“La ecología es una ciencia que también tiene que deconstruirse”

El científico del Conicet y el INTA, Juan Corley, explicó en qué debe cambiar para incluir a las mujeres y para que se mejore la relación con el ambiente.

Juan Corley llegó a Bariloche desde Buenos Aires a los 19 años, después de hacer el servicio militar. Estudió la Licenciatura en Biología. Gracias a un concurso de la embajada de Gran Bretaña, ganó una beca para una maestría en ecología. Al año volvió de Europa, hizo un doctorado y con el tiempo fundó el Grupo de Ecología de Poblaciones de Insectos (GEPI) del INTA y CONICET. Allí investiga sobre la interacción de diferentes especies de insectos con los ecosistemas. “Siempre me interesó la relación con la ciencia sólida con la resolución de problemas”, cuenta.

P. ¿Por qué se interesó en la ecología y las plagas?

Me pareció que teníamos una deuda. Ví en Inglaterra que había una ecología más dura como ciencia de base para la resolución de problemas agronómicos, y se dedican al control de plagas. Desde INTA hay mucho trabajo con el productor. Se le aconseja qué plantar o qué insecticida usar. Entonces, nosotros fuimos por más investigación científica. Empecé a formar recursos humanos. Construimos nuestro laboratorio y ahora trabajamos 14 personas. Pensamos en el futuro: ¿Cómo va a ser la agricultura en 50 años? Si seguimos tirando glifosato, clorpirifos o fipronil al ambiente, vamos a tener un problema significativo.

P. ¿Cómo fue la designación para ser editor de la revista de la Sociedad Ecológica de Estados Unidos?

La ecología está dominada por estadounidenses e ingleses. Yo venía trabajando parcialmente con la Sociedad de Ecología Británica y se abrió un concurso para editor en jefe de ecología aplicada de la Sociedad Estadounidense. Me anoté con cero ilusión, porque era como que toda la vida había jugado en Estudiantes de Bariloche, y me proponía como técnico del equipo Barcelona. Presenté el curriculum, me hicieron una entrevista por Zoom con ocho personas, hubo una entrevista escrita ,y después llegó la designación.

La Sociedad Estadounidense de Ecología eligió al científico Juan Corley como editor de su prestigiosa revista para darle una mirada global. Es la organización que reúne a la comunidad de ecólogos más grande del mundo. Foto: Alfredo Leiva.

P. ¿Qué aportará usted desde la Patagonia?

Están viendo que la ecología y la ciencia en general no debe estar centrada solo en Norteamérica ni en Europa. El punto con más biodiversidad del planeta está en Brasil, pero los investigadores hablan desde América del Norte. Creo que me eligieron como editor porque han desarrollado poco el tema de manejo de plagas, y yo he investigado en ese tema, y porque buscan que la revista tenga una visión más internacional.

P. ¿Cómo interactúa la sociedad con la naturaleza?

Tenemos una visión de la naturaleza distorsionada. Se piensa que es más robusta de lo que es. Pero tenemos una de las tasas de deforestación más grande de Sudamérica y subió en la pandemia, y no parece una gran preocupación de los gobiernos, ni de la sociedad. “Hay que expandir la frontera agrícola para producir alimentos”, se escucha como argumento, y te dan ganas de saltar. Lo tremendo es que después vamos a pagar el costo. No se puede pensar más en que el mundo se puede recuperar solo del impacto de los seres humanos. No todos tenemos que ser veganos, pero hay que ser más conscientes e inteligentes.

P. ¿Qué espera de la ecología como ciencia?

R. La ecología debe impulsar una agenda ambiental. Un problema es que se generan ideas en países desarrollados y las adoptamos como copias. Los parques nacionales de Argentina son un ejemplo de copia importada. También hubo decisiones que se tomaron en Buenos Aires, sin tener en cuenta a los pueblos originarios, de acuerdo a la visión colonialista de la época. Pero hoy no va más. Hay que sentarse con los mapuches para abrir el debate. Otro punto es como mejorar la equidad de género. La ecología todavía es un mundo con predominio de los hombres. Yo tuve que deconstruirme. Antes pensaba que era mejor elegir a un becario varón porque tenía que ir a tomar muestras al bosque para hacer los estudios de doctorado. Ahora me doy cuenta que una mujer también puede ir. Sólo tenemos que cambiar como sociedad para que la mujer vaya segura. Se necesita una sociedad donde la ecología sea realmente inclusiva. La ecología también tiene que deconstruirse.


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