Las novelas fantásticas de Ítalo Calvino vuelven a las librerías

Cinco ineludibles títulos de Ítalo Calvino (1923-1985).- “El vizconde demediado”, “El barón rampante”, “El caballero inexistente”, “Las ciudades invisibles” y “Si una noche de invierno un viajero”- vuelven al ruedo en librerías de todo el país, con una colección de lujo que devolverá a los lectores a los placeres de sus fábulas contemporáneas. Se trata de una iniciativa de Grupal Distribuidora junto al sello español Siruela, que por estos días imprime sus libros en el país y para la ocasión eligió buena parte de las novelas fantásticas de Calvino, cubriendo 37 años de creatividad que –junto al realismo de sus comienzos– lo convirtieron en uno de los escritores más destacados del siglo XX. Ciencia ficción, fantasía y surrealismo: estos textos pueden leerse como reflexiones alegóricas sobre la condición humana y el hombre de su tiempo. La trilogía “Nuestros antepasados” –compuesta por “El vizconde demediado”, “El barón rampante” y “El caballero inexistente”–, es una de las cinco cuidadas reediciones de Siruela en la Argentina. Esta lúcida síntesis de la idiosincrasia de los siglos XVIII y XIX también puede leerse, en el caso del barón, como un reflejo en clave mágica la decepción de Calvino con el comunismo tras la invasión a Hungría de 1956; la cual no lo alejó de su tierra natal, Cuba, de donde partió con dos años para regresar cuatro décadas después a reunirse con el Che y casarse con la argentina Esther Judit Singer. Las páginas de “El vizconde demediado” narran la historia de Medardo de Terralba, partido al medio por un cañonazo turco que obliga a sus dos mitades, la buena y la mala, a seguir transitando la vida por separado. “El barón rampante” llegó cinco años más tarde, en 1957, y narra la vida arbórea de Cosimo Piovasco, barón de Rondó, que con 12 años y en un gesto de rebelión contra la tiranía familiar se trepa a un árbol del jardín paterno para no bajar nunca más; sin por eso dejar de participar, con la distancia necesaria, de los hechos más emblemáticos de la Europa de la Revolución Francesa y las invasiones napoleónicas. Mientras que en “El caballero inexistente”, la voz de Agilulfo se oye metálica, como si fuera la propia armadura la que hablara, y es eso lo que en efecto ocurre: Calvino dota al yelmo de voluntad y convicción y lo hace combatir a los infieles en el ejército de Carlomagno, construyendo una gran metáfora sobre la identidad que interroga las razones del amor y el odio humanos. De principio a fin, este triángulo ficcional denuncia la realidad contemporánea, la soledad y el miedo intrínsecos del ser humano; poniendo de manifiesto la conciencia sobre un mundo que niega la peculiaridad de las almas, restringidas en su vuelo por los convenios sociales de época. La literatura, la ciencia y la utopía fueron convertidas en espacios narrativos por este escritor y pensador que supo indagar el presente con una mirada incisiva, construida desde una intensa experiencia personal muy comprometida con su tiempo. (Télam)


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