Las tormentas de granizo en el Alto Valle crecieron 30% los últimos diez años

El fenómeno se anticipa por las altas temperaturas. Cuál es la zona de mayor frecuencia y cómo es el impacto por localidades.

Las tormentas de granizo crecieron un 30% en la última década y entre Regina y Chichinales, una de las áreas que recibe más castigos, hubo 7 años con pedradas durante ese lapso, todo un record.

Así se desprende de los datos brindados a Río Negro por el INTA Alto Valle y la secretaría de Fruticultura.

“El tiempo de granizo siempre arrancaba en diciembre y enero, con los grandes calores en los valles y la formación de tormentas. Ahora vemos que se adelantaron a octubre y noviembre. Ya tuvimos tres granizadas hace poco tiempo y temperaturas de 35 grados en este mes, toda una locura”, se asombró Facundo Fernández, secretario de Fruticultura, ante la consulta de este diario.


El impacto por localidades


Un estudio de la estación INTA Alto Valle analizó en forma comparativa la caída de granizo en 24 localidades con un total de 37 años de registro, divididos en dos etapas: desde 1966 a 1998, y desde 2011 a 2017. En el se mide el impacto del cambio climático.

En el Alto Valle, desde el Chañar hasta Chichinales, se registraron un máximo de 32 granizadas en esas dos etapas.

En términos estadísticos un máximo de 9 de cada 10 años y una media de 4 de cada 10 años con caída de granizo, aclara el informe.

Por temporada productiva (septiembre-marzo) se registraron hasta 3 granizadas.

En la zona de Valle Medio y Río Colorado se observó un máximo de 11 eventos; 3 de cada 10 años con granizadas.


Regina, la más dañada


La zona con mayor frecuencia de ocurrencia se ubicó en el centro del Alto Valle, de Cipolletti a Chichinales. Sin embargo las tres localidades más afectadas fueron Villa Regina, Huergo y Cipolletti, con más de 20 eventos.

“Al visualizar el comportamiento de los últimos 7 años con respecto a los datos históricos, observamos que la ocurrencia de granizadas se ha incrementado en 14 de las localidades en estudio. La variabilidad mas importante se registro en Mainque e Ing. Huergo con un 50%, Stefenelli y Río Colorado con 45% y el Chañar con el 30% de aumento”, sostiene el trabajo de Andrea Rodríguez y Ángel Muñoz, profesionales del INTA.

La mayor frecuencia del granizo se dio en el mes de enero para la mayoría de las zonas. En Alto Valle, solo las localidades del Alto Valle Centro (desde Cipolletti hasta J.J.Gómez) registraron más cantidad de eventos en noviembre y diciembre en vez de enero.

«Nos contó un productor de duraznos que llevaba 12 defensas contra heladas con el sistema de riego. Lo agarró el último granizo y no le dejó nada. No puso malla porque la ultima granizada la tuvo hace 15 años».

Facundo Fernández, secretario de Fruticultura.

Las localidades de Valle Medio tuvieron mayor ocurrencia en noviembre y posteriormente en enero.

En Río Colorado, el mes crítico también fue enero.

En todos los casos, la menor frecuencia de ocurrencia se dio en marzo y octubre, concluyó el estudio.


Los daños totales son más frecuentes en Regina y Roca


Las tormentas de granizo de grado tres producen daños totales.

Las tormentas de granizo se dividen en tres categorías según el diámetro de la piedra y la intensidad (cantidad de impactos por m2).

Grado 1 (menor a 10 mm y 500 piedras) Grado 2 (de 10 a 17 mm y de 500 a 2.000) y Grado 3 (mayor a 17 y más de 2.000 piedras)

De acuerdo a los estudios del INTA Alto Valle, hasta el 2017 las tormentas más frecuentes fueron las de grado 1.

Las localidades con mayor ocurrencia de tormentas de grado 3, que producen un daño total, fueron Villa Regina, Campo Grande, Ing. Huergo y General Roca.

Las de grado 2, considerado como daño grave, fueron más frecuentes en Cervantes, Villa Regina, Ing. Huergo y Allen.

Dependiendo de la superficie afectada por el núcleo de la tormenta, los daños económicos por localidad pueden llegar a ser desbastadores para la temporada con un solo evento.

El estudio del INTA caracteriza la gravedad de las tormentas en función del tamaño de la piedra y la densidad de caída. “Esas variables nos permiten tener una estimación de los daños provocados sobre cultivos frutíhortícolas. El grado de daño en frutos de pepita está dado por la energía cinética (Ec) del impacto y por la forma del cristal. Si bien el daño depende también del grado de sensibilidad del cultivo, en función de su desarrollo; a nivel experimental se ha determinado que con valores superiores a 0,25 joule se generan golpes que se traducen en pérdida de calidad. Granizos con diámetros de 10 a 17 mm estan asociados a valores de Ec de 0,06 a 0,36 joule, diámetros superiores a 17 mm con valores superiores a 1,7 joule”.


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