Enfermero con coronavirus trabajó en su lugar de aislamiento apenas mejoró

Claudio Guzmán es jefe en el hospital Heller de Neuquén. Cuando le diagnosticaron la enfermedad se trasladó al espacio DUAM para no contagiar a su familia. En cuanto se sintió bien, ayudó a sus colegas que atienden pacientes allí. "Veía que estaban saturados", aseguró.

-Mi señora me veía que tenía la cara colorada, me fue a dar un beso y me dice: «vos tenés fiebre.»

El termómetro marcó 37, 8°. Claudio Guzmán se fue a su habitación y de inmediato activó el protocolo que tiene previsto el hospital Heller para el personal de salud con síntomas compatibles con covid-19.

El próximo 12 de octubre cumplirá 21 años como enfermero. Se recibió y al mes comenzó a desarrollar su tarea. Casi a la par del hospital, que se inauguró el 19 de marzo de 1999 en medio de una protesta de trabajadores estatales que terminó en una represión policial.

Con 43 años es el jefe del sector de cuidados mínimos y moderados. El 3 de septiembre avisó que además de fiebre tenía dolor de espalda, pero la adjudicó al cansancio físico por el trabajo. Lo hisoparon y el sábado 5, alrededor de las 16, le comunicaron que había dado positivo.

Desde que comenzó la pandemia y hasta el 28 de agosto hubo 220 trabajadores de la salud con coronavirus en la provincia. El dato comenzó a incorporarse en el parte del Comité de Emergencias. Se informó hasta el 4 de septiembre, justo un día antes que le confirmaran el diagnóstico a Claudio. Hoy esa cifra no se publica.

Yo me voy, porque no quiero contagiar a nadie.

Decidió cumplir el aislamiento en el espacio DUAM, un auditorio de convenciones y fiestas cercano al aeropuerto presidente Perón. Se acondicionó como hospital de campaña para personas con cuadros leves y moderados de covid-19. Tiene 148 camas, con equipo de oxígeno para 40. El 23 de junio recibió a los primeros pacientes.

Su familia fue hisopada y todos dieron negativo.

Yo soy asmático, podría haber optado por salir con la licencia preventiva para no exponerme al virus. Decidí seguir trabajando porque siempre lo dije, enfermería es lo mío.

Los primeros tres días fueron los más duros de la infección.

-Estuve complicado físicamente, con mucha fiebre, un dolor de espalda insoportable, estuve tres días sin dormir, porque me movía y me dolía todo lo que era la espalda, así que tenía una almohada, sentado sobre una almohada y apoyado en las mesitas individuales, en las que te dan la comida.

-¿No estabas recostado en la cama?

-Es que no aguantaba. Entonces estuve sentado tres días con mucho dolor, con mucha fiebre.

El lunes 7 recibió medicación y ahí repuntó. Pronto supo que tenía neumonía bilateral y que no iba a estar 14 días aislado, sino 21. Del sector de internación del DUAM pasó al de autocuidado. Ni bien mejoró comenzó a ayudar al personal de salud que estaba cumpliendo funciones allí.

El DUAM dispone de 148 camas para pacientes respiratorios. Foto Florencia Salto.

-Eran dos enfermeros y había 30 pacientes en la parte de internación, y dos enfermeros con 30 pacientes es una locura, así que me puse a trabajar con ellos. Me puse un guante, me puse barbijo y, bueno, le ayudaba a hacer los controles de signos vitales, un par de veces me llamaron para colocar el suero, porque con tres pares de guante es complicado, ya con un par de guantes es complicado, si no tenes buen tacto, imagínate con tres. Así que me llamaban a mí y yo iba y colocaba los sueros, controlaba a los pacientes, los ayudaba a higenizar, los acompañaba hasta el baño. Trabajé una semana de enfermero ahí, yo los veía que estaban saturados y era darle una mano más que nada.

Durante los pases de guardia sus compañeros de trabajo hacían una videollamada colectiva y su hijo más chico, de 7 años, unas tres veces por jornada.

-Nunca pensé en recibir tantos mensajes, me despertaba a la noche, tenía el celular en silencio con 300 mensajes de texto.

En esos 21 días se encontró con otros colegas «que cayeron internados». A través de la ventana saludó a su hermana y a su mamá que le trajeron comida, y sus compañeros le pegaron un cartel para darle ánimo. El televisor que hay en el DUAM no tenía cable, así que consiguió un pen drive donde su familia le acopió películas.

El hisopado para darle el alta médica se lo practicaron tres veces porque en la primera perdieron la muestra, en la segunda era escasa y la tercera es la vencida: negativo.

El jueves 24 abandonó ese salón inmenso, dónde hasta 2005 funcionaba un casino, y pasó ese fin de semana en su casa: «quedás con un cansancio muscular importante, caminás y te agitas». Regresó el lunes a trabajar a un hospital diferente: desde hace dos semanas el Heller abrió un área covid-19 con 14 camas, debido al crecimiento de los contagios. El martes le tocó una guardia de 24 horas.

Lo recibieron con más carteles y torta.

Después de 21 días de aislamiento regresó a trabajar al Heller. Foto Florencia Salto.

-Hay que volver a fase 1 por dos semanas, que en esas dos semanas los pacientes que están ocupando camas se puedan ir de alta y que tengamos un descanso. Eso es darle un respiro a enfermería, a los médicos, a todos los profesionales de la salud.


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