Descubrir la laguna La Leche en el Norte Neuquino para Semana Santa
Es una de las lagunas menos concurridas y conocidas de esta región que esconde los lugares más bellos. Ricardo Kleine Samson propone una crónica y varias imágenes que la dejan al desnudo.
El negro Fontanarrosa fanfarroneaba cuando decía que Rosario tiene las mujeres más lindas de Argentina, a tal punto, explicaba: “Qué no te podés dar vuelta para mirar la que pasó porque te perdés la que viene…” Lo mismo pasa en el norte neuquino con las maravillas de paisajes y lagunas que se esconden por toda su recóndita geografía. Y no es fanfarronería.
Los últimos 15 kilómetros para llegar a la laguna La Leche no se pueden describir, sencillamente porque la belleza es indescriptible. Los paisajes cambian en cada curva, a tal punto, que uno cree estar en un lugar distinto cada vez y, como en Rosario, no conviene darse vuelta para no perderse ni asombrarse con lo que se viene.

Al paisaje se le suman arroyos y cascadas que nacen de unas pequeñas lagunas cuyas aguas son tan hermosas y cristalinas que da pena tocarlas para no interrumpir su armonía. Escondidas en medio de una típica geografía volcánica. ¡No puede haber algo tan lindo!

Esta laguna ha de ser la menos conocida y concurrida de todas las del norte, pero sin dudas, la más linda. No solo por sí, sino por su inigualable entorno salpicado de ranchitos trashumantes que no le quiero explicar la alegría que les da pasar a saludarlos.
Cómo llegar
Desde Andacollo son 116 km. Se debe llegar hasta Manzano Amargo (78 km, mitad asfalto, mi ripio en buen estado) desde allí, pongamos como referencia la oficina de turismo de Manzano Amargo, seguir por la misma ruta N° 54 de ripio en buen estado durante 28 km y, antes de cruzar un puente de madera sobre el río Neuquén, tomar el desvío a la derecha y allí empieza la aventura para llegar a esta maravillosa laguna. Hasta allí se puede llegar en cualquier vehículo.

Pero los próximos 15 km. se van complicando a medida que se avanza y se necesita más pericia que prepotencia en una camioneta que no necesita 4×4. El camino es muy angosto y de una sola huella y bien de cornisa. Todo el camino es una belleza, pero los últimos 6 km son para asombrarse y detenerse a admirar esa imponente cordillera llena de mallines, rocas volcánicas, arroyos, pequeñas lagunas y tanta deslumbrante maravilla.

La época ideal para hacer este camino es a partir de mediados de febrero hasta mediados de mayo dado que hay que vadear el río Neuquén y ahora está muy bajo y sin inconvenientes. A partir de mediados de mayo llueve y nieva mucho y se torna peligroso.

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