La tensión entre Telefónica y Bariloche tiene un final incierto

Hay millones de pesos en reclamos cruzados, pero sobre todo está en juego el futuro de la regulación para antenas de celulares en la ciudad.

El municipio se quedó sin teléfonos fijos, sin celulares y sin internet por falta de pago, pero la reacción inmediata no fue de cualquier cliente que busca levantar las facturas para recuperar el servicio. El intendente Gustavo Gennuso advirtió públicamente que no aceptaría aprietes de Telefónica SA y dispuso la clausura del local de la empresa en plena calle Mitre y la oficina central de calle Elflein, por “un problema de habilitación”.

A esa altura el conflicto ya estaba fuera de cauce, pero se había incubado durante largos meses, en los que las partes se cruzaron intimaciones, rechazos y demandas judiciales, sin llegar a acuerdo alguno.

Gennuso buscó bajar los decibeles y reconoció que hay contactos reservados para buscar una solución. Algo parecido comunicaron desde la multinacional, sin abundar en detalles.

Como ciudad nos debemos que nos respeten, que no nos pasen por arriba. Seguiremos con el servicio cortado hasta que paguen”.

Gustavo Gennuso, intendente de la ciudad.

Pero en los hechos el municipio sigue sin conexiones telefónicas. Mientras tanto, el local de Movistar continúa también con fajas de clausura y el de Elflein está limitado a tareas de servicio y mantenimiento, sin actividad comercial. La empresa se quejó por el perjuicio a sus clientes y presentó un recurso de amparo ante la Justicia Federal.

La crisis se desató el jueves 11, cuando Telefónica cortó los servicios por falta de pago. El municipio se encontró con un bloqueo total de llamadas externas y también del flujo de comunicaciones internas que vinculan a las dependencias.

Telefónica impugnó hace ya dos años la regulación municipal establecida en 2016, que fija rigurosos requisitos para la colocación de antenas y equipos de telecomunicaciones. Se niega además a pagar la tasa respectiva.

Acumulado

6.000.000
de pesos le reclama la municipalidad de Bariloche a la empresa en concepto de tasas y cánones.

En respuesta a esa rebeldía el municipio dejó de abonar las facturas de teléfono e internet a mediados de 2017 y acumuló una deuda de 2,5 millones de pesos. Alega en su defensa que la prestadora arrastra a su vez un impago de tasas por 6 millones.

Había diálogo abierto para acordar una compensación (que, según el municipio, tendría millonario saldo a su favor), pero Telefónica avanzó con los cortes y Gennuso no dudó en pagar con la misma moneda.

Su gesto parece tener también cierto costado político, ya que el intendente fue cuestionado por sus alianzas estratégicas con otras empresas de fuerte peso en el municipio como la concesionaria del cerro Catedral (Capsa) y la prestadora del transporte urbano (Amancay). Ahora habría encontrado la oportunidad de mostrarse enérgico con otra firma de alto perfil.

Además de denunciar un “apriete”, Gennuso puso al municipio todo en rol de víctima. “Aspiro a que nos respeten y no nos pasen por arriba”, dijo a los medios. Señaló que estaban en plenas conversaciones pero la empresa cortó “sorpresivamente”. También señaló que con anterioridad tuvieron un diferendo similar y habían alcanzado un acuerdo de pagos, pero Telefónica “no cumplió su parte”.

Gennuso insistió en reivindicar la potestad del municipio para regular las antenas de telefonía y dijo que otras empresas del rubro, como Telecom, mantienen su propia demanda judicial, “acataron la ordenanza y presentaron el plan de despliegue”.

En la calle Mitre, Movistar tiene las fajas de clausura municipal. (Foto: Alfredo Leiva)

Telefónica y las demás prestadoras de telefonía móvil resisten en todo el país las normativas de los municipios y las denuncian por inconstitucionales. En el caso de Bariloche, Telefónica SA logró el dictado de una cautelar que, según la firma, la exime del pago de tasas hasta que se resuelva la cuestión de fondo.

La asesora letrada municipal, Natacha Vázquez, advirtió que la medida cautelar no tiene ese alcance y sólo frena el desmantelamiento de las antenas en falta.

El recelo mutuo se agudizó cuando el pasado 31 de marzo caducó la habilitación comercial de los locales ubicados en Mitre y en Elflein y Frey.

Para renovarla la empresa necesita un libre deuda, que no puede obtener sin saldar las tasas que se niega a pagar. El 4 de abril el municipio le otorgó un plazo de 60 días para resolver el trámite. Pero una semana después, ante el corte de sus líneas telefónicas, revocó ese permiso y avanzó con las clausuras.

Según lo expone en cada una de sus presentaciones judiciales y en el amparo de los últimos días, Telefónica se niega a reconocer atribución alguna al municipio para regular una materia que, como señalan también sus competidoras, es de exclusiva competencia federal.

Invocan el artículo 6 de la ley 19.798 según el cual “las provincias y municipalidades no podrán expropiar las instalaciones de telecomunicaciones, ni suspender, obstaculizar o paralizar las obras o los servicios de jurisdicción nacional”.

En abierta confrontación con el municipio, la empresa pidió que se declare “ilegítima” la clausura, a la que definió como una “represalia”, y descalificó “el tendencioso relato que la comuna busca provocar para no hacerse cargo de la limitación que le impone un fallo adverso”.

El municipio contrató un servicio de internet alternativo y emitió un escueto comunicado para disculparse por las molestias causadas a los contribuyentes, mientras siguen los desafíos entre las partes en un conflicto sin soluciones a la vista.

El edificio central de Telefónica tiene clausurada el área comercial. (Foto: Alfredo Leiva)

Cajas cerradas, vencimientos postergados

El municipio volvió a tener ayer servicio de internet, restableció su página web -que estuvo caída durante diez días- y logró revincular algunos de sus edificios y dependencias. “Alrededor de 90”, según dijo el jefe de Gabinete Marcos Barberis.

Los teléfonos, sin embargo, siguen desactivados y los funcionarios deben poner a disposición sus líneas personales para mantener el funcionamiento.

El municipio contrató un servicio de internet con la firma Barinet, que según Barberis les asegura “fibra óptica y un mejor servicio punto a punto” que el brindado por Telefónica.

También recibieron ofertas de otras compañías como Telecom y Claro para mudar sus líneas telefónicas.

El corte de Telefónica afectó a todas las dependencias salvo Hacienda y la delegación El Cóndor, sobre la calle Esandi. Ante un pedido especial, la empresa aceptó rehabilitar la línea 103, para emergencias de Protección Civil.

Barberis admitió que la caída del servicio los obligó a cambiar la sede de otorgamiento de los libre deuda y concentrarlas en Hacienda, donde hay menos ventanillas y hubo demoras. Las cajas de las delegaciones permanecen cerradas desde hace dos semanas y el municipio decidió postergar el vencimiento para presentar declaraciones juradas de la tasa de Inspección, Seguridad e Higiene.

Otro contratiempo fue la imposibilidad de recibir pedidos y consultas por vía telefónica, como es habitual en los Centros de Articulación Territorial. Las demandas debieron ser presenciales.

Barberis dijo ayer que “todo va a comenzara a fluir con normalidad esta semana”. Gennuso había emitido un escueto pedido de disculpas a los contribuyentes.

Tanto el intendente como la asesora legal Natacha Vázquez y la concejal Viviana Gelain (principal impulsora de la ordenanza regulatoria), defendieron ese instrumento, y recordaron que fue “largamente analizado con los vecinos”, muchos de los cuales se involucraron en el tema a partir de las protestas surgidas en distintos barrios por la colocación de antenas.


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