Dramáticas escenas de un rescate caótico
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En el puerto de Lampedusa se encuentran una al lado de otra bolsas verdes, azules y negras con cadáveres. Los rescatistas van agregando nuevas víctimas, mientras que a pocos metros, debilitados sobrevivientes son conducidos a tierra firme. En la isla siciliana reina el luto y la consternación. “Nunca vi algo semejante en la gran cantidad de años que trabajo aquí”, dijo el médico Pietro Bartolo. Él quiere ayudar, pero para muchos ya no hay nada que hacer. “Desgraciadamente no necesitamos más ambulancias, sino ataúdes”. El de ayer es el segundo accidente en un plazo de pocos días. El lunes, 13 personas murieron ahogadas frente a la misma costa . En la tragedia de ayer también hubo escenas dramáticas. El bote, en el que viajaban abarrotados más de 500 personas sufrió una falla poco antes de llegar a la costa, por lo que se detuvo. Para llamar la atención, los refugiados quemaron una manta, pero el fuego se salió de control. En el bote cundió el pánico y se hundió. Cientos de personas se lanzaron al mar y muchos de los migrantes, procedentes en su mayoría de Eritrea y Somalia, se ahogaron. Una joven eritrea logró ser salvada por socorristas tras haber permanecido horas entre los cadáveres. “Está en graves condiciones, pero viva”, contó al diario “Il Corriere” uno de los médicos que la atiende en Palermo. La joven, de unos 25 años, se encuentra en estado confuso. Logró contar que cayó en el mar, en la oscuridad más completa, antes de desmayarse y aparecer entre los muertos. “Se queja, tiene dolor. Ha bebido agua de mar y combustible” del barco, contó el médico. La africana se salvó de las llamas y de ahogarse junto con otras 150 personas, rescatadas vivas durante una operación impresionante, en la que participaron pescadores, guardia costera, policías y hasta turistas.
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