Ni caminar ni pilates: cuál es el ejercicio ideal para mayores de 50 con problemas articulares

Este entrenamiento suave mejora la movilidad y reduce el dolor. Complementa a otras terapias muy eficientes.

Cuando las articulaciones empiezan a doler, moverse puede parecer un desafío. Sin embargo, los especialistas coinciden en que la inactividad agrava el problema. ¿La buena noticia? Existe una forma de ejercitarse sin impacto y con múltiples beneficios para personas mayores: el entrenamiento en el agua.

La actividad física dentro del agua, conocida como aquagym o gimnasia acuática, es uno de los ejercicios más recomendados para adultos mayores con artrosis, artritis u otros dolores articulares. Al flotar, el cuerpo pesa menos y se reducen las cargas sobre rodillas, caderas y columna.

Se puede hacer sin saber nadar


Fotos gentileza.-

“El agua permite trabajar todo el cuerpo sin dolor”, explican kinesiólogos y entrenadores especializados. Se fortalecen músculos, se mejora la postura y se gana movilidad sin riesgo de lesiones. Incluso quienes tienen prótesis o limitaciones físicas pueden realizarlo con adaptaciones simples.

Otro punto clave es que no se necesita saber nadar. La mayoría de las rutinas se realiza de pie en piletas poco profundas, y muchas veces se utilizan elementos de flotación, manoplas o pelotas que ayudan a intensificar el trabajo.

Mejora física, emocional y social


Los beneficios del aquagym van más allá de lo físico. Se ha demostrado que practicarlo regularmente mejora el ánimo, reduce el estrés, favorece el equilibrio y la coordinación, e incluso previene caídas. Además, suele realizarse en grupo, lo que suma un componente social muy valioso en la tercera edad.

¿Con qué frecuencia se recomienda? Dos o tres veces por semana suele ser lo ideal. Y si no tenés acceso a una pileta climatizada, existen versiones de ejercicios similares que se pueden hacer en una bañera grande o en el agua de un lago tranquilo en épocas cálidas.

Ejercicios simples para empezar


Algunos movimientos básicos incluyen marchas en el lugar, brazos en cruz con resistencia, giros suaves de cadera o elevaciones de rodilla. Lo importante es realizarlos con control y en un entorno seguro, siempre guiado por profesionales.

Además de cuidar las articulaciones, el aquagym favorece la circulación, ayuda a controlar la presión arterial y contribuye al bienestar general. No hay límite de edad para empezar: cuanto antes se incorpore el hábito, mejores serán los resultados a largo plazo.

Para quienes no tienen acceso a natatorios, también existen alternativas como el tai chi o el yoga adaptado, que priorizan el movimiento consciente, el equilibrio y la elongación. Pero sin dudas, el agua sigue siendo uno de los mejores aliados para el cuerpo envejecido.

El mayor beneficio es que no se siente como un esfuerzo. Las personas que lo practican suelen describir la sensación como “liviana”, “placentera” y “liberadora”. Ese bienestar es clave para sostener el hábito a lo largo del tiempo.

En el Alto Valle y la cordillera, cada vez más centros de día, clubes y piletas municipales ofrecen clases adaptadas a personas mayores. Consultá en tu localidad o centro de salud más cercano para empezar.

Moverse es parte del tratamiento. Y con el ejercicio correcto, el dolor no te detiene: te impulsa.


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