Dos policías fueron declarados culpables de vejaciones en Bariloche

Los agentes Delfín Fernández y Cristian Barría recibirán la pena en los próximos días por la feroz golpiza a un grupo de jóvenes en la Comisaría Segunda. Otros dos uniformados fueron absueltos.

Tras analizar las pruebas aportadas por la fiscalía y la querella, los jueces Bernardo Campana, Gregor Joos y Juan Martín Arroyo resolvieron declarar culpables a los policías Delfín Fernández y Cristian Barría por el delito de vejaciones durante un procedimiento en perjuicio de un grupo de jóvenes.

En cambio, los jueces concluyeron que las evidencias presentadas por el fiscal Guillermo Lista y la abogada por la querella, Marina Schifrin, no fueron suficientes para establecer con certeza la responsabilidad de los policías Pablo Salinas y Javier Nieva en la brutal golpiza que los jóvenes recibieron en el calabozo de la comisaría Segunda. Por eso, el tribunal absolvió a esos policías por el beneficio de la duda.

Los cuatro policías habían sido acusados por el fiscal y la querellante por las vejaciones en el procedimiento que ocurrió en los primeros minutos de la madrugada del 1 de junio de 2016 en la avenida de los Pioneros al 400. Policías detuvieron con violencia a un grupo de cinco jóvenes y una chica por un incidente de tránsito.

Además, Barría, Salinas y Nieva habían sido imputados por la golpiza que le propinaron a los jóvenes en el calabozo de la comisaría Segunda y las lesiones que sufrieron. El fiscal y la querellante habían pedido que sean declarados culpables por los delitos de vejaciones en acto de servicio en concurso ideal con lesiones leves en ocasión de agresión.

La lectura del veredicto se dio ayer. Ahora dos policías deberán esperar la pena.

Las víctimas declararon en el juicio y relataron el drama que soportaron. Recordaron que recibieron golpes de puño, patadas, insultos y amenazas durante el infierno que vivieron en el calabozo. Las lesiones fueron tan evidentes que cuando el entonces juez de Instrucción Ricardo Calcagno observó la mañana del 1 de julio de 2016 a los jóvenes detenidos, los envió de inmediato a que los revisara un médico forense del Poder Judicial y que elaborara un informe. Allí, empezó la investigación a cargo de la fiscalía.

Sin embargo, Lista no pudo recolectar en más de 3 años las pruebas necesarias para que los autores de las vejaciones sean condenados. Tampoco, las víctimas pudieron reconocer a todos los agresores.

Los jóvenes explicaron ante los jueces que no pudieron identificar a los autores de la golpiza porque apenas levantaban la vista para tratar de observar algo esa madrugada, los golpeaban con saña. Relataron que fueron varios los policías que los habían golpeado, pero a juicio sólo llegaron cuatro.

“La prueba de cargo resulta insuficiente para desbaratar el estado de inocencia de los de los acusados”, afirmaron los jueces en el fallo unámime, que se leyó ayer en una sala de Tribunales.

Los jóvenes aseguraron que les habían arrojado gas pimienta. Sin embargo, los policías que declararon en el juicio como testigos negaron usar esa sustancia o que la Policía les provea ese elemento.

En los próximos días, el tribunal determinará la pena que les impondrá a Barría y Fernández. El Código Penal reprime con prisión de 1 a 5 años e inhabilitación especial por doble tiempo al funcionario que “desempeñando un acto de servicio cometiera cualquier vejación contra las personas o les aplicare apremios ilegales”.

La defensora particular María Rodrigo que asiste, junto a su padre Rodolfo Rodrigo, a los policías condenados, anunció que impugnará la sentencia.


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