El productor que alimenta a Vaca Muerta

Una empresa neuquina abocada al procesamiento de vegetales logró reconvertirse e ingresar al mercado petrolero. Un año antes estuvieron a punto de cerrar al perder su principal cliente. Hoy proveen comida para un campamento de más de 600 operarios.

Ignacio Iranzi procesa las verduras que luego llegan a supermercados y campamentos petroleros. (Foto: Juan Thomes)

Una pyme neuquina productora de alimentos consiguió ingresar en el competitivo mercado petrolero con la provisión de vegetales procesados. Y lo hizo nada más y nada menos que en Fortín de Piedra, el yacimiento de Tecpetrol que se ha transformado en el principal productor de gas del país y donde comen diariamente más de 600 personas.

Vegetales Procesados Patagónicos SRL produce unas diez toneladas de alimentos por mes, con picos de 15 toneladas en los meses de mayor demanda. “El 60 por ciento de esa producción es para Compass, la empresa que se encarga de la alimentación del personal que trabaja en Fortín de Piedra”, comentó Ignacio Iranzi, titular de la firma.

Explicó que “empezamos en septiembre pasado y la verdad es que nos vino muy bien porque veníamos en baja con esa situación económica”. Indicó que sólo ese contrato implicó que tuviera que tomar seis empleados más.

En números

10
toneladas de alimentos por mes procesa la planta neuquina, que ha alcanzado pico de 15 toneladas.

“Una empresa de este tipo exige un nivel muy alto de normas de calidad y de procesos, lo que nos parece muy bien”, señaló Iranzi. Para calificar como proveedores fueron sometidos a una auditoría muy exhaustiva en la planta que la empresa tiene en el predio del Mercado de Concentración de Neuquén.

Iranzi había comenzado con la producción de vegetales con la técnica de hidroponía, un método de cultivo industrial de plantas que en lugar de tierra utiliza únicamente soluciones acuosas con nutrientes químicos disueltos, o con sustratos estériles como soporte de la raíz.

“Empecé en el garaje de mi casa en Plottier, pero ese tipo de producción tiene muchos altibajos como cualquier trabajo hortícola, por eso me decidí en 2007 a procesar vegetales, tanto propios como de otros proveedores. Conservamos media hectárea de producción hidropónica en invernaderos, donde nuestro fuerte es la lechuga y la rúcula que comercializamos en supermercados”, contó.

En números

60%
de los vegetales que se procesan se destinan al comedor de una petrolera.

Le época de plena expansión de la empresa fue cuando proveía a la cadena de supermercados Topsy. “Empezamos con las ensaladas y vegetales embandejados, luego seguimos con alimentos cocinados como empanadas, tartas, pizzas, milanesas. Crecimos mucho y tuvimos que habilitar una fábrica, llegando a tener más de 30 empleados. Cuando La Anónima absorbió Topsy casi nos fundimos, nos tuvimos que reinventar con mucho sacrificio y menos de la mitad del personal”, recordó.

Destacó que son la única empresa proveedora de vegetales procesados de la Patagonia y se mostró confiado en que “otras empresas petroleras se muestren interesadas en nuestros servicios”.

Señaló que todos los proveedores son locales: la materia prima la compran a los puestos del Mercado de Concentración o directamente en las chacras y los envases y envoltorios en locales de la zona. “Todo nuestro personal está capacitado en manejo de alimentos y a los proveedores les exigimos estándares de calidad para la producción de la verdura”, finalizó.

El recorte de los subsidios al gas afectó el empleo en las firmas proveedoras

Luego del impacto que significó para la empresa dejar de proveer a los supermercados Topsy, situación que la dejó al borde de la quiebra, Vegetales Procesados Patagónicos comenzó a despegar nuevamente cuando llegó a la industria petrolera.

Sin embargo, Ignacio Iranzi destacó dos cuestiones que conspiran contra el crecimiento de la empresa y la actividad en general. Una está relacionada directamente con el rubro como la modificación de la Resolución 46, que impactó sobre todo en la producción de Fortín de Piedra.

“Apenas se anunció pasé a facturar la mitad. Para una empresa como la nuestra es un golpe durísimo porque la mayoría de nuestra producción la destinamos a ese yacimiento”, comentó y agregó que para una pyme “es muy difícil despedir personal que se formó varios años con nosotros para tomarlos nuevamente más adelante si mejora la situación”.

El otro problema tiene que ver con la situación económica del país. Iranzi ironizó diciendo que se podría llamar “fundirse trabajando”. En este sentido, apuntó a una modificación reciente de la AFIP, que informa a los bancos inmediatamente sobre alguna deuda tributaria.

“Antes podías ingresar un plan de pagos con las cargas sociales, pero ahora te atrasás dos días y figurás como deudor. Esto implica no acceder a créditos y no podés vender en el banco los cheques diferidos. Las pymes los terminamos liquidando en cuevas que te descuentan un diez % mensual”, se lamentó.


Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios