Lamarque sin coronavirus: piden cautela y no relajarse

El pico del brote con 22 casos se dio hace 40 días. Bajarlo llevó tiempo y esfuerzo en común. Queda una mujer internada, que ya negativizó el codiv-19. Reuniones familiares y conductas desaprensivas fueron los disparadores. El caso del que huyó del hospital, en busca de un cargador para su celular.

Llegaron a atender a 22 enfermos de covid-19. Hoy el personal de salud trabajá más relajado y siguen con las reuniones grupales para mejorar paso a paso, en casa fase.

“No podemos sobrepasarnos con las libertades que nos dieron ni relajarnos. Hay que seguir con cautela. Usar todos los medios de protección y no salir de visitas ni juntarse en grupos en las casas. Es la única forma para que esto no resurja”. Así resume la situación por el coronavirus en Lamarque la directora del hospital, Inés Vidal. La ciudad acumula 32 casos, no tiene enfermos y avanza hacia la normalidad.

A diferencia de lo que ocurrió en la mayoría de las ciudades de Río Negro, aquí no hubo personal de salud contagiado. El plantel del hospital está compuesto por 92 trabajadores.

“Cuando salían tantos casos positivos no nos resignabamos. Nos reuníamos con el equipo para corregir acciones y mejorar”.

Inés Vidal, directora del hospital de Lamarque
Las cocineras, entre las más queridas por los pacientes y la comunidad.

“Con 30 años en salud pública, nunca pensé que íbamos a poder dirigir una pandemia desde un hospital pequeño, pero todos pusieron su granito de arena: personal de lavandería, cocineras, el chico de mantenimiento, mucamo, médicos, enfermeros y administrativos”, resumió Vidal.

Destacó el trabajo coordinado con otras instituciones: municipio, policía, bomberos, COER y Educación. “Nuestra fortaleza es que todos íbamos con un mismo objetivo: bajar el número de casos. Y cada alta la festejábamos”, dijo la directora.

Cada alta de un paciente fue festejada por todo el personal hospitalario.

En Lamarque, el brote surgió de un grupo familiar de origen boliviano, donde hubo 9 infectados. Varios no entendían bien el castellano y sólo hablaban el quechua, explicó Vidal.

Uno de ellos fue quien hace un mes se escapó del hospital y volvió luego de comprar un cargador de celular. Desató el temor y obligó a rastrear los posibles contactos que dejó en el recorrido.

“Nosotros hicimos la denuncia. Él salió con el barbijo y aprovechó el momento en el que enfermeras y médicos hacían el recorrido de pacientes en aislamiento fuera del hospital”, describió la directora.

El caso de la huida por un celular y las barreras para entenderse con los trabajadores inmigrantes, es un ejemplo de las distintas situaciones que viven los pacientes; y que desde Salud deben considerar para abordarlos mejor.

“Cuando le explicábamos las medidas de seguridad, el lavado de manos, el hombre nos quedaba mirando sin entender de qué le hablábamos. Y en todo momento amenazaba con escapar. Debería creer que lo teníamos preso”, interpretó Vidal.

El paciente había ingresado al hospital con toda su familia y de golpe se quedó solo. Vidal, que es enfermera, sostuvo que la necesidad de comunicarse era primordial en él y por eso fue por un cargador.

Tuvieron que recurrir a una compañera de trabajo del hospital que pertenece a la comunidad boliviana para que se entendiera con el paciente.


Perfil productivo


El perfil de Lamarque netamente productivo y la pandemia se instaló en plena actividad de cosechas -manzana, cebollas, zapallo-, con alta circulación de trabajadores y operadores de venta y traslado de cargas, locales y externos.

Fue una situación de mucha presión por los distintos intereses en juego. Todo un año de espera de la cosecha para colocarla y hacerse del dinero. “En este marco, lamentablemente perdió más de uno. Y a nosotros nos tocó atajar la oleada de contagios. Llegamos a tener 22 activos en los primeros días de mayo”, dijo Vidal.

Muchos enfermos en Lamarque estuvieron vinculados al brote en el galpón de empaque de Luis Beltrán.

Vidal lleva 5 años al frente del hospital y conoce muy bien la zona. Nació en Choele, se crió en Beltrán, y cuando se casó, se fue a vivir a Lamarque con su pareja. Tienen 3 hijos. Otros 4 hospitales de Río Negro tienen enfermeras/os en su dirección.


Media hora para cambiarse y saludar a los suyos

Inés Vidal (derecha) lleva cinco años al frente del hospital. Es enfermera, y además de administrar, realiza esas actividades cada vez que la situación lo requiere.

Todos los días, cuando vuelve de su casa, Inés Vidal retarda por media hora el saludo con los suyos.

Ese es el tiempo que le lleva quitarse la ropa especial en el garaje. La pone a lavar y se da una ducha en el departamento de su hijo. Luego se viste, y ya relajada, va al encuentro de los que más quiere.


Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios