Derrumbe de acantilados en Las Grutas: «Sólo se puede hacer prevención», advierte el Municipio

"Es imposible determinar qué acantilados se van a caer",  se indicó desde la Agencia de Protección Ambiental de la Bahía San Antonio.

«No es posible tener un monitoreo para saber qué acantilados se van a caer, sólo se puede hacer prevención, comunicarlo a la gente, poner cartelería» aseguró Oscar Echeverría, presidente de la Agencia de Protección Ambiental de la Bahía San Antonio.

El funcionario precisó a RÍO NEGRO las actividades que lleva adelante el municipio sanantoniense en las playas de Las Grutas a raíz de un reciente desmoronamiento próximo a la Bajada Cero que por suerte no produjo víctimas.

Comentó que se está realizando un estudio sobre la movilidad de los acantilados, en colaboración con la Universidad Nacional de Río Negro que determinará «cómo va a afectar el aumento de la masa de agua, por el cambio climático, para planificar la ciudad para los próximos ochenta años».

Sobre los derrumbes remarcó que no se puede saber qué acantilado se va a caer y subrayó que «quienes más infringen la norma son los locales (personas de la zona), porque creen que no les va a pasar nada» y dijo que «se producen sobre todo por diferentes acciones del clima sobre el borde costero».

Echeverría explicó que «en general, los acantilados están todos afectados en nuestras costas» en referencia a una situación que excede a Las Grutas, pero puntualizó que en el centro turístico «es como una masa de hojaldre, afectado por dos cosas: la marea y las filtraciones producto de las actividades humanos como el riego y los efluentes; que disminuyen la fortaleza del acantilado» y por eso «se derrumba con más continuidad en las zonas pobladas».

«Quienes más infringen la norma son los locales (personas de la zona), porque creen que no les va a pasar nada».

Oscar Echeverría, presidente de la Agencia de Protección Ambiental de la Bahía San Antonio.

Descartó que esta temporada, que todo indica tendrá una gran afluencia de turistas y residentes «tenga una complejidad particular» porque «siempre fue complicado, pero son lugares para que la gente no se instale y mantenga una distancia prudencial con los acantilados» por eso remarcó que «la gente que va a la playa tiene que ser muy prudente» porque «guarecerse abajo del acantilado es un error gravísimo».

Sobre las tareas que desarrolla el municipio indicó que «tenemos una patrulla ambiental que recorre la playa, hacemos comunicaciones a través de la prensa, vamos a poner cartelería y los guardavidas están atentos».

Para el funcionario la clave es la prevención porque «los visitantes y residentes deben saber que los acantilados se desprenden naturalemente y es algo imposibe de evitar» y recordó que «el año pasado lo hicimos y fuimos criticados, pero cuando está próximo a caerse vamos con los bomberos y producimos un derrumbe preventivo, aunque es difícil determinar cual se va a caer, si es necesario lo vamos a hacer porque lo que buscamos es que no ocurra un accidente».

Además, enumeró algunas «obras de protección menores que intentan disminuir el riesgo, porgue el acantilado se corre y a veces descalza el paredón de la costanera y hacemos una obra chica para apuntalar el lugar».

Echeverría pasó por el área de Ambiente de la provincia y recordó de aquella época un estudio que determinó que el acantilado se corre un metro por año, «es viejo pero no debe haber cambiado mucho» aseguró.


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