Eruca Sativa, el poder que llega de Córdoba

Antes, Gabriel Pedernera habló con “Río Negro”.

En una nueva visita a la región, el power trío cordobés Eruca Sativa se presentó en Bariloche, en Neuquén, y hoy estará en la sala II de Casa de la Cultura, a las 20:30, en General Roca, con Papeles y Dulce Ironía, como grupos invitados. Lula Bertoldi en voz líder y guitarra, Brenda Martin en bajo y coros y el baterista Gabriel Pedernera también en coros, se unieron como trío en el 2007, en Córdoba, pero residen hace rato en Capital Federal. Pedernera dialogó con “Río Negro” en su casa de Caballito. Uno de tres originales, contundentes, músicos. “La mejor forma de encarar un proyecto artístico –para mí, la única– es dando el cien por ciento. Poniendo el corazón y la pasión en lo que hacemos. No encuentro otra receta. Es un riesgo, un camino bastante difícil y sobre todo armando solos la producción, teniendo un sello propio. Cuando empezamos con el trío ninguno tenía la vida cubierta económicamente, decidimos hacer de él nuestro trabajo desde cero. –Cierto es que sin ese motor cualquier empresa se complica, pero además el sonido de ustedes es diferente, personalísimo. –Todo está relacionado con la pasión y con el descubrir cosas dentro de uno mismo. Le doy gracias a la vida por estar con mujeres con una personalidad tan fuerte y por tener compañeras de grupo con una energía tal que me permite tocar como toco. Se produce así una unión, una unidad. Gabriel (25) es de Barrio General Bustos y se formó musicalmente en Collegium en paralelo con el secundario. Brenda (31), de Barrio General Paz, egresó como diseñadora gráfica y luego entró a La Colmena, otra escuela de música de Córdoba. Lula (26) es de Sunchales, Santa Fe, pero vivió en Nueva Córdoba casi seis años mientras cursaba la Licenciatura en Relaciones Públicas. “Siempre tengo esta charla con las chicas, preguntándonos a qué se debe esta saga de maravillas que nos ha tocado vivir. Tengo varias respuestas, posibilidades. Una primera es la suerte, se puede creer o no, pero está ahí, tiene su influencia. Otra puede ser el trabajo, el esfuerzo, la pasión de la que hablábamos antes. Otra, claramente, el talento. Otra, no sé, el momento de la vida en que nos encontramos. Hace aproximadamente un año y medio que cumplí mi sueño… De modo que esto que vivo hoy es como un regalo. Durante mi infancia soñé con mudarme a Capital Federal. Acá estoy. Después me encontré llorando en el estudio, viendo grabar a David (Lebón) una canción que habíamos escrito nosotros. Son situaciones que ya me superan. Hubo un gran maestro violinista de tango, Antonio Agri, que estaba grabando en el estudio ION y Osvaldo Acedo –quien me cuenta la historia– le pregunta por su salud. Unos meses después falleció de un cáncer galopante. Y Agri le contesta: lo que me está pasando ahora es para equilibrar un poquito lo buena que ha sido la vida conmigo. ¿Se entiende? En vez de hablar de la muerte, de los dolores y sufrimientos, se mostraba agradecido por cómo la vida lo había tratado. Yo creo estar lejos de morirme, toco madera, pero de alguna manera siento eso, que la vida ha sido nada más que buena conmigo. Tengo la posibilidad de trabajar con estas dos personas maravillosas, una pareja increíble también, una casa hermosa, y unos padres que me apoyaron desde el vamos…

Eduardo Rouillet eduardorouillet@gmail.com


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