Hay prostitución infantil, no una red de explotación

Así lo determinó una investigación judicial realizada en el Parque Central y el Bajo neuquino. Existen menores que se prostituyen, pero sin responder a un proxeneta. Más detalles sobre el caso del sujeto que contrató a un chico para tener sexo.

NEUQUEN (AN)- Una investigación judicial detectó casos de menores que se prostituyen en el Parque Central y zonas del bajo neuquino, pero no encontró una organización dedicada a la explotación sexual de los chicos. Y el Código Penal no ayuda a castigar a los que pagan para mantener relaciones.

La fiscalía de Delitos Complejos que encabeza Alejandro Cabral fue la que encaró la investigación pero obtuvo escasos resultados.

«Menores que se prostituyen hay, pero lo que no existe es una red u organización que se dedique a explotarlos, que los obligue a realizar esa actividad, que les brinde protección, etcétera», explicó a «Río Negro».

El fiscal fue consultado a raíz de la detención de un hombre que fue sorprendido en el momento en que ofrecía dinero a un chico a cambio de mantener relaciones sexuales, sobre el cual se informó ayer.

«Río Negro» pudo obtener más datos sobre ese caso, y algunas precisiones. Por ejemplo, se supo que el sujeto reside en Bariloche, al parecer visitaba Neuquén los fines de semana y se alojaba en una pensión. Recorría la zona del Parque Central y del bajo donde reclutaba menores que se llevaba a su alojamiento para mantener sexo.

Una denuncia anónima recibida en el teléfono 102 puso a los investigadores al tanto de esta situación.

El viernes pasado, el individuo -cuya identidad se mantiene en reserva- llegó a Neuquén en colectivo y a la noche fue al Parque Central donde contrató los servicios de un chico de 17 años, y no de 14 como había trascendido en un principio.

Ya para entonces estaba bajo vigilancia de la policía. Juntos fueron hasta otra prensión -en la que utilizaba habitualmente para alojarse le prohibieron la entrada- y cuando estaban por ingresar lo detuvieron.

El menor todavía no declaró ante la justicia, y hay escepticismo respecto de lo que pueda aportar con su testimonio.

«Los chicos son muy remisos a colaborar en este tipo de causas, en general no quieren contar nada», dijo Cabral.

El hombre, en tanto, recuperó su libertad y no resulta sencillo elaborar una acusación en su contra.

«Se le puede imputar facilitación de la prostitución en grado de tentativa porque el hecho no se consumó, pero si se comprueba que el chico ya se prostituía desde antes, la cuestión se complica, porque no se puede promover la prostitución de quien ya está prostituido», indicó

Cabral.

El fiscal añadió que los hombres y mujeres que comercian con su cuerpo no cometen delito, y tampoco lo cometen quienes contratan sus servicios. «La prostitución no está penada, lo que se castiga es la explotación sexual, es decir, al proxeneta».

La compleja investigación realizada en el Parque Central y el bajo dio como resultado que hay menores de edad que se prostituyen -más chicos que chicas- pero todos trabajan por su cuenta, sin tener una tarifa fija ni responder a ninguna organización que los explote.

«La red de explotación de menores es un fenómeno de ciudades más grandes, donde las cosas son más anónimas», señaló Cabral.

El Protocolo facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño relativo a la venta de niños, la prostitución infantil y la utilización de niños en la pornografía de las Naciones Unidas, que entró en vigencia el 18 de enero de 2002, define que «por prostitución infantil se entiende la utilización de un niño en actividades sexuales a cambio de remuneración o de cualquier otra retribución».


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