Las Rosas del Valle, mujeres sobrevivientes que reman la vida en Roca

Son un grupo de mujeres que logró superar el cáncer de mama y busca mejorar su experiencia de vida mediante el remo. Su labor cuenta con el aval de Centro de Prevención del Cáncer y la Escuela de Canotaje de Río Negro.

La palabra cáncer, al momento de ser dicha por el médico, no es fácil, atemoriza. Incluso hay quienes deciden no nombrarlo y solo balbucean “la palabra con C”. Para otros, el diagnóstico no se convirtió en una sentencia, sino que fue un despertar a nuevas formas de concebir la vida.

Este fue el caso de las Rosas del Valle, un grupo de 17 mujeres roquenses que sobrevivieron al cáncer de mama. Hoy además de una nueva perspectiva, se proponen reír, compartir, aprender, sanar, rehabilitarse y prevenir.

No es un simple grupo de mujeres haciendo canotaje, es un colectivo que busca mejorar su calidad de vida. Para ello combinan la actividad recreativa y el gozo de compartir con aquellas que atravesaron la experiencia común de la enfermedad.

“Tomamos como disciplina deportiva el remo para poder rehabilitar el brazo y el torso que fue afectado por el tratamiento”, comentó Graciela Paternolli, presidenta de las Rosas.

Brazada tras brazada, se consigue una recuperación de los tejidos e incluso una mejora muscular. Y con el movimiento repetitivo y sincrónico también se previenen problemas derivados, como los linfedemas.

Este tipo de afecciones ocurre cuando el sistema linfático, comprometido tras la remoción del tumor, no presenta un buen drenaje. La linfa se puede acumular y causar hinchazones dolorosas y riesgosas.

El grupo se empezó a gestar en marzo y para finales de abril ya había tenido su primer encuentro. La idea original fue concebida por Graciela, quién en 2019 comenzó sus rehabilitaciones a través de un grupo similar en China Muerta, provincia de Neuquén.

Las prácticas son guiadas desde la Escuela de Canotaje. Foto gentileza.

“Me inicié en 2019 con las mujeres de Rosa Fénix . Aprendí muchísimo y luego comencé a pensar en la conveniencia de hacerlo en Roca”, precisó la mujer. De inmediato se puso en contacto con otras pacientes que atravesaron la patología.

La agrupación cuenta con el aval institucional del Centro de Prevención del Cáncer (Ce.Pre.C) y con el respaldo deportivo de la Escuela Provincial de Canotaje, quién brinda los insumos para las prácticas de los martes y jueves en el Canal Principal de Riego.

Solo nueve de las mujeres cuentan con el permiso y la aptitud médica aprobada. El resto se encuentra a la espera de la respuesta de sus respectivos médicos. Pero aún así acompañan desde su lugar con el arduo trabajo de la concientización.

“Todas entendemos lo que vivió cada una, porque los familiares te comprenden pero no sienten lo mismo que alguien que atravesó la enfermedad”, añadió Paternolli.

El próximo gran desafío es poder acceder al aclamado bote dragón. Este tipo de embarcaciones colectivas pueden transportar en simultáneo a 12 o 22 personas repartidas en 2 hileras. Con ello se busca poder concretar un desarrollo integral y en equipo.

Aumentó mi deseo por la vida, salí totamente empoderada. Es posible aprender a valorarse, amarse y disfrutar»

Graciela Paternolli, presidenta de Rosas del Valle

En octubre y con motivo del Día Internacional de lucha contra el Cáncer de Mama, celebrado cada 19, Las Rosas participarán de actividades informativas en distintos puntos de la ciudad.

Para colaborar es posible acceder a la compra de alfajores rosas, los mismos se pueden adquirir en un comercio ubicado en calle España esquina Alsina.

En contexto… Un mes de presencia rosa


Comenzó octubre y consigo un nuevo mes rosa. A lo largo y ancho del mundo estas fechas son utilizadas como forma de prevención y concientización del cáncer de mama, uno de los tumores que afecta más frecuentemente a las mujeres – aunque también puede desarrollarse en hombres -.

Se origina producto de un crecimiento rápido y desordenado de las células que revisten los conductos de la mama. En estos casos la celeridad del tratamiento es fundamental para evitar la expansión del tejido a otras regiones del cuerpo, principalmente los ganglios linfáticos axilares.

Aunque la enfermedad no puede evitarse, es importante el diagnóstico precoz para comenzar con terapias menos agresivas y mejores resultados, explican los profesionales.

Los estudios de mamografía se deben realizar en forma anual a partir de los 40 años. En caso de tener antecedentes de familiares, se sugiere iniciar los controles 10 años antes.

Se calcula que en Argentina una de cada ocho mujeres, que alcancen los 80 años habrá desarrollado la enfermedad en algún momento de su vida.


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