La actividad física en cautiverio

Marcelo Angriman *

Este 6 de abril recibirá el Día Internacional de la Actividad Física con la homenajeada en cautiverio.


Como tantos otros cumpleañeros, por estos  tiempos de confinamiento,  tendrá que soplar las velitas  contactando a sus millones de seguidores por videollamada.


No es un encierro dócil. Como una fiera enjaulada,  que va de un lado a otro de su celda, resiste el  aislamiento con particular rebeldía.
Así hemos tenido acceso a cientos de imágenes en las que los protagonistas desafían los límites del espacio. Personas que han corrido sus muebles para poder  concretar el milagro que estire en  milímetros su departamento;  otras que suben y bajan las escaleras,  rutinas de ejercicios en colchoneta en el comedor o balcón, coreografías simples, bailes solitarios y en pareja, niños con sus padres; en fin, un santiamén de postales de pequeñas rebeliones, que algún añorado día se recordarán con nostalgia.


En China, al igual que en España  e Italia, aumentó la demanda del videojuego Ring Fit Adventures (Nintendo Switch)  o del Aces of Multiverse para PS4 (orientado a la actividad física) y para usuarios del Xbox one el Zumba Fitness World Party, provocando que sus precios se disparen en plataformas como Amazon.


La cuarentena ha llevado a revalorizar  la actividad física como pocas veces antes. Es que el concepto de libertad se robustece con  la idea del desplazamiento por los espacios públicos (parques, plazas, paseos hasta la misma calle) o privados (clubes, gimnasios, piletas)  que hoy nos han sido vedados. De allí el efecto ”dopamínico”  que nos lleva a desear tales momentos.
También con el contacto social que tales ámbitos generan, al encontrar  otras personas que en comunión,  lo expresan (oxitocina)  y disfrutan (endorfinas).


Conscientes de algunas de estas circunstancias, los gobiernos han reaccionado de modo diferente. Mientras que en la Argentina, al igual que en España, no se  permite la actividad física fuera de las casas, hay otros países como Francia, Inglaterra o Bélgica  que sí lo admiten con restricciones.
En este último país se  autoriza ir al parque a trotar o pedalear, incluso con los propios hijos respetando el distanciamiento social.
En Francia,  Inglaterra y curiosamente también en Italia, se acepta el correr  o caminar ligero, sin contacto con otras personas por espacio de  no más de una hora y en las inmediaciones del domicilio del corredor. Para el caso que se advierta acercamiento con terceros, desvíos o la práctica en grupo, se imponen fuertes sanciones económicas.


Estos países han advertido la importancia que tiene el movimiento para la salud física y emocional de sus ciudadanos. Pero también hay en ello una enorme confianza depositada en el cumplimiento de las normas. Cuestión que nuestro país seguramente no  entró a tallar,  para no abrir un frente de excepción que luego resultase de difícil contralor. Control férreo que sí se cumple en algunas ciudades de China, en la que se puede perseguir a cada persona que practique ejercicio con una especie de GPS que lo hace presa fácil.


La actividad física en este contexto, y aun puertas adentro,  pasa a ser un elemento de enorme consideración frente al alienante avance de la pandemia.
Es que dentro del concepto de actividad física, se engloba toda práctica corporal que implique contracción muscular y desgaste de energía  ya sea en el trabajo, en el traslado o como ejercicio corporal o deportivo.
Su superficie es muy extensa  al punto de abarcar la educación física que se dicta en las escuelas, al deporte formativo y hasta al deporte espectáculo que hoy -montado en la idea de enorme negocio-  ha cerrado a regañadientes sus puertas hasta nuevo aviso.  En tal sentido también por estos días hay una enorme avidez por volver a sentir el juego, ya sea como jugador o como espectador. Nunca antes había sucedido que tanta audiencia quedara en offside,  al buscar estérilmente un deporte de cualquier país, categoría o sexo, que pueda seguirse en vivo…


El Día Internacional de la Actividad Física se celebra en cuarentena, lo que ha llevado a revalorizarla como nunca. En nuestro país es apenas el 5-10% de la currícula educativa.



Dado todos los beneficios que hoy resignificamos de la actividad física, habrá que preguntarse cómo la propiciamos desde edades tempranas,  frente a una epidemia de obesidad y sedentarismo de la que nuestro país no es ajeno.  Así, países admirados en materia educativa como Finlandia tienen un 20% de su currícula de educación física, Francia un 14%, mientras nuestro país según la Provincia llega tan solo a un 5 y un 10%,  cuando la OMS aconseja una hora por lo menos de movimiento por día para los niños.


La puesta en las cuerdas a la que nos ha llevado el Covid-19, puede ser un buen disparador para reflexionar y para que en los próximos cumpleaños podamos estar de cuerpo presente festejando, con unas zapatillas en nuestros pies.


* Abogado. Profesor Nacional  de Educación Física. Docente universitario. angrimanmarcelo gmail.com


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