La búsqueda de la diversidad apícola

La delicada situación económica que padece la mayoría de las pequeñas y medianas empresas, así como las dificultades que enfrenta el sector emprendedor, ya no son novedad. La apicultura, una actividad extendida tanto en la zona cordillerana como en los valles irrigados de Río Negro y Neuquén, no es ajena a ese contexto.

La coyuntura que atraviesa la actividad quedó expuesta en el taller regional de Patagonia para la elaboración del Plan Estratégico Apícola 2030 realizado durante el año 2018 en la capital neuquina. En dicha actividad, convocada por la Secretaría de Agroindustria de Nación, los productores y asociaciones apícolas de Neuquén, Río Negro y Chubut compartieron sus necesidades que tuvieron como eje central la falta de rentabilidad. Allí mismo nació la inquietud por la búsqueda de alternativas productivas que permitan crear las condiciones económicas para el desarrollo sustentable de la actividad apícola.

En ese marco, la Cooperativa Apícola Patagonia Andina Limitada (Capal) de San Martín de los Andes concretó la primera experiencia de venta de material vivo, en sociedad con la cabaña “Antunei”, ubicada en la localidad rionegrina de Lamarque.

Así, mediante el desarrollo de subproductos provenientes de las colmenas, un grupo de 15 apicultores trabaja en conjunto para generar valor agregado a los productos primarios de la colmena, a fin de mejorar la ecuación de rentabilidad. Celdas reales, reinas fecundadas, núcleos y paquetes de abejas es lo que se denomina “material vivo”, y es el producto innovador al que se lanzaron los emprendedores de la región. Los paquetes de material vivo contienen un kilo de abejas y una reina, en tanto que los núcleos contienen abejas, cría y una reina nueva, es decir, una pequeña colmena. También se producen reinas fecundadas que se venden en pequeñas cajas donde se coloca la reina, varias obreras y alimento.

Las primeras ventas se concretaron mediante el envío de 70 paquetes para emprendimientos apícolas ubicados en Bariloche, El Bolsón, Villa La Angostura y Epuyén.

“Queremos mejorar la rentabilidad a través de la diversificación de la unidad económica, con la posibilidad de generar otros productos como material vivo en base a genética de calidad”, manifestó Mario Bravo, presidente de la CAPAL.

La cooperativa neuquina logró convertirse en nodo de la cabaña rionegrina “Antunei”, conformando una sociedad que requirió de una capacitación previa en dicho establecimiento. Dicha cabaña apícola tiene una gran trayectoria en la producción y venta de genética de calidad en el mercado interno y externo.

La iniciativa “permitirá crear nuevos puestos de trabajo, aumentar la rentabilidad ya que vemos a la colmena como productora de miel, y también para autoabastecimiento de la cooperativa y de la provincia de material vivo”, señaló Bravo.

Las colmenas ofrecen además, otros productos derivados, como propóleos, polen, pan de polen y cera, a partir de los cuales la cooperativa trabaja para ampliar la oferta.

“Ya tenemos elaborados los protocolos de tintura de propóleo, chutney con miel, caramelos, cremas a base de propóleo y cera de abeja. Ahora estamos trabajando en la habilitación municipal para ampliar su comercialización” adelantó Bravo.

Los productos fermentados como la hidromiel y la cerveza con miel, conocida como estilo “Honey”, también son una alternativa. Para su elaboración la cooperativa se asoció con un emprendedor cervecero y actualmente se están elaborando los protocolos y la habilitación bromatológica.

El apoyo oficial desde el Programa Provincial Apícola que ejecuta el Centro PyME-Adeneu, fue una de las claves para dar inicio y continuidad al desarrollo emprendedor, mediante la asistencia técnica y financiera. Los fondos para el apoyo al proyecto de subproductos de la colmena fueron gestionados por el organismo provincial y llegaron desde el Fondo Tecnológico Argentino (Fontar) que pertenece a la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica de la Secretaría de Ciencia y Técnica de la Nación.

Celdas reales, reinas fecundadas, núcleos y paquetes de abejas es lo que se denomina “material vivo”, la innovación lanzada en la región.

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