La farmacia natural

Preparados caseros, prevén y curan plagas y enfermedades.

Como una farmacia bien surtida, la naturaleza pone a disposición la materia prima para fortificar a las plantas del jardín y la huerta para hacerlas más resistentes o hacer preparados protectores contra plagas y enfermedades. Este material vegetal debe ser procesado bajo la forma de purinas, extractos, caldos o tés. Los purinas mayormente se utilizan para preparar fertilizantes para las plantas cultivadas, pero no pueden reemplazar al compost como base biológica de alimentación sino que lo complementan, debido a su buen equilibrio en nutrientes y microelementos. Mayoritariamente se aplican sobre el suelo y, más rebajadas, se pueden usar como fertilizantes foliares. Los caldos y tés frescos se emplean principalmente como fortificantes y para controlar plagas. La “cola de caballo”, por ejemplo, fortifica los tejidos, los aceites esenciales del sauco y del tomate actúan como repelentes, es decir alejan o repelen a ciertos insectos o enfermedades. La cebolla, el ajo y el taco de reina tienen efectos bactericidas; los aceites esenciales de la cebolla y el ajo, así como de la manzanilla y mentas, entorpecen el desarrollo de hongos patógenos. RECIPIENTES Los recipientes de madera son especiales para preparar estos remedios vegetales, aunque se debe tener la precaución de que estén perfectamente limpios y tratados previamente con agua hirviente, aunque seguramente los más a mano serán los de plástico, siempre y cuando estén confeccionados en material inerte como el polietileno, ya que con el agua caliente se pueden liberar dioxinas que dañarán a los microorganismos del suelo y del compost. También se pueden usar recipientes esmaltados, o hechos en cerámica y arcilla, pero nunca se deben usar recipientes metálicos porque en ellos las purinas pueden liberar combinaciones tóxicas. Deben estar cubiertos por un tul para que permita la salida de los gases pero impida la caída de insectos o pájaros. Es preferible que el agua a utilizar sea de lluvia y en su reemplazo puede servir la de arroyos o ríos, siempre y cuando no contengan impurezas o residuos tóxicos. Viviendo dentro de las ciudades, lo más probable es que se use el agua potable de uso domiciliario, en cuyo caso se la debe dejar reposar por 24 horas en un recipiente de boca ancha para permitir la evaporación del cloro. En notas sucesivas les iré tirando ideas de cómo aprovechar los vegetales y modo de preparar cada producto. Por hoy, les brindo un pantallazo general.

TEODORICO HILDEBRANDT ELJARDIN@RIONEGRO.COM.AR

La ortiga es típica de suelos fértiles y una suerte de planta “comodín”, muy útil en diferentes preparados. Todo va a depender del tiempo de elaboración.

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