Femicidio de Carina en Buta Ranquil: «hay un plan para actuar de una forma impune»

Lo dijo la jueza Lorenzo en función de la acusación de la fiscalía de Chos Malal. Maicol Tapia, el exnovio de la adolescente, permanecerá cuatro meses en prisión preventiva.

Maicol Tapia fue acusado hoy del femicidio de Carina Barros Méndez, de 15 años, ocurrido en Buta Ranquil. La jueza de Garantías, Leticia Lorenzo, le impuso cuatro meses de prisión preventiva y fijó el mismo plazo para la investigación. La fiscal Natalia Rivera explicó que el imputado estuvo tres años en pareja con la adolescente y que durante la relación, y aún cuando ya no estaban juntos, la acosaba permanentemente: la amenazaba con que iba a pegarle a los chicos con los que hablara, se metía de prepo a su casa para verla y llegó a ejercer violencia física. «Estaba obsesionado con ella. No la dejaba en paz», declaró una de sus amigas.

Según el relato de la fiscal, el 26 de octubre entre las 2 y 3.40 de la madrugada Tapia de 19 años ingresó a la casa de Carina ubicada en un sector de chacras de Buta Ranquil. Ella estaba durmiendo sola. «Desprevenida e indefensa», dijo Rivera, él se aprovechó de esa situación. Le rompió el celular. La adolescente corrió hasta la habitación de su hermano que estaba afuera de la vivienda.

La siguió y con un arma monocortante (un cuchillo) con un ancho de 3 a 4 centímetros la lastimó en todo su cuerpo: nuca, cuello, tórax, en sus palmas (un claro signo de defensa), brazo, muslo derecho y pierna izquierda. Tuvo, remarcó la fiscal, un «total desprecio de su dignidad».

El informe preliminar de autopsia establece como causa de la muerte una hemorragia externa severa y lesiones múltiples, que incluyen un corte en la garganta de lado a lado.

Para Rivera el homicidio es triplemente calificado: por el vínculo, por alevosía y por mediar violencia de género (femicidio).

La audiencia se realizó en Chos Malal. Lorenzo, que es jueza en Zapala, se conectó por Zoom, al igual que la familia Barros. La magistrada les dio su «pésame» y se disculpó por todo lo que habían tenido que escuchar, que incrementaba el dolor que ya sentían. El padre de la adolescente fue quien la encontró en el patio.

Carina es la séptima víctima de femicidio ocurrido en la provincia de Neuquén, en lo que va del año, y la más joven de todas.


Género e infancia


¿Por qué la adolescente estaba sola durante la madrugada? Tapia llamó a Rodrigo, el hermano de la víctima, a las 2 para avisarle que se estaban incendiando unos tamariscos en la casa de su abuelo. Que él había visto las llamas porque estaba «siguiendo a unos perros del vecino» que le habían matado unos gansos. Le dijo que despertara a su papá y que fueran apagarlo.

De inmediato salieron desesperados para el lugar en camioneta.

La fiscal aseguró que ese incendio, de acuerdo a las pericias, se produjo no de forma accidental, sino «por una acción deliberada de autores ignorados». Esto significa que fue provocado.

Si bien Rivera, que estaba acompañada por el fiscal jefe Fernado Fuentes, solicitó seis meses de plazo de investigación, la jueza lo estableció en cuatro. Indicó que estaba frente a un caso en donde no podía haber demoras, en función de la debida diligencia ante una situación de doble vulnerabilidad: por género e infancia.

«Espero que la fiscalía no tenga que pasar por los problemas, que muchas veces tienen que pasar, esperando turnos para que se procesen las evidencias cuando han relatado una situación que es sumamente grave y que requiere una resolución lo más pronta posible«, subrayó la jueza.

Tapia entregó su celular y también brindó muestras de sangre. El arma con la que habría cometido el hecho aún no fue localizada.

Dentro de la prueba recolectada por la fiscalía están los testimonios que acreditan el contexto de violencia de género del imputado hacia Carina. Rodrigo afirmó que Tapia era muy celoso con su hermana, que le decía «que no hable con otros chicos» porque la iba a matar, o les iba a pegar a ellos.

Esta declaración coincide con la que brindó una de las amigas de la adolescente en cámara gesell. Manifestó que Carina recibía mensajes de él con amenazas de «que la iba a matar», que ella tenía miedo y no quiso denunciarlo. Incluso una vez él la golpeó en la cara.

La adolescente lo había bloqueado de sus redes sociales y de Whatsapp. Él insistía: se aparecía en la casa, se metía por la puerta o la ventana. Cambiaba el número y le volvía a escribir.

La detención de Tapia se produjo ayer a las 9 de la mañana. La fiscal señaló que en el allanamiento encontraron ropa lavada y dos pares de calzados (uno húmedo y otro dentro del lavarropas).

El defensor público, Diego Artigue, reconoció que efectivamente el acusado llamó al hermano de la víctima, pero que eso no lo responsabiliza de lo sucedido con Carina. Mencionó que el lavado es parte de la rutina cotidiana.

La jueza planteó que con la información que tiene la fiscalía hasta el momento es considerable pensar que Tapia tuvo participación en el femicidio. Sobre todo por el llamado que lo involucra, junto al pedido de que Rodrigo despierte a su papá para ir hasta lo de sus abuelos. «Estamos hablando de un hecho que ocurre en la madrugada, bajo esta circunstancia. Hay una persona que hace salir al padre y al hermano de la víctima de la casa», agregó.

«Hay toda una preparación, esta no es una situación que surge al azar, sino que hay un plan para actuar de una forma impune, esto en el relato que presenta la fiscalía», puntualizó la magistrada. Sumó la relación previa con Carina y la violencia que él sostenía en ese vínculo.

Artigue anticipó que apelará el plazo de la detención.


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