Bautista, un chef joven que pisa fuerte en Neuquén

Empezó a trabajar en el 2019 como cocinero del restaurante del hotel Hilton y hoy es el chef ejecutivo. Su historia, inspiración y consejos.

En pleno centro de la ciudad de Neuquén, el restaurante Vive del Hotel Hilton Garden Inn, se ha posicionado como uno de los destinos culinarios más destacados de la capital neuquina. Al frente de su cocina se encuentra Bautista Alarcón, un joven chef de 32 años que en poco tiempo ha logrado imprimir su estilo único a la propuesta gastronómica del hotel.

Bautista Alarcón, chef ejecutivo / Foto gentileza

Empezó a trabajar en este espacio como cocinero en el 2019 y poco a poco fue subiendo hasta alcanzar la posición de chef ejecutivo. Y, a juzgar por los elogios de huéspedes y locales, su carrera promete.

El inicio de la pasión por la gastronomía


Bautista es oriundo de la Plata. Fue allí donde se enamoró de la cocina por primera vez, y como les pasa a muchos, la abuela fue su primera inspiración. “Salía del secundario y mi abuela me esperaba con unos platos riquísimos. Empecé a fijarme en qué cocinaba y cómo lo hacía”, cuenta con nostalgia. “Cocinaba buñuelos de espinaca, un pastel de papa que era mi preferido y hacía una tarta de pescado que ella le decía empanada gallega”, describe.

Bautista le ha dado al menú del restaurante un toque especial / Foto gentileza

Su pasión empezó por comer y luego comenzó a cocinarle a sus hermanas. Al darse cuenta de su talento, decide estudiar la carrera de Profesional gastronómico en el IAG, en Buenos Aires, una de las instituciones líderes en innovación gastronómica en Latinoamérica. Mientras completaba sus estudios en gastronomía, se adentró rápidamente en el mundo laboral.

Cuenta que primero trabajó en un restaurante chiquito y después en uno más grande que le abrió las puertas al arte de la profesión. “Tenía dos jefes excepcionales, Renato Rosano y Rafael Ceraso, a los cuales les agradezco muchísimo. Los dos fueron muy importantes para mí porque me enseñaron casi el 90% de lo que sé hoy”.

Luego de pasar por varios restaurantes decide mudarse a Neuquén. Su primer empleo en la capital neuquina fue como cocinero en el mismo hotel donde hoy es chef ejecutivo.

Una carta de autor con sabores de la Patagonia


No hay dudas que el restaurante Vive se ha convertido en un referente culinario tanto para los locales como para los huéspedes que visitan el hotel. Bautista ha sido el encargado de dar forma a una carta de autor que no solo destaca los sabores tradicionales de la Patagonia, sino que también los reinventa.

La trucha es el plato estrella de Bautista Alarcón en el restaurante / Foto gentileza

En el restaurante, Bautista ofrece una propuesta gastronómica que captura la esencia de la región, con un enfoque claro en la utilización de productos locales y frescos. “La trucha creo que es nuestro plato estrella, porque al ser un pescado local, lo conseguimos fresco. A lo largo del año le vamos cambiando las guarniciones o el método de cocción para que siempre haya una sorpresa”. Otro destaque, según nos cuenta, son las empanadas de cordero.

Bautista le ofrece a los comensales tienen una experiencia completa durante todo el día, con opciones de desayunos, almuerzos con menú ejecutivo y cenas, convirtiendo el restaurante en un espacio versátil y acogedor. También cuenta con un menú especial para niños, lo que ha hecho que el lugar sea una opción familiar muy apreciada.

Platillo preparado por Bautista / Foto gentileza

Creatividad y tradición


Para Bautista, estos son los dos elementos que hacen a un buen cocinero o a un chef. “Hoy en día se usa mucho la deconstrucción, hacer algo diferente partiendo de lo clásico o lo conocido. Esa es la parte de la creatividad que un buen cocinero debe tener, porque ayuda a ser innovador y a crear platos nuevos”, explica.

Plato del chef Bautista Alarcón / Foto gentileza

El chef también llamó la atención para la presentación del plato y explicó su mirada. “La comida entra por los ojos. Tiene que ser un plato colorido, que esté ordenado, o no, porque a veces la desprolijidad puede quedar bien. La textura, el volumen y hasta la altura son importantes. Un plato chato se ve menos atractivo”, detalló Bautista.

La comida entra por los ojos. Tiene que ser un plato colorido, que esté ordenado, o no, porque a veces la desprolijidad puede quedar bien. La textura, el volumen y hasta la altura son importantes. Un plato chato se ve menos atractivo

Bautista Alarcón, chef de cocina

La originalidad de esta mirada se refleja en sus platos. “Tratamos de ir variando los platos, que el menú no se estanque. Este es un factor que motiva tanto a mí como a mi equipo a estar siempre pensando en cosas nuevas, nuevas recetas, combinaciones e ingredientes”.


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