La desorientación de la gestión económica

Las dos semanas que acaban de transcurrir pueden definirse sin margen de error como el peor momento de la gestión económica del gobierno Cambiemos. El tipo de cambio se elevó un 25% en un puñado de ruedas, las reservas del Banco Central (BCRA) cayeron por miles de millones, se acudió de apuro por segunda vez en apenas tres meses al Fondo Monetario Internacional (FMI), se reflotó de forma rústica una herramienta polémica y característica de la gestión anterior como las retenciones, y se anunció ahora sí, un fuerte ajuste fiscal para el año próximo.

Todo ello, sin mencionar la fragilidad política en la que el gobierno quedó ubicado, tras un fin de semana en que intentó una renovación de nombres y estilos para el relanzamiento de la gestión antes del viaje al FMI, y solo obtuvo la reubicación de los mismos nombres en puestos devaluados y/o reagrupados.

El verdadero efecto de lo sucedido en los últimos 15 días, aun no se manifiesta en toda su magnitud. El salto brusco en la cotización del dólar se trata sin más, de un ajuste de hecho, que licúa pasivos en pesos. En este sentido, el grueso del déficit y de la deuda nominal del fisco, es menos pesado en términos relativos de cara al futuro. La corrección que el gobierno intentó llevar de a poco mediante la ilusión del gradualismo, llegó toda junta y de la mano del mercado financiero.

Pero la consecuencia más compleja, y aquella a la que habrá que prestar más atención de ahora en más, es el recorte del salario real. Todos aquellos que tienen ingresos fijos en pesos, son un tercio más pobres que hace 20 días. Naturalmente, tal afirmación es el resultado de considerar los salarios medidos en dólares. Bien se podría señalar que los salarios en pesos se usan para adquirir una canasta de bienes y servicios en pesos. En efecto, es el impacto que la devaluación provocará en el valor de dicha canasta, lo que terminará quitando poder adquisitivo al salario.

En este sentido, la improvisación de los anuncios realizados por el Ministro de Hacienda Nicolás Dujovne el último lunes, quedó a la vista cuando en medio de la conferencia de prensa circuló un documento de trabajo del propio Ministerio, en que se reconoce una inflación del 42% para el año 2018, y una caída del Producto Bruto Interno del 2,4%. La filtración interna anticipa el escenario de ‘estanflación’ al que ya se encamina la economía nacional, y deja ver que puertas adentro del gobierno se admite tal configuración.

Si se observa el nivel de actividad de los últimos cuatro años en base a la estimación del Indec normalizado por la gestión Macri y se proyecta el resultado de 2018 con los datos filtrados durante el discurso de Dujovne, resulta que al final del tercer año de gobierno macrista, la situación será peor que la heredada del kirchnerismo en términos de producción y empleo. Tal evolución puede apreciarse con claridad en el primer infograma que acompaña esta nota. La histórica tendencia de años impares con crecimiento económico, y años pares con desaceleración, se mantiene intacta.

Desorientación

“Jamás fueron tibios los genios, los santos y los héroes” dijo alguna vez el célebre Dr. José Ingenieros. Tal parece haber sido el mayor pecado de la actual gestión económica. Un predicamento que siempre hizo gala de la necesidad del ajuste, pero que jamás lo llevó a cabo, especulando con el costo social/electoral de medidas antipáticas. La estrategia dió sus frutos en las elecciones legislativas de 2017, pero chocó de frente, de cara a la puja presidencial del año próximo.

Muestra de la falta de rumbo concreto, es el cambio permanente en las metas de inflación y en las fiscales, característico desde diciembre hasta hoy.

En materia de precios, el primer objetivo trazado por la gestión Macri, fue una inflación de entre el 20% y el 25% para el año 2016. El dato real ese año, fue del 40,3%. Para 2017 en cambio, se proyectó una inflación del 17%. La realidad esa vez marcó el 24,8%. Para este año (2018), la meta original, era del 10%. Sin embargo, a fines del año pasado comenzaron los cambios. En la recordada conferencia de prensa del 28 de diciembre, la meta de inflación se ‘relajó’ un 50% y pasó a ser del 15%. Ya en el mes de junio, a la hora de firmar el acuerdo con el FMI, el documento formal estableció una meta máxima del 32% para todo el año, reconociendo el impacto de la devaluación en los precios. Por último, el documento filtrado esta semana, revela que la estimación oficial ya asciende a 42%. El segundo infograma muestra la inflación real verificada hasta 2017 y las cuatro metas aplicadas para 2018 y 2019.

En solo ocho meses, el objetivo oficial de inflación pasó del 10% al 42%.

En materia fiscal, sucede algo similar. El objetivo original para 2018 era un rojo fiscal primario de 3,2% del PBI, y del 2,2% para 2019. La meta se corrigió previo a la firma del primer acuerdo con el FMI, proyectando un déficit del 2,7% para este año y del 1,3% en año próximo. Esta semana, y antes de viajar a Washington, Dujovne anunció el déficit cero para 2019. Los cambios pueden observarse en el último infograma adjunto.

“El programa original fracasó, nadie se puede ofender por eso. El primer acuerdo con el FMI también fracasó”. La cita pertenece a Carlos Melconian, quien fuera parte de la actual gestión al frente del Banco Nación, y a quien le habrían ofrecido regresar como parte del gabinete la semana pasada. El analista disertó en la conferencia anual del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF). Sus palabras no hacen más que reflejar el desconcierto por la imagen dubitativa de un equipo económico que lejos de mostrar firmeza y determinación, ha cambiado una y otra vez de objetivo.

Desorientación, es quizá la mejor palabra para describir la el manejo del gobierno en materia de metas. La estrategia de prueba y error puede ser muy redituable en un contexto de estabilidad, pero es interpretada negativamente en un marco de fuerte inestabilidad. Es precisamente eso lo que advierten no solo los inversores extranjeros y los organismos multilaterales, sino también los formadores de precio a nivel interno.

Dato

Los cambios permanentes en las metas fiscales y de precios revelan el enorme impacto de la inestabilidad financiera en las cuentas públicas.

Datos

x 4
se multiplicó la meta original de inflación en el 2018. Era del 10% en noviembre de 2017 y es del 42% en la actualidad.
Los cambios permanentes en las metas fiscales y de precios revelan el enorme impacto de la inestabilidad financiera en las cuentas públicas.

Temas

Economía

Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios