Ojo seco: un malestar asociado al Covid-19

Nuevos informes demuestran que el uso de la mascarilla puede conllevar un efecto secundario poco deseado: la sequedad de los ojos. Así lo detallan desde el área de Oftalmología del Hospital Austral, que vieron un aumento de reportes de esa molestia.

El uso de barbijo o tapaboca, el distanciamiento social y las medidas de higiene representan una parte fundamental del cuidado como consecuencia de la pandemia de COVID-19. Sin embargo, nuevos informes demuestran que el uso de la mascarilla puede conllevar un efecto secundario poco deseado: la sequedad de los ojos.


“Los oftalmólogos hemos visto un aumento en el número de personas que reportan sequedad en los ojos desde el comienzo de la pandemia. Esta nueva condición se denomina ‘ojo seco asociado a la mascarilla’ o MADE, por sus siglas en inglés”, explica Emiliano López, médico oftalmólogo del Hospital Universitario Austral.

“El ojo seco es una enfermedad común que ocurre cuando las lágrimas no aportan una buena lubricación. Ello puede deberse a que los ojos no producen suficientes lágrimas, o a que las lágrimas producidas son de mala calidad y se evaporan rápidamente. Es común que la persona afectada tenga ardor, quemazón, visión borrosa, enrojecimiento o la sensación de un cuerpo extraño en el ojo”, continúa el especialista.

Además, puntualizó que “el trabajo frente a pantallas favorece el aumento del síndrome de ojo seco, ya que, al tener los ojos enfocados en la computadora, la frecuencia del parpadeo se reduce en un 66% respecto de la normal, por lo que las lágrimas que recubren los ojos se evaporan con mayor rapidez”.

“Si la mascarilla no está bien ajustada a la cara, el aire exhalado puede salir por la parte superior y llegar hasta la superficie de los ojos. Este movimiento de aire cálido reseca la película lagrimal, una delgada capa de líquido que recubre la superficie del ojo. Las mascarillas mal ajustadas también pueden causar problemas al arrastrar hacia abajo el párpado inferior, lo cual impide el cierre adecuado de los párpados”, señala López.

Si la mascarilla no está bien ajustada a la cara, el aire cálido que se exhala reseca los lagrimales.


De acuerdo con el oftalmólogo, hay distintas maneras de prevenir los casos típicos de ojo seco, sin necesidad de dejar de usar la mascarilla:

– Ajustar bien el barbijo.

– Descansar los ojos, siguiendo la regla 20-20-20: después de cada 20 minutos de estar mirando la pantalla de la computadora, hay que mirar algún objeto que esté a 20 pies de distancia (6 metros) durante 20 segundos.

– Parpadear de forma consciente e intencionada mientras se usa la computadora.

– Limitar el tiempo en ambientes secos.


– Controlar el uso de dispositivos.

– Usar lágrimas artificiales, en lo posible sin conservantes si es que se aplican con mucha frecuencia.

– No dejar de lado el control periódico con el oftalmólogo, quien puede asesorar al paciente en su caso particular.


Tres de cada diez personas lo sufren



Más allá de la pandemia y los barbijos, la polución ambiental, los aires acondicionados y la alta exposición a las pantallas son también responsables del aumento de casos de ojo seco, que afecta a tres de cada diez personas. La exposición a un clima seco y ventoso, el humo y el aire acondicionado aceleran la evaporación de las lágrimas, por lo que evitar esas condiciones ayuda a mejorar.


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