El Fondo dijo «no» y Argentina deberá pagar u$s 10.000 millones extra

Es por las tasas de sobrecargo que el organismo aplica a países con programas vigentes en condiciones excepcionales. Desde 2020 Argentina insistía en la necesidad de revisar la política de sanciones a los países miembro, en el marco de la pandemia y luego de la guerra. Finalmente el directorio del FMI votó en contra de la iniciativa.

El Board del FMI decidió ayer que no tomará en cuenta la solicitud que elevaran varios países, entre ellos Argentina, en relación a la necesidad de revisar la política de sobrecargos que el organismo aplica a los países miembros que mantienen programas vigentes en condiciones excepcionales.

La noticia significa que Argentina deberá afrontar un costo financiero equivalente a unos u$s 10.000 millones extra. Son los intereses punitorios que el país debe afrontar por el incumplimiento en el programa acordado originalmente por la administración Macri, luego renegociado por el actual gobierno.

En mayo de 2018 el ex Presidente Mauricio Macri decidió que la mejor forma de resolver el cuello de botella de la deuda era traer de regreso al Fondo Monetario Internacional. Desde ese entonces la política económica nacional quedó subsumida y condicionada por las decisiones que se toman en New York, donde los intereses prioritarios están lejos de ser aquellos que representan las urgencias locales argentas.

Una de esas determinaciones era fundamental a fin de conocer el horizonte de vencimientos con el FMI que nuestro país debe afrontar en los años venideros. Se trata de la política de «sobrecargos» del organismo. El FMI permite a los países miembros solicitar asistencia financiera por un monto equivalente hasta 14 veces la cuota del país dentro del Fondo.

El planteo de revisión fue una bandera del ex ministro Martín Guzmán a lo largo de su gestión. El argumento encontró fundamentoen medio de la pandemia y la necesidad de contemplar el daño que la misma causó a la economía global.

La política de sobrecargos vigente establece que si el crédito supera el 187,5% de la cuota del país en el organismo, se aplica una sobretasa de 200 puntos básicos (2% anual). Si además la devolución del crédito se demora más de 51 meses, entonces se suman otros 100 puntos básicos (1% anual). Argentina cumple con ambos parámetros en el acuerdo firmado hace un año.

En la práctica implica que los pagos a realizar en el marco del programa vigente con el organismo se afrontarán con una tasa de interés del 6,05% anual, un 3% por encima de la tasa base que maneja el Fondo en la actualidad. Por los montos totales involucrados en el acuerdo firmado hace un año, implica erogaciones extra por u$s 10.000 millones.

El planteo de revisión de la política de sobrecargos fue una bandera del ex Ministro de Economía Martín Guzmán a lo largo de su gestión. El argumento encontró fundamento y se fortaleció en medio de la pandemia y la necesidad de contemplar el daño que la misma causó a la economía global, y en especial a aquellos países como Argentina, que se vieron sorprendidos por el Covid en medio de una crisis de balanza de pagos.

Relación. La número uno del Fondo mantiene buena relación con el Ministro Sergio Massa.

Tras la salida de Guzmán, la gestión de Sergio Massa recogió el guante del reclamo, y el Presidente Alberto Fernández intentó reunir voluntades políticas para apoyar el pedido, tanto en su gira europea de 2022 como en la reciente cumbre del G20 realizada en la India.

En la mayoría de los encuentros bilaterales o los diálogos diplomáticos con las potencias, Argentina encontró eco respecto a la necesidad de morigerar el costo financiero de la asistencia del Fondo. La guerra entre Rusia y Ucrania, fue otro de los catalizadores para obtener el apoyo diplomático. No alcanzó.

El directorio del Fondo Monetario Internacional comunicó ayer que se flexibilizarán los topes máximos que pueden solicitar los países miembros, pero que no se modificarán las políticas de sobrecargos a aplicar cuando la asistencia revista condiciones excepcionales.

En la práctica implica que el los pagos a realizar en el marco del programa vigente con el organismo se afrontarán con una tasa de interés del 6,05% anual, un 3% por encima de la tasa base que maneja el Fondo en la actualidad.

La noticia fue recibida con pesar en la cartera económica argentina. Se trataba pura y exclusivamente de una decisión política, en una mesa en la que EEUU tiene mayoría y poder de veto, con lo cual la vocación diplomática de los representantes norteamericanos de apoyar la petición argentina era determinante.

En pocas palabras, lo que quedó a la vista con la decisión del organismo, es que el vínculo entre Mauricio Macri y Donald Trump que permitió que el Fondo violara su propio estatuto para otorgar a la Argentina el crédito más grande de su historia, es (o fue) mucho más profundo que los vínculos en EEUU de los que supo hacer gala Sergio Massa.

Dato

u$s 10.000
Los millones extra que deberá afrontar Argentina como pago de intereses por "sobrecargo".


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