Fijaron sus caminos

Weretilneck rearmó gobierno y Pichetto su dominio partidario.

ADRIÁN PECOLLO adrianpecollo@rionegro.com.ar

Weretilneck lo acusó de destitución. Pichetto le imputó traición. Pero hoy se prometen diálogo. Semejante contradicción surge de sus discursos. Fue la contribución del arbitraje nacional a esa falacia. Ya se sabe que se cruzó el límite del cual ya no hay regreso. Juran que hablarán mientras cada uno se ocupa de su destino: el gobernador rearma su poder y estructura estatal, alejado del senador, y éste contrapone el suyo. Ya hay dos interlocutores ante Nación y se insinúan gestiones paralelas. Ese frenesí también puede inmovilizar, más aún, a la administración. “Tienen que acordar”, los emplazó el jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina. Era el deseo presidencial. Tarde. Ya no hay estado anímico entre Weretilneck y Pichetto. Sólo rencor. Abal Medina lo comprobó. El senador derramó bronca al narrar los hechos que construyeron su enfado, desde algunos minúsculos, como llamadas no respondidas, hasta centrales, como supuestas alianzas con radicales. El mandatario contrarrestó con los obstáculos que Pichetto levantó en los despachos nacionales. Fue una evacuación de inquinas mutuas. Para ellos, una liberación de sensaciones. Sólo eso. El espacio nacional fue reclamado por Pichetto. Le valió para ratificar el apoyo presidencial –Weretilneck lo captó cuando ingresó la primera mandataria para un simple saludo–, pero no le sirvió para más. Abal Medina ondeó entre las reglas conocidas: respetar la “institucionalidad” del gobernador y cuidar la “credibilidad y prestigio” de su senador. “Miguel cometió un error: fue sin agenda”, evaluó un allegado. No ahondó en el pedido de debate de fondo, explicó. ¿Será así? ¿O Pichetto ya no creía en ello y cerró ese capítulo? El gobernador usó el ámbito y ofrendó sus recambios. Pivoteó en la promoción al gabinete del exmontonero Fernando Vaca Narvaja y la inclusión de Ernesto Paillalef del Movimiento Evita. Se explayó en su reordenamiento justicialista, citando acuerdos con Carlos Peralta por Vaca Narvaja y el enlace peronista con el intendente Martín Soria por la incorporación de Luis Di Giacomo. Tienen asignados Obras Públicas, Desarrollo Social y Gobierno. Preservará a Hugo Lastra, trasladándolo a la Secretaría General (¿Julián Goinhex a la Casa de Río Negro?). Serán las cuatro variantes que formalizaría esta semana. Su objetivo central es la reparación del andamiaje político. Pichetto ratificó que no tiene lugar en ese mundo. Más aún, descubrió que tendrá disputas por los favores de Nación. ¿Y el rearmado de la gestión? La orfandad. Su mayor evidencia es que no hay cómo cubrir el cargo vacante desde hace un mes tras la renuncia de Juan Manuel Pichetto. Weretilneck lo admitió frente al jefe de Gabinete: “Para Producción no tengo a nadie”, lanzó. ¿Fue un ofrecimiento o un reproche al senador por la baja de su hijo? Sirven ambos razonamientos. El senador no respondió, salvo menciones generales en favor de los economistas Anahí Tappatá, Cristóbal Fernández Ansola, Graciela Landriscini y del exlegislador Miguel Ciliberto. Producción sigue vacante, pero podría depender de otro componente político. El ministro social, Jorge Vallazza, consolidó un padrinazgo de La Cámpora –el diputado Martín Doñate– y habría pedidos por que continúe. Por eso, Paillalef podría ir a Producción. La sugerencia de Abal Medina de poco servirá más que para sostener cierto diálogo forzado. Weretilneck y Pichetto posiblemente vuelvan a reunirse esta semana. Incluso el gobernador le ofrecería alguna participación. Así lo desafiaría. “Yo perdono, pero ellos tendrán que explicar cómo desandan las críticas”, explicó a sus diputados. El senador transmite a los suyos: “Hay que dejarlo que arme su gobierno, con su perfil y su impronta”. Los términos están fijados y los duelos se mudan a otros escenarios. Weretilneck ya responde frente al confinamiento al que se lo expuso en algunos despachos nacionales. Pretende ampliar vínculos con el proyecto K. Confía en que Vaca Narvaja podrá diligenciar un proceso de obras con aportes de Nación. Allí radicará la mayor compulsa. Ante Abal Medina, Pichetto advirtió esa intención, no ocultó su desagrado, pero lo silenció. “Probemos quién es quién”, diría después. Ocurre que el senador levantó una sólida plataforma de obras en Río Negro con recursos de Nación, guiada por Marcos Pisanú y sostenida en su trato con el ministro Julio De Vido. La política está fundada en la concreción de obras, de lo que depende la fidelidad de los jefes locales. Y en Río Negro se requiere de recursos ajenos. Por caso, la Legislatura debatirá esta semana un viejo financiamiento para el DPA por 120 millones de pesos para infraestructura del servicio de aguas y cloacas. Hay anuncios, pero al Estado provincial le cuesta salir del letargo. La ejecución pública cayó en el primer semestre un 26% en relación con el 2011. Hace días, el gobernador aseguró que el nivel se había equiparado. Los registros hasta agosto describen una leve redención, fijando la baja del 18 al 22%. El universo de los planes sociales tendrá su variante. Weretilneck expuso a Paillalef ante Abal Medina por su pertenencia a los movimientos K y al íntimo equipo de Alicia Kirchner. Pichetto anida también sólida relación en esa cartera. El enfoque autóctono se concentra en Di Giacomo. Llega promovido por Soria, y con su estilo. Esa función contestataria tan ausente del gabinete. Existe privación y Weretilneck monopoliza esa faena. Pendula, sin escalas, entre el abordaje con el jefe de Gabinete al reto público con la Cámara de Comercio viedmense. El problema radica en que el mandatario duda –mayoritariamente– de su equipo de ministros, porque sostuvo a los funcionarios de Soria y sólo generó mudanzas en la posterior alianza con Pichetto. Hoy, el recambio tiene una génesis similar. Si está resuelto el andar de Weretilneck, es evidente que Pichetto también tiene su camino demarcado. Se ha puesto en campaña. ¿Piensa en el 2013? No, nadie duda de su renovación en el Senado por fidelidad K. Ni Weretilneck pensaría en vedar esa continuidad. ¿Entonces? Montar su dominio con aportes del partido, intendentes y de un bloque propio. ¿Trabaja para el 2015? Se verá con los saldos. Por ahora, plantea esa influencia y promete una compleja armonía, entre defender la institucionalidad, no lesionar al gobierno y no constituirse en oposición. El viernes existirá su primera prueba cuando sus legisladores deban resolver su posición frente a los proyectos del Ejecutivo, puntualmente el que propone atenuar la emergencia, orientado a derogar el mecanismo de disponibilidad de estatales. El bloque de disidentes y el PJ lo impulsan. Ante Abal Medina, el senador pidió respetar la constitución de su propio bloque y trabajar, con tiempo, en la reconstrucción. Pidió evitar más confrontación y paralizar el desplazamiento de diputados censores de las comisiones. Weretilneck prometió interceder pero alertó que sería “difícil” en favor de Ana Piccinini. Rareza en ese ámbito, Pichetto ensayó una defensa de la radical, hoy en el Frente y que apiló promesas de hostilidades oficialistas después de sus embestidas verbales contra el gobierno. Arabela Carreras era su reemplazo al mando de Constitucionales. Pero, todo, incluso eso, quedó suspendido, por ahora. Aporta también a la fingida tregua.

DE DOMINGO A domingo


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