El Movimiento Cinco Estrellas gana, pero podría gobernar Berlusconi

El antisistema Movimiento Cinco Estrellas se convirtió en el partido más votado en las elecciones parlamentarias italianas celebradas ayer, con entre un 29,5 y un 33 por ciento de los sufragios, según una encuesta a boca de urna de la cadena de comunicación RAI.

Pese a ser el partido individual más votado, el bloque de centro-derecha que apadrina el ex primer ministro Silvio Berlusconi, Forza Italia, obtenía entre un 33 y un 36 por ciento.

El Partido Democrático (PD), del ex primer ministro Matteo Renzi, cosechaba entre un 24,5 y un 27,5 por ciento. “Si estos resultados se confirman, será una derrota para nosotros”, dijo a la RAI el portavoz de PD, Ettore Rosato.

Según las encuestas, ningún partido individual o coalición obtendrá mayoría parlamentaria.

La coalición de centroderecha liderada por el ex Cavaliere acariciaba anoche los votos necesarios para convertirse en clave en el nuevo Gobierno, erigiéndose en inverosímil freno al populismo xenófobo y euroescéptico que amenazaba con alzarse en vencedor de los comicios.

A sus 81 años, a pesar de estar inhabilitado para ocupar cargos públicos después de haber sido condenado por fraude fiscal, a pesar del bunga-bunga y de los numerosos escándalos que han salpicado su larga carrera política, los primeros sondeos apuntan a que el partido del ex Cavaliere podría haber obtenido un porcentaje de votos bastante similar (si no superior) al que le atribuían las últimas encuestas. En concreto, del 13 a 16%, una cifra que puede estar cercana a la de sus socios de la Liga Norte, con los que podría formar un Ejecutivo.

Si bien la mayor parte de los responsables políticos votaron en calma, una feminsta se manifestó en el colegio electoral de Berlusconi cuando este se disponía a votar, con el pecho al desnudo, donde se leía: “Berlusconi, has caducado”. (Ver recuadro)

A la salida de las mesas electorales, muchos votantes expresaban su amargura, al final de una campaña dominada por temas como la inmigración, la inseguridad y millonarias promesas económicas imposibles de cumplir.

“Es probable que Berlusconi gane, pero igual nada cambiará. Al final todos son iguales, yo voto sólo porque es un deber”.

Giovanna Sartorini, julibado de 79 años, de un barrio residencial de Milán

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