No pienses en el atraso cambiario
El presidente Javier Milei publicó un artículo de opinión el fin de semana en el que fundamenta el precio actual de la divisa. Esta mañana en una entrevista televisiva volvió a negar que el dólar esté "caro o barato". El efecto de la comunicación oficial respecto al dólar, comienza a ser opuesto al que busca el gobierno.
En el título de uno de sus libros, el reconocido lingüista y científico cognitivo estadounidense George Lakoff sintetizó magistralmente la forma en que las palabras pueden, en boca de un político, moldear el debate público en una dirección opuesta a la que busca el protagonista del discurso.
«No pienses en un elefante», se titula una de las obras cumbres de Lakoff. El efecto inmediato para el receptor de la premisa, es imaginar un elefante de cualquier tamaño, forma y color. Recordar la ocasión en la que se vio un elefante o se estuvo cerca de un ejemplar del peculiar gigante africano. Dicho de otra forma, en política la negación genera exactamente el efecto opuesto al que afirma el enunciado.
Desde hace al menos tres semanas, el gobierno dedica todo su aparato de comunicación oficial para negar el atraso cambiario. El presidente Javier Milei repite en cada una de sus apariciones públicas que «el dólar no está atrasado», y denuesta a colegas economistas o partenaires políticos que se atreven a señalarlo.
El empecinamiento del mandatario por negar el atraso de la cotización oficial del dólar, lo llevó a trabar intercambios discursivos con todo el arco político del país. En efecto, la disputa teórica que Javier Milei ha emprendido con «la cátedra» económica argenta, logró algo impensado: partiendo de ópticas ideológicas antagónicas, desde Domingo Felipe Cavallo hasta Axel Kicillof coinciden en que existe atraso cambiario.
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“El dólar de ninguna manera está caro”, aseguró el Presidente.
"Tenemos superávit fiscal y financiero".
🗣️ Antonio Laje
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La necesidad de negar el atraso cambiario llevó a Javier Milei a publicar un artículo de opinión en el matutino La Nación titulado «Atraso cambiario: el disco rayado de los economistas», en el que intenta justificar en términos cuasi académicos la razón por la que entiende que el tipo de cambio oficial es adecuado. El ministro de economía Luis Caputo en cambio, fue mucho menos técnico y afirmó la semana pasada que «el dólar no está atrasado, los precios (en pesos) están adelantados».
El escenario político y económico vernáculo, gira hoy en torno a la negociación abierta con el Fondo Monetario Internacional. La inminencia de un acuerdo que incluya nuevos desembolsos para la Argentina, rige hoy las expectativas de los agentes económicos. Y todos los interrogantes macro, se desprenden hoy del acuerdo con el FMI: ¿Se abrirá el cepo cambiario? Si se abre el cepo ¿se devaluará la moneda? Si se devalúa la moneda ¿cuál podría ser el porcentaje de la devaluación?
La negación explícita en boca de un político, suele generar en los receptores del mensaje, el efecto opuesto al que busca el discurso. El evidente esfuerzo oficial de los últimos días por negar el atraso cambiario no hace más que confirmarlo.
En el organismo destacan la performance fiscal del gobierno argentino en 2024, la voluntad de transformar y desregular la economía, y la senda a la baja de la inflación. En el Fondo advierten sin embargo, que el valor del tipo de cambio oficial no expresa el valor real de la moneda nacional. Devaluación sí o devaluación no, parece ser la llave del entendimiento.
Es en ese marco que el gobierno busca por todos los medios posibles sostener un esquema que se basa en tres patas. La intervención mediante el cepo de uno de los precios más relevantes de la economía, el dólar. El crowling peg al 1% para anclar la expectativa inflacionaria en lo que resta del año. La expectativa de un acuerdo con el FMI que incluya fondos frescos para reforzar las reservas.
La pregunta más básica suele ser la más efectiva. La consulta más sencilla que podría hacerse al presidente Javier Milei y a su ministro Luis Caputo es: si el atraso cambiario no existe ¿cuál es la razón de ser del cepo? Si el precio actual de la divisa es el adecuado ¿cuál es el impedimento real para levantar las restricciones? El interrogante se responde por sí solo.
La consulta más sencilla que podría hacerse al presidente Javier Milei y a su ministro Luis Caputo es: si el atraso cambiario no existe ¿cuál es la razón de ser del cepo?
Mientras tanto, la necesidad del equipo económico y del propio mandatario de ponerle el cuerpo al mensaje que intenta instalar que «no habrá devaluación» y que el precio actual del dólar es el adecuado, termina entregando el mensaje opuesto. Si hay tanta preocupación por la cotización del dólar, quizá la preocupación oficial se funda en la inminencia de una devaluación.
Es una buena punta para comprender la razón por la cuál la rebaja temporal de retenciones no causó el efecto esperado por el gobierno en cuanto a la acumulación de reservas. En el campo son conscientes de que el precio de los comodities es bajo en términos históricos, y ven en las noticias que las monedas del mundo se devalúan frente al dólar al ritmo de la guerra comercial que emprendió Trump. Pero sobre todas las cosas, los hombres del campo escuchan al presidente y «sienten olor a salto cambiario».
En pocas palabras, lo que busca negar el evidente esfuerzo discursivo oficial de los últimos días, es la chance cierta de una devaluación. El énfasis en el mensaje, no hace más que confirmar las sospechas. En términos de Lakoff: «no pienses en el atraso cambiario».
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