En Neuquén podés estudiar para ser tripulante de cabina

El curso se dicta por primera vez y está a cargo del Instituto de Formación Profesional Aeronáutica. Conocé todo acerca de una profesión que va más allá de trasladar una bandeja y sonreír.

Cada vez que un pasajero sube a un avión para emprender algún viaje, es inevitable saludar en primer lugar a los tripulantes de cabina o antiguamente conocidas como azafatas. Un actor clave que será el responsable de responder y tomar las decisiones necesarias ante una posible emergencia.

En la provincia de Neuquén, casi 2.000 personas tendrán la posibilidad de capacitarse de manera presencial para dicha ocupación, mediante el lanzamiento del primer curso de formación Profesional para tripulantes de cabina de pasajeros (TCP) llevado a cabo por el Instituto de Formación Profesional Aeronáutica (IFPA) en la región.

Según la ANAC (Administración Nacional de Aviación Civil) el tripulante de cabina implica ser la cara visible de la empresa y quien se anime a ella podrá ejercer en todas las líneas aéreas, tanto nacionales o extranjeras, en vuelos de cabotaje e internacionales.


La iniciativa de ofrecer el curso a los neuquinos y rionegrinos, responde a la necesidad de una propuesta de formación integral que jerarquice a los profesionales patagónicos de la aeronavegación comercial, un área de servicios que está en franco crecimiento y genera fuentes genuinas de trabajo.

Actualmente se estima que el monto de los salarios, pueden comprender de 15.000 a 35.000 pesos mensuales. Sin embargo, el régimen de trabajo está regulado por la ANAC en forma muy taxativa ya que los períodos de actividad y descanso de las tripulaciones son diferentes a las actividades comerciales e industriales en general.

Así, su aplicación concreta depende para qué compañía trabaje, puesto que no es lo mismo volar dentro del país que realizar vuelos transoceánicos.

Además de ser la imagen de una empresa, deben ser capaces de transmitir tranquilidad a los pasajeros”.

Estela Trillo, coordinadora del curso que se dicta en Neuquén.


En paralelo, la demanda en el mercado laboral es creciente al punto que no discrimina entre hombres y mujeres e incluso compañías internacionales radicadas en Medio Oriente que operan en todo el mundo, llegan para buscar tripulantes argentinos varias veces por año.

Según datos que maneja la ANAC en todo el país existen unos poco más de 10.000 tripulantes de aeronaves.

Hasta el momento, la única posibilidad que existía en Neuquén y Río Negro para adentrarse en esta profesión era a través de cursos a distancia de manera online.

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“La importancia de que en la región se dicte el curso es la ventaja competitiva que van a tener los chicos. Antes, todas las opciones en la región implicaban un desplazamiento significativo para los estudiantes. Y en las opciones denominadas a distancia que se ofrecen no se pueden desarrollar las habilidades interpersonales referidas, dejándolos en desventajas ante las futuras entrevistas”, explicó Mariana Huber, tripulante de cabina de pasajeros de Aerolíneas Argentinas con 34 años de experiencia y actual jefa de instrucción federal.

Mientras algunos consideran ser tripulante de cabina para una etapa de su vida, otros en cambio, la ejercen toda su vida laboral.

Algunos datos

3.500
pesos es el costo de la inscripción a los cursos. Se dictan durante siete meses consecutivos.
5.500
pesos es el valor de la cuota mensual. Además se abonan otros 1.000 pesos para el uso del campus del aeropuerto.


Es así que muchos de ellos luego de haber volado durante años, deciden seguir en la aviación formando a futuros profesionales.

Tal es el caso de Mariana Huber y Estela Trillo quien ejerció la profesión durante seis años con amplia experiencia en líneas aéreas locales con Transportes Aéreos Neuquino y American Jet. Ahora se desempeña como coordinadora local del curso de formación.


A partir de los 18 se puede ingresar a la escuela


En el país, la carrera se dicta en casi todos los aeroclubes y sus principales exponentes son en Córdoba, Buenos Aires, Santa Fe, Salta y Bariloche.

A pesar de que todas son de carácter privadas y los títulos están convalidados por la ANAC, la escuela que se conformó en Neuquén es la única que depende de la Mutual de Aeronavegantes, la cual nuclea a todos los tripulantes de cabina de la Argentina, tanto activos como inactivos.

La importancia de que en la región se dicte el curso de formación es la ventaja competitiva que van a tener los chicos”.

Mariana Huber, jefa de instrucción y tripulantes de Aerolíneas Argentinas.


Entre los requisitos esenciales, el primero en ocupar la lista es tener un mínimo de 18 años, saber nadar o flotar y poseer un conocimiento básico en idioma inglés.

“Uno debe prevenir a los pasajeros de las normas básicas de seguridad, el tripulante de cabina busca tratar de salvar vidas y para ello debe estar preparado para enfrentar y resolver situaciones de emergencia”, afirmó Estela Trillo.

Según las instrucciones ya establecidas a nivel internacional el tripulante de cabina debe ser una persona que tenga actitud, conciencia de las situaciones dado que su licencia es para prever la seguridad de los pasajeros del avión e incluso de su tripulación. “Estará entrenado para combatir el fuego, y en caso de una emergencia para su posible evacuación en menos de 90 segundos, por eso el entrenamiento es de carácter riguroso principalmente en términos de seguridad y atención al cliente” sostuvo Trillo.

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La reglamentación de días de descanso también es rigurosa y extensa. Durante 30 días, la carga horaria se distribuye en 20 de trabajo y el resto en descanso, de los cuales tres de esos días deben ser consecutivos y el resto distribuido dependiendo de la cantidad de horas en vuelo que haya registrado el tripulante ese mes de trabajo.


Con la ropa planchada y muy tranquilos


Desde el primer día de clases, los alumnos deben ocuparse de transmitir una correcta imagen. “No es un capricho que los tripulantes de cabina de pasajeros estén uniformados, peinados y bien maquillados. Además de ser la imagen de una empresa también deben ser capaces de transmitir tranquilidad y seriedad a los pasajeros”, explicó Estela Trillo, coordinadora local para el curso de TCP.

Durante años existió el mito de que el tripulante debía ser alto y flaco. Según los profesionales la condición varía dependiendo del tamaño de los aviones, y es para que el personal pueda llegar de manera cómoda a los lugares de emergencia.


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