Vacunas vencidas contra el Covid-19: ¿Qué pasa con las dosis que exceden la fecha límite?

Las denuncias de que se estaban administrando vacunas vencidas impactaron en las últimas semanas, a punto tal que el Ministerio de Salud tuvo que salir a aclarar la situación. Qué dicen al respecto infectólogos, expertos y el propio Ministerio.

Durante las últimas semanas, crecieron los reportes de vacunas vencidas contra el Covid-19, y hasta denuncias de doble etiquetado para reemplazar la fecha límite de las dosis. La situación tomó tal relevancia que el propio Ministerio tuvo que salir a aclarar lo ocurrido con un video.


En líneas generales, todas las vacunas suelen tener una prórroga tras cumplirse el plazo de vencimiento que figura en el etiquetado. Así lo indicó el infectólogo Eduardo López en diálogo con Clarín, ejemplificando con lo ocurrido en 2009, con las dosis contra la Gripe A. En aquella oportunidad, el ‘Tamiflú’ había sido extendido por el laboratorio creador, con el respaldo de la OMS. Así sucede ahora con las vacunas contra el Covid-19, pero la falta de información previa por parte del Ministerio generó estas confusiones.

En una entrevista con La Nación, el médico Gonzalo López Marc explicó que “para muchos medicamentos se pone una fecha de vencimiento original, que cuando recién aparece un producto suele ser reducida. A medida que se va acercando, los laboratorios productores hacen pruebas de estabilidad para determinar si mantienen las características, la calidad en general y de función, es decir, si provoca que el organismo genere la misma cantidad de anticuerpos. Esto no es nuevo”. Según señaló el jefe de Investigación y Docencia de la Unidad Materno Infantil del Hospital Militar, se van realizando testeos constantes sobre las dosis, y cuando se constata que la efectividad sigue siendo la misma, se realiza una prórroga.

Hay un mecanismo estandarizado para comprender por qué las dosis que se están brindando actualmente son efectivas, incluso si el empaquetado dice que vencieron tiempo atrás.


Así es el proceso para comprobar la efectividad



En plena fase 3 de testeos clínicos, se guardan algunas dosis de las vacunas para calcular y estipular un plazo máximo de vida útil. Durante la pandemia, se realizaron las primeras pruebas de vida útil a los seis meses de la fabricación, por lo que aquellos primeros lotes presentaron esa fecha. ¿Qué ocurre luego? Cumplidos esos seis meses, el laboratorio abre varios de los frascos que quedaron sin abrir y comprueba si las propiedades de la dosis siguen siendo las mismas. Básicamente, un chequeo para ver si continúan siendo estables. En caso que la respuesta sea afirmativa, se presentan los documentos a las autoridades sanitarias y se genera una prórroga por algunos meses más.

Para volver a poner un ejemplo sobre la mesa, podemos trasladarnos a Estados Unidos. Allí, la Administración de Drogas y Alimentos (FDA) confirmó que se extendería la vida útil de las dosis de Pfizer, agregando tres meses a la fecha original del vencimiento. O sea, muchas personas que se vacunen con esa marca en los próximos días, verán que el envasado puede dar la sensación de vencimiento, pero lo que no sabe es que previamente ya existió un trámite para que la vacuna pueda seguir utilizándose sin perder propiedades. Lo mismo ocurrió recientemente, hace menos de un mes, con la vacuna de Sputnik V. En este caso se amplió la vigencia por un año más.


El infectólogo López lo dejó claro durante una entrevista con La Voz: “Una vez hechos los estudios, se informa a las autoridades respectivas que ese producto que tiene fecha de vencimiento se puede extender. Hay que darle un margen de confianza al Ministerio. No van a estar aplicando vacunas no útiles”. Y en esa última frase radica quizás una de las aristas de este problema: el Ministerio.

Uno puede pensar que, por lógica, el Ministerio no aplicaría vacunas vencidas. Y en los hechos, toda esta explicación les da la razón. Sin embargo, hubo un error de planificación grande al no comunicar previamente lo que podía llegar a ocurrir con los vencimientos. Mucha gente interpretó el silencio del Ministerio como un lavado de manos (y no lo decimos en términos saludables), y a partir de allí la conspiranoia fue escalando a punto tal que salieron algunas cadenas de mensajes por redes sociales y por WhatsApp avisando que “se ponían vacunas vencidas”.


Tarde, el Ministerio de Salud salió a aclarar la polémica mediante un video donde brindó toda la información. Algunos infectólogos sumaron un dato importante: en el caso que efectivamente las vacunas hubieran estado vencidas, no implicarían un peligro para la salud, sino que simplemente no tendrían efectividad para el tratamiento. Aquí en Argentina, la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) aprobó recientemente una prórroga de 60 días para un lote de AstraZeneca, por ejemplo. Ya lo había hecho en diciembre con algunos lotes de Pfizer, y luego con Sputnik.

Así las cosas, queda claro que tanto ANMAT como los laboratorios, y hasta la OMS, hacen un control constante para determinar si las vacunas siguen siendo efectivas. Y las ampliaciones están a la orden del día. López dijo, quizás, lo más acertado: “Hay que darle un margen de confianza al Ministerio”. Es momento de seguir siendo responsables y terminar con los esquemas de vacunación. Quedó claro que es la única forma de finalmente salir de esta pandemia.


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