Entre fuegos y carnes asadas

Son de Conesa y viven en Roca, donde Rodrigo García Iglesias y Adrián Mastrangelo lideran uno de los foodtrucks más sólidos de las ferias y festivales de la región: Ritual del Fuego. En esta entrevista cuentan los secretos y comienzos de su emprendimiento.

Recorrer, ver, oler, escuchar, saborear… quizás esta enumeración no sea una mera secuencia sino una invasión simultánea de los sentidos que vivimos días atrás en el glorioso primer Festival de la Sidra y el Turismo Rural en Roca cuando de pronto estábamos, vaso de sidra en mano, frente a Ritual del Fuego, un foodtruck que la rompe desde el 2018 en toda feria o evento gastronómico que se arma en la región y las cuales asisten.


Luego de hacer el pedido, el fuego que arman para asar las carnes y vegetales convocan a estar cerca, como bien lo merece este ritual atávico. Es así que, atrapados por el crepitar de las brasas, podíamos también ver a quienes comandan este emprendimiento: Rodrigo García Iglesias (36) y Adrián Mastrangelo (35), concentrados haciendo lo que muy bien saben hacer y al mismo tiempo mostrando gestos de estar pasándola bien, como dos laburantes que aman su oficio. Al entrevistarlos, este espíritu queda más que confirmado.

Rodrigo y Adrián vienen de Conesa, pueblo lindo si los hay en Río Negro, y viven en Roca. “Nosotros hacemos sándwiches a base de carnes asadas en el momento. La gente ve que de la parrilla y el asador la carne va directamente al sándwich, y eso no es algo que se vea comunmente”, comenta Rodrigo. “Nuestra estrella es la pierna o cuarto de cordero al asador; es lo que más pedido. También hacemos cortes vacunos como vacíos y colitas de cuadril; chorizos y salchicha parrillera con provolone. Las bondiolas a la parrilla o hechas al disco en cocción lenta con base de vino, cerveza o sidra es parte de nuestra cocina”, agrega.

La oferta depende del evento y de la época del año. “Ofrecemos distintos tipos de sándwiches. En verano y en invierno cocinamos en los discos: hacemos cordero al malbec, cerdo con cerveza y batatas, guiso de lentejas, chori a la pomarola que los servimos en cazuelas…. La temperatura nos marca qué cocinar”, apuntan.

Rodrigo estudió gastronomía en Bahía Blanca, trabajó en los fuegos en cocinas durante mucho tiempo y estuvo al frente de cocinas en muchos restaurantes. “Un día me fui solo a México a dirigir un restaurante español y a dar clases de cocina en la Universidad del Valle, en la ciudad norteña de Torreón. Cuando volví me asocié con mi hermano Jesús y empezamos a crear diversos emprendimientos en Conesa, Roca y Cipolletti. Actualmente estamos construyendo la nueva planta de elaboración de La Nacional, un nuevo concepto en panaderías low-cost donde vendemos el pan más económico de Cipolletti y Neuquén; y el año que viene queremos abrir una sucursal en Roca porque vivo acá y amo esta ciudad”.

Las bondiolas hechas al disco, en cocción lenta con base de vino, cerveza o sidra, es una de las propuestas más elogiadas.


Por su parte, ni bien terminó el secundario, Adrián se fue a estudiar turismo a Bahía Blanca: al año y medio se dio cuenta que no le gustaba lo que estaba haciendo. Entonces decide irse a El Chaltén, donde ese momento un tío suyo le dio trabajo durante cuatro años en un corralón ferretería de su propiedad. Luego se dedicó a trabajar en turismo, espacio que le permitió cocinar “cordero patagónico” a grupos de turistas extranjeros. Tras 10 años de andar por el sur vuelve a Conesa, donde abre un parador y después un bar. Un día, por entonces, va a Roca a una feria gastronómica que se hacía en El Campito y no vio nada que le llamara la atención. “¿Por qué no armar un carrito distinto y hacer lo que tan bién le salía en El Chaltén?” se desafió a si mismo. Se cruzó con Rodrigo en Roca, le propuso su idea y ahí nomás empezó a rodar Ritual del Fuego.

“Empezamos en julio 2018 en la primer feria Semilla en Cipolletti. Sin ver el carro, que lo habíamos mandado a hacer en Neuquén, nos encontramos ese mismo día y acá estamos. Creo que el humo, las luces, la carne a la vista, el fuego y los sándwichs son tentadores, atraen. Es algo distinto de lo que se ofrece por lo general en las ferias”, apunta Adrián. Él y Rodrigo dirigen el equipo integrado también por Flor Coggiano, Mónica Andaver y Sergio Romera. “Trabajamos relajados, muy profesionales y disfrutando todo el tiempo el máximo posible”, afirman. “Antes que nada todos somos amigos; esto es fundamental”, remarcan.

“Si la feria es un fin de semana el miércoles dividimos las compras; los dos ponemos en primer lugar la calidad de la materia prima antes que el precio. El viernes armamos el puesto, llevamos la leña y ordenamos muy bien todo en el lugar. El sábado prendemos el fuego y empezamos el ritual. Todo termina el domingo bien tarde con el fuego apagado y el cuerpo extremadamente cansado, felices”, comparte Rodrigo.

Al comprar la carne priorizan un corte chico de animal pequeño, carne roja clara y grasa blanca. Es fundamental conseguir carne tierna para un buen producto final. Lo mismo con el cordero; si la pierna es de tamaño pequeña se garantiza un sabor más sutil. Con el cerdo no hay problema; hay muy buenos productores en todo el valle. “Para asar correctamente una carne se necesita tiempo. No usamos panes congelados, siempre pan del día”, dicen a modo de consejo.

Al recorrer varias ferias gastronómicas, Ritual del Fuego ofrece menús en función de la época del año. “La temperatura nos marca que cocinar”, dicen.


Durante la pandemia, Rodrigo se enfocó muy especialmente en el proyecto de la panificadora. Adrián admite que la extensa cuarentena lo partió por el medio. Se refugió en la carpintería haciendo muebles. Ahora ambos están con otro espíritu, más entusiasta y alegre, confiados en un buen horizonte. “La gente está saliendo mucho después de tanto encierro y se nota que disfruta el doble. Esto representa una esperanza y una alegría para todos”, apuestan los dos. “Las expectativas a futuro son muy buenas, tenemos muchos proyectos, uno de ellos es el diseño de un nuevo carro para fuegos. Es difícil desprenderse de esta actividad cuando te apasiona . En mi caso particular disfruto mucho de lo que hago. Es muy linda la sensación que te da saber que estás alimentando a las personas, que se están nutriendo con tus productos… ese momento en que viene un cliente y te felicita porque le gustó lo que comió es glorioso. Se te pone la piel de gallina y te dan ganas de seguir mejorando día a día para dar siempre lo mejor”, cuenta Rodrigo.

“A mi me gusta esto de cocinar al aire libre, y disfrutar esos momentos, conocer gente, compartir los productos de cada feriantes, contar y escuchar experiencias de ferias… todo ayuda a mejorar en lo nuestro”, expresa Adrián a su tiempo.

Nómades, laburantes, entusiastas, profesionales… saben bien que el acto de hacer un fuego y cocinar tiene un lugar privilegiado, justo en el medio entre la naturaleza y la cultura. Que es toda una experiencia sensorial, un placer sensual y un movimiento comunitario. A la gente le atrae en esto de ir a ferias y festivales que muchas veces puede ver en un mismo lugar al que cocina, al que produce… la ferias son hoy, en pospandemia, la nueva plaza pública. Y esto Rodrigo y Adrián lo saben muy bien. Hoy y mañana estarán en Semilla en Fernández Oro y viernes, sábado y domingo de la semana próxima en el Octoberfest, en El Campito, en Roca.


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