YPF instaló un nuevo reactor fabricado por IMPSA en la refinería de Luján de Cuyo
La compañía acelera la modernización de su emblemática refinería mendocina.
En el marco de su proyecto Nuevas Especificaciones de Combustibles (NEC), YPF avanzó con el montaje del reactor HG-D-3501, fabricado por la empresa IMPSA, en el Complejo Industrial Luján de Cuyo (CILC), en la provincia de Mendoza.
El reactor de desulfuración es una de las piezas clave de la nueva unidad HDS II y opera mediante un proceso catalítico en presencia de hidrógeno, eliminando compuestos sulfurados del gasoil en condiciones de alta presión y temperatura. Su diseño robusto y especializado garantiza seguridad, eficiencia y durabilidad en entornos de operación severos, consolidando al complejo mendocino como referente tecnológico en la refinación de combustibles más limpios.
Con un peso de 456 toneladas y 38 metros de longitud, su traslado desde la planta de IMPSA en Godoy Cruz hasta la refinería fue un hito dentro de la logística en Argentina, producto del trabajo conjunto con Vialidad Nacional, Policía de Mendoza y municipios.
La instalación del reactor necesitó 12.500 metros cúbicos de hormigón, un total de 2.700 toneladas de cañerías, 3000 toneladas de estructuras metálicas, 4700 toneladas de equipos y 470 kilómetros de cables.
El proyecto NEC permitirá que la totalidad del gasoil producido en el complejo mendocino cumpla con los estándares ambientales más exigentes, al reducir el contenido de azufre a 10 partes por millón (ppm). Esto responde a las nuevas exigencias de motorización y a la evolución del mercado hacia combustibles más limpios.
Además de la unidad HDS II, el proyecto NEC contempla la incorporación de nuevas unidades (H2 II y SE33), la modificación de instalaciones existentes (HDS I y OSBL) y la adecuación de servicios auxiliares. La iniciativa también incrementará la capacidad de producción de la refinería y garantizará el abastecimiento de Infinia Diesel en todo el país.
La puesta en marcha del proyecto está prevista para 2026 y constituye una de las inversiones más relevantes de las últimas décadas en el complejo mendocino.
La modernización del complejo se adecúa a la evolución regional y mundial hacia combustibles con menor contenido de azufre, asegura el abastecimiento de Mendoza y la zona de influencia del CILC con combustibles de alta calidad e involucra más de 1500 empleos directos y un importante desarrollo para pymes locales.
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