El resultado de las PASO, clave para una baja en el costo del dinero

En el Ministerio de Hacienda reconocen que una reducción más importante de las tasas de interés está atada a lo que ocurra en las primarias de agosto.

Banco Central, en Buenos Aires. Viene bajando gradualmente el costo del dinero, pero admite que tiene un largo camino por delante.

Funcionarios del gobierno nacional admitieron esta semana a “Río Negro” que una baja más importante de la tasa de interés está sujeta a lo que ocurra en las elecciones primarias de agosto, ya que estiman que esa será una instancia definitoria para la proyección de las elecciones generales de octubre.

Fuentes del gabinete económico afirmaron a este diario que en el Poder Ejecutivo son conscientes de que se necesita abaratar y mejorar los exorbitantes costos del financiamiento local, pero que esa condición es “muy complicado” lograrla en un contexto de alta incertidumbre electoral como la que presentan las encuestas a poco más de veinte días de las primarias del 11 de agosto.

“La tasa de Leliq está en el orden del 58 por ciento. Es terriblemente alta. Por eso, para lograr impulsar mucho más la actividad económica deberíamos bajar en forma trascendente el nivel de los intereses que hay en el país, pero eso también es muy peligroso en el contexto político actual”, resaltó uno de los funcionarios consultados. La Leliq (Letras de Liquidez) es la tasa de referencia de la política monetaria del Banco Central.

“Si el gobierno sale relativamente bien parado en las elecciones de agosto, eso da un margen considerable para bajar en forma más drástica la tasa de interés”, puntualizó uno de los funcionarios que integran el gabinete del Ministerio de Hacienda.

El punto central es que para bajar la tasa de interés de 58 por ciento actual a menos del 40 por ciento también debería constatarse un descenso mucho más pronunciado de la inflación.

Diversos analistas económicos han resaltado en los últimos días que la inflación comenzó a bajar, pero el ritmo de descenso es sumamente bajo, a pesar de la fuerte contracción monetaria y fiscal que viene realizando el gobierno y de la estabilidad que muestra el tipo de cambio desde finales de abril.

“Nuestro objetivo es llegar al mes de agosto con una índice de inflación inferior al dos por ciento. Si logramos cumplir con esa meta no sería ilógico pensar que la inflación hacia octubre o noviembre podría ubicarse entre el 1,0 y 1,5 por ciento mensual”, resaltó el mismo funcionario. El último indicador del Indec apuntó un 2,7% de inflación en junio, con un índice de 55,8 por ciento en la medición interanual.

Claro que en función del programa stand-by firmado con el FMI el compromiso del gobierno es mantener una tasa elevada para que los ahorristas sigan tentados por invertir en pesos en vez de pasarse al dólar nuevamente en forma masiva como ocurrió en 2018.

“La incertidumbre electoral también conspira contra las posibilidades de bajar más drásticamente la inflación y de esa manera la tasa de interés. Con estas condiciones y las medidas que se adoptaron si no hubiera año electoral estaríamos con una inflación por debajo del 2 % y quizás próximos al uno por ciento”, resaltaron en el Ministerio de Hacienda de la Nación.

Por el momento, es decir hasta las elecciones primarias , el gobierno seguirá disminuyendo lentamente la tasa de las Leliq, siempre que el mercado cambiario se mantenga relativamente estable como lo viene haciendo hace ya dos meses y medio.

La baja de las tasas para financiar consumo sería un aspecto que le daría más impulso a las ventas y producción.

De hecho, a pesar de los elevados intereses, según entidades empresarias como CAME o la UIA a partir de mayo se empezó a observar una leve recuperación de diversas actividades, situación que se repitió con más profundidad a partir de junio.


La actividad acumula 12 meses consecutivos de caídas


Los altos costos de financiamiento impactan en el nivel de actividad y profundizan la recesión. La actividad económica en abril, último dato disponible del Indec, cayó 1,3% respecto a igual mes del año pasado, con lo que sumó 12 meses consecutivos de retracción.

Sin embargo, la medición mostró dos registros alentadores. El dato de actividad de abril marcó una desaceleración de la caída respecto de marzo, cuando registró un -6,9%. Además detectó una expansión de 0,8% mensual, también respecto a marzo de este año.

En el Palacio de Hacienda explican la evolución con optimismo. Sostienen que en abril se retomó la senda de crecimiento de la actividad que se había iniciado en diciembre pasado, y que tuvo una “desviación” en marzo por un incremento de la volatilidad financiera.

Agencia Buenos Aires


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