Garrote y zanahoria
Pero la jugada era además un tiro por elevación para advertir al gremialismo que el gobierno también moviliza.
HÉCTOR MAURIÑO vasco@rionegro.com.ar
Más por Neuquén”, la corriente interna de la lista Azul del MPN que integran militantes y activistas identificados con la gestión de Jorge Sapag –que conserva, con todo, la sigla del partido provincial–, tuvo su bautismo de fuego esta semana. “La Cámpora sapagista”, como la bautizaron rápidamente los observadores más cáusticos, hizo dos fugaces apariciones públicas que no pasaron para nada inadvertidas. La primera fue durante una recorrida del gobernador por obras de la meseta, que devino por obra y gracia de los muchachos en un inocultable acto político en el que Sapag dio una vuelta más de tuerca a su ‘operativo clamor’: “En estos cuatro años y medio hemos sentado las bases para los próximos tres años y medio…”, dijo y como si se le desatara el indio soltó a continuación un “…y por qué no para los próximos siete años y medio de gobierno”. La otra fue la ceremonia por el aniversario de la ciudad, donde la barra sapagista cumplió con el propósito de amargarle la fiesta al intendente Quiroga (por el pecado de intentar pasar al gobierno por derecha) y sirvió como tiro por elevación para advertir a los gremialistas: el oficialismo no se quedará de brazos cruzados ante sus ásperas movilizaciones. “Nos estaba faltando militancia, protagonismo para no desaparecer del mapa. Con lo del acto los muchachos estaban felices”, sintetizó, exultante, un funcionario del gobierno provincial al término del acto por el 108 aniversario de la capital. Un hombre muy cercano al gobernador fue más explícito aún: “Quiroga se equivoca si cree que puede crecer a expensas de las dificultades financieras y sociales del gobierno. Pero eso se arregló enseguida, la movilización de los muchachos fue sobre todo una llamada de atención a los gremialistas; un mensaje para ellos: ojo que nosotros también podemos movilizar”. Sapag no puede permitir que Quiroga –mucho menos Sobisch– lo deje pedaleando en la retaguardia con la imagen de una paz social que resultó un búmeran. Por eso y porque tiene claro que para seguir gobernando los tres años y medio que le restan, que prometen ser más arduos que los cuatro y medio anteriores, tiene que recuperar la iniciativa política, es que ha tomado decisiones como la de amagar con su re-reelección y promover la movilización de sus partidarios, fundamentalmente los más jóvenes, y por lo tanto los más entusiastas y decididos. Y eso es “la Cámpora sapagista”, un cóctel equilibrado de jóvenes profesionales que abrevan en las estructuras del Estado, en algunos casos legisladores, con activistas barriales y vecinalistas, todos más o menos educados y prolijos, nada de desbordes, como le gusta al jefe. Sapag no ignora que el MPN es un partido sumido en una profunda crisis, desmovilizado, que ya no gobierna en las ciudades más importantes de la provincia y que necesita cada vez más del voto independiente para poder arañar la victoria. A pesar de que se presenta como el moderno heredero de una estirpe familiar pionera, el hijo de don Elías no se hace demasiadas ilusiones, intuye –o acaso sabe perfectamente– que si se quiere seguir manteniendo en la cresta de la ola debe actuar, en cualquier caso, como el más lúcido de los independientes. Y eso vale para la época de elecciones y también para gobernar. Por eso, consciente de que las finanzas provinciales entraron en un atolladero y enfrenta un desafío difícil frente a la intransigencia gremial, Sapag no puede permitir que sus competidores le marquen la agenda. Así, el gobernador salió esta semana, primero a descontar la ventaja que había tomado Quiroga con sus filosas reflexiones respecto del caos social, y luego a plantar una severa advertencia para los revoltosos. Lo primero se solucionó con una serie de declaraciones explosivas: “¿Qué quieren, hacer un golpe de Estado?”, lanzó el gobernador y amagó con un escenario todavía peor al actual al dejar en claro que no sólo no habrá aumentos porque no hay plata, sino que tampoco sabe si podrá pagar los aguinaldos en enero. De paso, amenazó a los dirigentes que se involucren en cortes de rutas con acciones penales y sumarios administrativos. Eso y el anuncio de una mesa de negociación “técnica” para discutir condiciones de trabajo –el garrote y la zanahoria– bastaron, en principio, para disuadir a los gremios de concretar sus medidas más cruentas. “Los sindicalistas acusaron recibo”, sintetizó el hombre del gobernador. A su principal competidor, en cambio, Sapag trató de hacerle sentir el rigor con un manotazo sobre la mesa. Organizó todo para copar el acto de aniversario con sus muchachos y se preparó para lanzarle en la nariz un discurso lapidario. Pero esto último no hizo falta: el Quiroga envalentonado y mordaz dio paso sin solución de continuidad a otro razonable, casi sumiso con el más poderoso. Santas pascuas. Claro que la puja por la iniciativa política de cara al 2015 está lejos de haber quedado superada. Quiroga, a resguardo ya de las iras de la ‘Cámpora neuquina’, sólo esperó un día para retomar la ofensiva: dijo que la presencia del activismo sapagista en el acto de aniversario de la ciudad “fue una grosería” y se manifestó satisfecho porque, se atribuyó con picardía, “el gobernador terminó por decir lo que yo siempre sostuve, que los cortes son un delito”. No sólo en el frente político, tampoco en el convulsionado plano social –el principal pero no el único nubarrón que se cierne sobre Sapag– está asegurada una paz duradera. Por el contrario, la tregua de hecho alcanzada con los gremios se verá puesta a prueba esta semana. En el gobierno juran que no es posible dar otro aumento sin desbarrancar del todo las finanzas provinciales. Dicen que, en cambio, en las mesas técnicas habrá permeabilidad para pases a planta, recategorizaciones y otras mejoras. “Eso no mueve tanto el amperímetro”, se justificó el hombre del gobernador. ¿Alcanzará esto para conformar a los estatales, a pesar de los argumentos y las advertencias del gobierno, los gremios optarán por profundizar los cortes y marchas de los últimos días?
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