El inspirador mensaje del petrolero de Lamarque que nunca se rindió

Mauricio Orozco quedó cuadripléjico tras un vuelco en el 2007 en Choele Choel. Contra todos los pronósticos, logró pararse y hacer deporte en silla de ruedas. Desde el 2019 es concejal en Lamarque.

Superar los propios límites. Romper todas las barreras. Luchar cada segundo contra lo que parece imposible. Nunca darse por vencido. Son las claves de la historia de Mauricio Orozco (33), un vecino de Valle Medio que pasó en pocas horas de la felicidad al conocer que su novia esperaba a su primer hijo y del festejo de su cumpleaños a un grave accidente de tránsito que lo puso al borde de la muerte, con secuelas que lo dejaron cuadripléjico.

El gran apoyo. Mauricio está casado con Silvina Díaz. Tienen tres hijos.


La historia se remonta a la primavera del 2007, cuando Mauricio trabajaba en una empresa petrolera de Neuquén y pasaba unos días de vacaciones junto a los suyos en Lamarque para festejar los 21 años el 30 de octubre.

El viernes 3 de noviembre su novia (hoy su esposa) Silvina Díaz le daba una gran noticia. “Mauri, estoy embarazada, vamos a ser papás”, una noticia que lo llenó aún más de felicidad. El día después, luego de una cena con familiares y amigos, decidieron viajar hasta Choelel Choel para seguir los festejos en un boliche.

El grupo se repartió en dos vehículos que viajaban en caravana y a los pocos minutos en una de las curvas de la ruta todo cambió. El conductor del auto donde viajaba Mauricio de acompañante perdió el control y comenzó a dar tumbos hasta quedar con sus cuatro ruedas hacia arriba.

En segundos las luces se apagaron y la música dejó de sonar. Lo que era alegría pasó a gritos de auxilios, desesperación y llantos. Todos comenzaron a buscar a Mauricio. Dieron vuelta el auto y ahí encontraron al joven inconsciente apretado entre los hierros retorcidos y una parte del motor sobre su cabeza.

Una ambulancia lo trasladó hasta el hospital de Choele Choel. Tras la primera revisión, el equipo médico comunicó que el panorama era oscuro y solo un milagro lo salvaría. Lo trasladaron a un centro de mayor complejidad en la ciudad de Roca, donde mantuvieron el diagnóstico.

Mauricio presentaba fractura de cuello, también en la cervical, una lesión irreparable medular, dejándolo con una cuadriplejia espástica afectando todos los movimientos desde el cuello hacia abajo.

Tras la mediación de la petrolera, fue trasladado a una clínica privada de Neuquén, donde llevaron adelante intervenciones quirúrgicas. Estuvo más de un mes en terapia intensiva, en coma inducido y llegó tener cuatro paros cardiorespiratorios en un día, con un corazón que casi no respondía al igual que gran parte del organismo.

Luego los médicos comenzaron a sacarle el respirador artificial, para observar su reacción. “Esos tres primeros días sin respirador fueron eternos para mí, tenía miedo de dormirme y no poder respirar. Casi ni dormía. Sentía todo mi cuerpo pero no podía mover ni la cabeza”, recuerda. Mauricio no tenía movilidad, aunque su coraje para salir adelante estaba intacto.

Cuando familiares o amigos lo visitaba un ratito, se les hacía imposible no llorar. “Tranquilos, no pasa nada, en un mes vuelvo a caminar. Todo está bien, no se preocupen”, les decía.

Pero pasaron varios meses sin ninguna mejoría y un día decidió que la cama no sería el lugar donde pasaría el resto de su vida. Contra todas las sugerencias , le pidió a su hermano que lo ayudara a sentarse en una silla. “Todos lo respetaron, incluso los médicos. Cuando estuve sentado sentí una sensación rara, se me bajó la presión y me desmayé: llevaba mucho tiempo postrado en la cama. Ahí comencé a pelear porque vi que podía salir adelante”, dice.

Con su hijo Benjamín crearon una máquina para hacer sentadillas: “La uso todos los días”.

Durante la rehabilitación tuvo “una excelente kiniesióloga que me ayudó muchísimo y con ella aprendí a usar todos mis recursos para desplazarme. Cuando iba al consultorio media hora antes me dejaba en un pasillo de unos 15 metros y decía ‘te espero adentro’. Me tomaba como 40 minutos entrar, pero lo lograba y a pesar del cansancio era una sensación que no se puede contar.”

“Todo el tiempo que duró el trabajo con ella, me enseñó a usar la silla de ruedas, a cambiarme y le decía que sentía que podía caminar, aunque me decían que era imposible. Con mucha fuerza logré pararme en unas paralelas, terminamos llorando”, agrega.

A mediados del 2008 fue trasladado para una reconstrucción en la cadera y los tratamientos de recuperación fueron largos, agotadores y dolorosos hasta 2010, cuando por fin regresó a su casa en Valle Medio.

“El tema de la integración es muy complicado, en los pueblos es muy difícil y a veces la sociedad no está adaptada para el trato con las personas con discapacidad”, dice.

“Aun con mi discapacidad en los brazos y piernas puedo hacer muchas cosas solo, sin la necesidad de tener ayuda, como bañarme o cambiarme”, agrega

Aunque nunca faltan «accidentes caseros» en casa, lo cuenta sonriendo. “Hay veces que estoy solo y quiero tomar mates, la yerba está en la alacena y tengo que ingeniármelas para lograr bajarla. Termino haciendo un desastre pero te digo son los mates más ricos que tomo”, dice.

El año pasado en las elecciones integré la lista de Unidos por Lamarque, que lo puso como concejal, cargo que hoy ocupa.


Mauricio le había ganado la primera pelea a la muerte: contra todos los pronósticos, aun con dificultades, logró mover brazos y piernas, entonces tenía que buscar nuevas metas y fue en el deporte.

Junto a Abel González empezó la rehabilitación en su gimnasio y en la pileta del club Sportsman de Choele Choel, con la renovación de las fuerzas comenzó a tener deseo de competir. La primera experiencia fue en el aniversario de la localidad: dio la una vuelta a la manzana con su silla de rueda común: “Demostré que se podía”. A las carreras en sillas de ruedas, sumó competir en canotaje.

Deportista. Integró la selección nacional de básquet adaptado.

En 2012 junto a Pablo Fernández y Alcides Carbajal crearon Barracos, el primer equipo de básquet adaptado de Valle Medio, llegando a competir en las terceras divisiones a nivel nacional. En 2013 llegó la convocatoria para integrar la Selección Argentina y participo hasta el 2017 en torneos nacionales e internacionales.

También quedó en el equipo de atletismo que en 2015 clasificó para disputar un torneo internacional en San Pablo (Brasil) en lanzamiento de clavas y 100 metros en velocidad en silla de ruedas, donde selló una marca para el panamericano de Canadá.


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