Femicidio de Agostina: quién es Chianese, el hombre que delató a todos

En la tercera audiencia del juicio por jurados tres investigadores policiales pusieron en el centro de la escena a quien está señalado como partícipe necesario del femicidio.

Llega a todas las audiencias con barbijo, campera a rayas horizontales, el pelo canoso enrulado. Escucha en silencio casi sin hacer gestos. Gustavo Alejandro Chianese (56) es el hombre que delató a todos los sospechados del femicidio de Agostina Gisfman, el hilo que une todas las piezas, el que destrabó la investigación en el momento más inesperado. Eso no le impide sentarse al lado de cualquiera de los demás imputados, e incluso conversar con ellos.

Chianese está convencido de que saldrá indemne del juicio por jurados, pero en la audiencia de ayer su situación quedó muy comprometida. Tres policías que analizaron antenas telefónicas, cámaras de vigilancia y su teléfono celular lo involucraron.

El confeso autor del femicidio, Juan Carlos Monsalve, lo llama «El Rusito». Y él a su vez lo tiene agendado como «Carlos Papa», porque le vende frutas y verduras a su novia, disminuida visual que vive en Centenario. Chianese paga la cuenta.

Su fuente de ingresos eran una gomería en Manuel Estrada 1050 de Cipolletti, frente a la asociación de taxis, y un inquilinato con piezas que alquilaba por horas o días tanto a taxistas como a jóvenes en situación de prostitución. Agostina frecuentaba el lugar.


15 veces no


El perito policial Elio Gallardo señala, en un video, el momento en que Agustina sube al vehículo con Monsalve. (Matías Subat)

Cuando apareció el cadáver de Agostina, el 15 de mayo del 2021, la Policía de Neuquén tardó horas en llegar a la gomería de Chianese para hablar con las amigas de la joven que se alojaban allí. El hombre les dijo que no sabía nada del caso: no conocía a la víctima, y menos mencionó a Monsalve.

Por lo menos 15 veces fueron a ese lugar para hablar con los vecinos. El Rusito los veía llegar e irse, y nunca les contaba nada.

El análisis de las antenas telefónicas permitió establecer que de las más de 4.500 llamadas que se hicieron en el lugar y a la hora que se vio por última vez con vida a Agostina (ruta 151 y rotonda al tercer puente, entre 19:15 y 19:30 del 14 de mayo) y en el lugar donde apareció su cuerpo y a la hora que una cámara captó el momento que lo quemaban (20:10, 20:20), un solo teléfono había estado en los dos lugares en esos horarios, terminado en 380.

Ese aparato tenía un chip prepago, y poco tardó en descubrirse quién era el titular de la línea: Juan Carlos Monsalve. Y de la lista de llamadas entrantes y salientes, se repetía con frecuencia la comunicación con el abonado terminado en 555. ¿Quién era su dueño? Gustavo Chianese.

Para entonces, algunos vecinos habían empezado a hablar con la policía, y a contarles que el dueño de la gomería contactaba a hombres que buscaban sexo con mujeres a cambio de dinero. Los investigadores ya sabían que Agostina se prostituía, y que frecuentaba el conventillo.


La confesión


El 24 de mayo del 2021, la fiscal María Eugenia Titanti y el oficial Alexis Zapana lo entrevistaron en la guardia del hospital Natalio Burd de Centenario, porque el hombre pidió que no lo hicieran en la casa de su novia, a la que estaba visitando.

Inesperadamente, después de muchas evasivas, Chianese contó todo: que Monsalve le había pedido que le presentara a una joven para tener sexo a cambio de dinero, que él lo puso en contacto con Agostina, y que cuando se enteró Ana María Perales, la esposa, lo abandonó.

También les dijo que se reunieron en su casa Monsalve, Perales y él, y en esa oportunidad la mujer -acusada de instigadora- dijo que sólo perdonaría a su marido si le hacía daño a Agostina.

«Monsalve decía a todo que sí con tal de no perder a su mujer, porque era ella la que traía la plata a la casa con su profesión de enfermera. Chianese nos contó que él les preguntó si estaban seguros de lo que iban a hacer. Se sentía culpable de haberle presentado a Agostina a su amigo. Al final dijo ‘esta mujer (por Perales) está loca’, y la reunión terminó», relató Zapana al revivir la confesión del «Rusito».

Chianese entregó su teléfono, en el que había 3003 imágenes y 16 videos pornográficos, 953 ingresos a páginas porno, y 465 mensajes de voz.

Entre ellos, whatsapp intercambiados con Monsalve en los que se habla de ubicar a Agostina para hacerle daño y que se hicieron públicos en su momento. Los pueden escuchar en la siguiente nota.

Chianese volvió a hablar el 9 de septiembre del 2021, esta vez para delatar al resto de la banda. Dijo que Monsalve le contó que había matado a Agostina en complicidad con su sobrino Enzo Monsalve (quien además se había encargado de hacer desaparecer el cuchillo) y de su empleado Maximiliano Zapata.

Enzo y Maximiliano son cuñados, viven en diagonal en Centenario, y trabajaban para Monsalve en el reparto de frutas y verduras.

Por qué Chianese delató a todo el grupo que ahora está sometido a juicio, es algo que los investigadores no se explican. Tampoco entienden la aparente buena relación que mantienen entre sí: Monsalve, al hacerse responsable del femicidio, dijo que conoció a Agostina a través de un taxista, no del «Rusito», lo cual es absurdo y ya quedó descartado.

Chianese dijo en algún momento que su teléfono era la llave hacia su libertad. Por ahora, no ha hecho más que darle más vueltas a la cerradura de las celdas de todos.


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