orgullo esa camiseta que hizo albicelestial Diego Armando Maradona y la heredó otro barrilete cósmico a la altura del legado, un tal Lionel Messi.

“Apenas se dan cuenta que sos argentino te paran. Todos te hablan de ellos. Los de más de 40 del Diego, los más jóvenes de Lío, es impresionante lo fanas que son de él acá”, dice. Igual, le preocupa el partido de la primera ronda contra los mexicanos: “Tienen la misma pasión que nosotros, pero otra economía, mucho más poder adquisitivo, van a ser más ellos”, advierte.

Veterano de Brasil 2014 y Rusia 2018, como miembro de hinchas.argentinos es el adelantado a la espera de que llegue el resto de la banda. Todos profesan el mismo amor por la celeste y blanca y se consideran, antes que nada, hinchas de la selección. En el grupo de WhatsApp puede empezar el día un amigo desde Chaco a las 5 AM y cerrarlo pasada la medianoche otro compatriota que se levanta temprano en Europa. “Podemos cargarnos un poco por clubes de los que somos, pero antes que nada somos hinchas de la Argentina”, cuenta.

De ese grupo también es parte Agustín, creador del hit “Vamos Argentina, sabés que yo te quiero” que popularizó nada menos que el Pepo y después corearon miles y miles en Moscú y San Petersburgo en Rusia 2018. 

Más hinchas argentinos en Qatar, Foto: Marcelo Martínez.

Para Qatar 2022 ya tienen listos los bombos, los paraguas, los surdos para la percusión y la bandera de 20 metros que estrenaron en la Bombonera contra Venezuela con la leyenda Argentinos al Mundial y que saludó el mismísimo Messi. Integrantes del grupo la llevarán nada menos que a Wembley para la Finalissima contra Italia del 1° de junio que enfrentará a los campeones de Sudamérica y Europa.


De Barracas a Doha vía El Cairo


Marcelo y Angie viven en Barracas, a seis cuadras de la cancha de Boca. El, de 54 años, es abogado. Ella, de 53, coach de nutrición, instructora de ritmos latinos, profesora de salsa y de fitness. Recién casados, después de la luna de miel de cinco días en Egipto (cenaron en El Cairo en un restaurante donde el encargado era fana de Maradona y tenía fotos de Nápoles) decidieron prolongar el viaje hacia Qatar como turistas con la esperanza de poder permanecer hasta el Mundial y de que prospere una propuesta laboral.  

¿Y qué pasa con el choque cultural y el velo de las mujeres? La primera impresión de Marcelo es que las occidentales que vayan al Mundial no van a tener problemas. “Angie no los tuvo hasta ahora. Por ejemplo, fuimos a una competencia de la Diamond League con los mejores atletas del mundo para la que repartieron entradas gratuitas, se sacó la campera, se quedó en remera y ningún problema”; cuenta.

Los dos están deslumbrados con el asombroso metro que atraviesa y conecta toda la capital de Qatar. “Tiene enormes, larguísimas escaleras mecánicas, elevadores para 21 personas, cintas transportadoras, aire acondicionado, formaciones no tripuladas, una estación de trasbordo con el techo a 20 metros de altura, por donde mires es algo impresionante”.

Así presentan en un restaurante de moda una argentinian beef burguer. Cuesta 17,85 dólares.

Marcelo ya compartió en las redes de hinchas.argentinos que el pase diario en el metro cuesta seis qataríes, es decir, 1,64 dólares, ya que 1 u$s equivale a 3,64 qataríes. También la info de hospedaje y comida. Por ejemplo, fueron con Angie a comer a un restaurante de moda llamado la Boca y encontraron que una hamburguesa completa presentada en la carta como una argentinian beef burguer cuesta 65 qataríes (17,85 dólares), pero una chicken burguer completa 40 qataríes (11 dólares).

Encontraron precios muchos más bajos en las cafeterías que venden comida al paso, por ejemplo cuatro pequeños buñuelos por un dólar o tres porciones de fideos de 200 gramos también por un dólar. «Eso sí, picantitos», avisa. En el supermercado, el arroz o el atún se consiguen por un dólar.

En cuanto al hospedaje, los precios van en aumento. Para Marcelo, la mejor opción serían los que la FIFA publica en su sitio oficial, departamentos con dos camas por u$s 84 por día. Muchos aún están en construcción. Fueron a verlos con Angie. «Desde la ruta se ven lindos», dice él.

Lo más complejo son las entradas. Con tantos fanáticos de la Scaloneta se complica para conseguirlas y Marcelo espera tener suerte en las dos instancias de venta de la FIFA que aún quedan. Es el precio que hay que pagar por ir a alentar a la Argentina, ser de ese extraño país donde nacen genios admirados en todo el mundo, aunque no se sepa de qué planeta vinieron. Como cantaban los hinchas en Rusia: «Esta hinchada loca deja todo por la copa, la que tiene a Messi y Maradona…»


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