Jornada clave en el juicio contra Juan García por haber asesinado a su hermana de un escopetazo

Este miércoles finalizará la etapa de producción de prueba. El martes se presentaron a declarar varios vecinos, y algunos especialistas por parte de la defensa. Desde fiscalía buscan confirmar que se trató de violencia de género. La defensa sostiene que el homicida estaba bajo una emoción violenta.

Durante la tarde de este martes continuó el juicio contra Juan García, acusado de asesinar a su hermana, Dora. El hecho ocurrió la noche del 29 de mayo del año pasado, en el barrio Pichi Nahuel. Lo que se busca determinar no es su autoría, sino su imputabilidad en el marco de la violenta muerte que sufrió la víctima, o bien si se trató de un caso de emoción violenta, lo que atenuaría la pena. Luego de golpearla y apuñalarla, efectuó dos disparos con una escopeta calibre 16, el segundo fue certero y terminó con su vida.

Para el defensor oficial, Pablo Piombo, la teoría del femicidio habría quedado «endeble», luego de algunos testimonios de vecinos que relataron que Juan dormía en ocasiones en un camión, frente a la casa, inclusive en la entrada a la vivienda. «El testigo no pudo determinar si era para evitar confrontar, pero creía que no le abrían la puerta», explicó la defensa.

En ese sentido ponderó las declaraciones del licenciado en psicología Omar Daniel Ocampo, que postuló una «simetría» en la relación entre Juan y Dora, y sostuvo que la violencia era «reciproca». «Desde mi punto de vista como defensor es que se cayó la figura del femicidio a partir de este testimonio», advirtió Piombo.

La jornada clave será este miércoles, con la participación del licenciado en psicología del Cuerpo de Investigación Forense de Viedma, Cristian Guillermo Battcock, y de la psicóloga forense, y que además es perito de parte de la defensa, Patricia Martínez Llenas. También prestará declaración
la psiquiatra forense Celina Vermal.

Por su parte desde Fiscalía se enfocaron en la imputabilidad, y también descartaron que se trató de una «emoción violenta». El fiscal Martín Pezzetta aclaró que para ser inimputable no debería haber «ni comprensión ni voluntad», y que de tratarse de una emoción violenta la persona «debería ser objeto de un impulso», y agregó que en este caso «no debería recordar detalles».

Juan García golpeó a Dora, luego la apuñaló hasta que se rompió el cuchillo y «cuando vio que no la había matado», fue a su cuarto, buscó la escopeta y la «remató», describió. Además agregó que hubo que cargarla, y que efectuó dos disparos, en el primer caso el arma falló.

«Esto implica una comprensión clara de lo que estaba haciendo. Tuvo que tomar decisiones», argumentó.

Es importante resaltar que, acorde a algunos indicios, Juan recordaba con detalle lo ocurrido el día del hecho.

Este miércoles concluirá el debate y, en principio, el lunes próximo serían los alegatos. El tribunal conformado por los jueces Julio Sueldo, Marcelo Gómez y la jueza Laura González Vitale resolverá si, como aseguró la fiscalía, se trató de un caso de violencia de género, o por el contrario, lo que busca probar el defensor: Lograr su inimputabilidad, o sostener que la muerte fue producto de una emoción violenta. En este ultimo caso, Juan García recibiría una pena menor.

Violencia cotidiana

En los testimonios del lunes, declararon dos amigas de la víctima y relataron que los reclamos a la Justicia por parte de Dora eran frecuentes y contaron sobre algunos hechos puntuales de la vida cotidiana de esta familia. La víctima presentó cinco denuncias frente a la Comisaría de la Mujer. «Juan me va a matar», decía durante una de las presentaciones.

Aseguraron que la mujer estaba cansada de cocinar y lavar la ropa de su hermano, pero que ante la negativa él la violentaba. «Le decía sucia y la insultaba», mencionó Pezzetta.

«No la dejaba comer con ellos», agregó el fiscal sobre las situaciones que ocurrían a menudo y que grafican, a su juicio, el contexto.

El hecho

Este violento homicidio ocurrió durante la noche del 29 de mayo de 2018, cerca de las 21. El acusado y su hermana estaban en la casa que compartían con su madre, en la calle O´Higgins del barrio Pichi Nahuel.

En una discusión, de las que eran frecuentes entre estos mellizos, Juan atacó a Dora y le propinó varios golpes en la cabeza y cuerpo. Luego la apuñaló repetidas veces y finalmente buscó una escopeta calibre 16 en su habitación, y la ultimó de un disparo en la mejilla.

Con una fuerte presencia policial, el responsable del hecho se entregó con las manos en alto, contó lo ocurrido y tras quebrarse en llanto exclamó: «Yo no estoy loco», informaron fuentes judiciales al día siguiente.


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