La importancia de juntar tapitas para la casa Garrahan

Parece una tarea insignificante, pero gracias a esos actos, la casa del hospital puede albergar a 43 chicos sin recursos del interior del país, mientras dura el tratamiento médico.

“En el 2000 mi hijo de dos años presentaba una enfermedad llamada granulomatosa, que le da a uno en un millón de niños y generalmente mueren por las múltiples infecciones. Afecta todo el sistema inmunológico. Los médicos del hospital Garrahan lo trataron y finalmente él se recuperó. Hoy está con tratamiento pero bien. “Te sacaste el loto, andá y festejá”, me dijo el médico”.

Así recuerda Jorge Morales aquellos difíciles días en Buenos Aires. Fue en esas circunstancias en que conoció la casita que tiene la Fundación Garrahan, donde se han hospedado miles de niños y niñas del interior del país, cuyas familias no tienen recursos para tratamientos muy caros, ni menos para pagar un alquiler durante la internación.

“A mí por suerte la mutual me pagó los pasajes y no tuve problemas, pero cuando ví la cantidad de chicos que están en la casita sin pagar nada, me propuse ayudar en todo lo que pudiera y acá estoy juntando tapitas”, dice riendo Jorge.

“El loco de las tapitas”, como lo conocen en Cipolletti, tiene una casa de comidas en calle España y 9 de Julio. Su local está repleto de botellas de cinco litros con tapitas de todos los colores, además de carteles del Garrahan con la leyenda “Con los chicos, el compromiso es grande”.

La gente tiene que saber que aportando tapitas, papeles o latas de aluminio se ayuda a miles de niños internados en el Garrahan».

Jorge Morales es uno de los referentes de la Fundación en Cipolletti.


Jorge se tomó muy a pecho este lema, a tal punto que se tatuó en su pierna el logo de la fundación Garrahan. No sólo eso, sino que con el aporte de otros voluntarios, de Cipolletti y Neuquén, son los representantes de la Fundación en esta parte de la Patagonia.

En los 10 años que llevan trabajando han enviado 30 camiones con tapitas y otros materiales reciclados.

Récord Guinness

En el 2013, entre Cipolletti y Neuquén lograron formar una alfombra de tapitas todo el largo del puente carretero (478 mts).

En el 2014 alcanzaron el récord Guines en cantidad de tapitas, en un acuerdo de cooperación con Colombia, recolectando 477 toneladas. En esa ocasión el valle aportó casi 24 toneladas (cuatro camiones y medio de tapitas).

Durante el presente año se juntaron 23.554 kilos de papel, tapas, llaves de bronce, latas de aluminio, placas radiográficas y computadoras en desuso.


Jorge explica que la Fundación entrega las tapitas ya trituradas a la empresa “Mutan”, de Buenos Aires, quien se encarga del reciclado final, convirtiendo el polipropileno en elementos de limpieza del hogar, como baldes, palitas o productos de decoración.

En el caso de las radiografías, se extrae por un lado la plata, destinada a bijouteri y por otro el plástico.

Las latas de aluminio, son compactadas para su posterior fundición, generando lingotes de aluminio que vuelven a la industria con múltiples productos.


En el caso del papel, es transformador en pasta y se convierte en nuevos productos de libreria.

“Por cada tonelada de papel que reciclamos evitamos la tala de 17 árboles medianos. Acá en el galpón tengo cuatro toneladas de papel, es decir unos 60 arbolitos”, dice Jorge señalando las montañas de hojas y cartones.


Cinco chicos rionegrinos vivieron este año en la casita


En 1999 la Fundación Garrahan creó el Programa de reciclado a partir de la recolección de papel, y desde ese entonces reforzó su constante compromiso con el medio ambiente. En 2006 se incorporaron el reciclado de las tapitas de plástico y en 2008 las llaves de bronce.

El reciclado y posterior venta de estos materiales permite obtener recursos económicos para apoyar el desarrollo integral del Hospital Garrahan, institución de referencia para los problemas más graves y complejos de la salud de los niños de todas las regiones de nuestro país.

En diálogo con “Rio Negro”, el director de la casa Garrahán, Juan Ramon O´Donnell comentó que desde 1997 (año de la creación) al 2019 han pasado por la casa más de 22 mil niños y niñas. Solamente este año se han albergado a 1355 chicos del interior del pais, de los cuales cinco fueron de la provincia de Rio Negro (2 de Viedma, uno de Lamarque, uno de Roca y el quinto de Campo Grande). En los 22 años que funciona la casa han pasado 213 rionegrinos, mientras que de las provincias del norte superan los mil. Por ejemplo Formosa ha enviado al hospital y a la casita 1184 chicos.

Los boy scout de Roca suelen realizar grandes campañas de tapitas. Invitan a tomar conciencia.


“Las provincias patagónicas están más organizadas ya que las mutuales tienen hoteles y sus pacientes van esos lugares. Que tengamos más chicos del norte también refleja la situación de pobreza que existe allí”, dijo O´Donnell.

La casa Garrahan cuenta actualmente con 43 habitaciones con baño privado. La cocina y el comedor es compartido por todas las familias que se van turnando para cocinar. “Es un trabajo colectivo donde las madres van rotando. En su estadía muchas familias adquieren habitos de higiene y manipulación de alimentos. Los chicos a su vez cuentan con apoyo escolar y las madres realizan clases de zumba, entre otras cosas”, destacó el director.

Manifestó además que existen convenios con la UBA, que permite que los alumnos realicen en la casa del hospital sus prácticas de acompañamiento a las madres, siendo 35 voluntarios.

Con el reciclado y venta de tapitas, papel,latas de aluminio computadoras en desuso, se genera el 50% del dinero necesarios para solventar los gastos de la casa. El reciclado también permitió construir un vacunatorio y realizar ampliaciones durante el 2018.

“Todos los chicos hasta 17 años, del interior del país que vivan a más de 100km que sean internados en el hospital y no tengan recursos pueden utilizar estas instalaciones en forma gratuita, siempre y cuando el equipo médico así lo solicite”, aclara el director de la casa.

“Hemos tenido chicos en la casita durante dos años y medio,que ha sido el máximo de tiempo. En ese caso tuvo que ver con un pequeño que vivía en la selva, al que hubo que hacerle un transplante de médula. Por eso es tan importante la ayuda que nos dan con la entrega de tapitas”, resaltó O’Donnell.


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