El Centro Cívico llevará el nombre de Balseiro

“En virtud de las constataciones y consideraciones que preceden, el suscripto se considera autorizado para afirmar que no existe un fundamento científico serio en las afirmaciones del Dr. Richter de haber logrado una reacción termonuclear controlada, lamentando profundamente el haber tenido que llegar a esta conclusión”, escribió José Antonio Balseiro el 16 de septiembre de 1952 en una carta dirigida a Perón.

Había desenmascarado al austríaco que, luego de convencer al presidente de que podía dominar la energía nuclear, montó instalaciones en Bariloche, tanto en la costa como en la isla Huemul.

Pero Balseiro logró algo más importante que una simple refutación: lo transformó en el acta de fundación de lo que hoy se conoce como el Instituto Balseiro y el Centro Atómico Bariloche.

Por eso, la calle que rodea el Centro Cívico pasará a llamarse Balseiro desde el 6 de marzo. La idea es de la concejal oficialista Viviana Gelain y será tratado esta semana por el Deliberante.

Para la imposición del nombre los cuatro hijos de Balseiro serán invitados de honor: las arquitectas Beatriz y Mónica, el físico Carlos y el biólogo Esteban. Salvo la mayor de los hermanos, el resto vive en Bariloche.
En rigor, la calle se llamará Paseo de la Ciencia Doctor Balseiro y cada edificio del conjunto recibirá el nombre de un científico destacado:

• En Protección Civil: Enrique Gaviola, científico del entonces Instituto de Física de Bariloche.
• En el Concejo: Manilio Abele, ingeniero eléctrico, uno de los fundadores del hoy Instituto Balseiro.
• En la oficina de informes turísticos: Wolfgang Meckbach, físico, uno de los fundadores del hoy Instituto Balseiro.
• En la oficina de SUBE: Alberto Maiztegui, físico, uno de los padres de la física argentina y creador del Instituto de Física de Bariloche.
• En la Intendencia: Manuel Balanzat, matemático español.
• Sala Chonek: Susana Fernández Long, matemática.
• En la Policía: Gino Moretti, físico italiano, docente del Balseiro.
• Biblioteca Sarmiento: Tomás Büch y Mario Foglio, químicos.
• En el Museo de la Patagonia: Francisco de Haro y Ronald Roddick, ingenieros en telecomunicaciones.